Harold Castro tomó la foto cuando desde la aeronave piloteada por el inspector sublevado, se mostraba un cartel que decía: Art. 350, libertad. Desde Bogotá, donde está asilado, el fotógrafo recuerda a quien fue su amigo, víctima de la Masacre de El Junquito, ocurrida el 15 de enero de 2018. Los funcionarios del Cicpc tienen prohibido mencionar su nombre, mientras este caso está incluído en las denuncias por crímenes de lesa humanidad que fue elevado a la CPI

Los últimos meses de vida del inspector Óscar Pérez iniciaron el 27 de junio de 2017, cuando la tarde caía en Caracas y a su vez comenzaba el Movimiento Equilibrio Nacional, con el que un grupo de funcionarios policiales, militares y civiles, llamaron a desobedecer al gobierno de Nicolás Maduro, a través de la activación del artículo 350 de la Constitución.

Al cumplirse cuatro años de su asesinato, el fotógrafo Harold Castro, lo recuerda. El reportero gráfico y el piloto del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), se conocieron en 2013. 

De allí en adelante, Castro documentó mucha de sus peripecias en los aires, participó en la grabación de la película Muerte Suspendida, en la que se narra un caso de secuestro resuelto por el Cicpc, producción que ganó un Mara de Oro en 2016 y que contó con la actuación del inspector Pérez. Castro se convirtió en un amigo entrañable del funcionario y su familia.


Ver un helicóptero y no pensar en Óscar es imposible

Harold Castro, fotógrafo

Fue él quien tomó la fotografía del helicóptero Bolkow Bo-105, color azul, propiedad del Cicpc, que sobrevoló Caracas el 27 de junio de 2017. Era piloteado por Óscar Pérez, quien maniobró para que Castro pudiera inmortalizar el momento en el que un funcionario encapuchado, desplegó una pancarta en la que se leyó: “Art. 350, libertad”.

Hoy en día, sobre este reportero gráfico, asilado en Colombia, pesan solicitudes del Gobierno venezolano por traición a la Patria, instigación para delinquir, agavillamiento y terrorismo.

“Que si lo extraño, por supuesto, quien no extraña a un pana, quien no extraña a un ser humano así. Ae”, relató Harold Castro a El Pitazo.

Después de tomar y difundir la fotografía por todas las plataformas, el reportero decidió huir del país luego de que Pérez no pudiera seguir con el plan inicial: calentar aún más las calles, que para ese entonces estaban repletas de estudiantes que prolongaron una protesta contra Nicolás Maduro, e iniciar un movimiento cívico, con apoyo policial y militar para lograr la activación del artículo 350.

“Su persistencia no lo dejó salir del país. Él era alguien que no se rendía, prefirió morir con las botas puestas que huir. Creo que lo que dijo fue: bueno listo, voy a morir, pero voy a documentar todo para que quede precedencia de que estamos contra un gobierno que definitivamente, va contra todos los derechos penales de un prisionero de guerra”, expresó Castro.

“Las redes sociales se encargaron en un momento de tildarlo de un showman, de una persona que lo que quería era atención, no entienden por qué se hicieron las cosas así”, explicó Castro. El entrevistado aseguró que el piloto usó su fama como actor para conectar con personalidades que se volvieron aliados a la hora de realizar donativos en hospitales, albergues y otras instituciones con las que Pérez contribuía.


Él era alguien que no se rendía, prefirió morir con las botas puestas que huir

Harold Castro, fotógrafo

“Es muy importante que la gente sepa que fue una persona que siempre trabajó en pro de los demás, tan es así, que se sacrificó por los demás, por una Venezuela que ni siquiera le creyó. Que prefirieron creer en un Capriles, un Leopoldo, un Guaidó, que le hicieron el juego al régimen”, dijo.

El día que mataron a Óscar Pérez, Harold Castro se encontraba en Bogotá: “envió un último mensaje al equipo, en el que dijo nos rodearon, hasta aquí llegó todo muchachos. Cuando vi su Instagram, ya todo estaba pasando. Lloré, me sentí impotente, porque supe lo que estaba haciendo y la gente no se dio cuenta”. 

Su caso está en la CPI

La denominada Masacre de El Junquito, donde fue asesinado el piloto junto a los efectivos sublevados de la Guardia Nacional, Daniel Soto Torres, Abraham Lugo Ramos y Jairo Lugo Ramos; los funcionarios de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim),  Abraham Israel Agostini y José Díaz Pimentel, y la civil Lisbeth Andreina Ramírez Montilla; es uno de los casos que engrosan el expediente Venezuela l, consignado en 2019 ante la Corte Penal Internacional (CPI), según lo detalló el ex vicefiscal del Ministerio Público, Zair Mundaray.

«La investigación de la CPI sigue su curso, esperemos que tenga éxito. Muchos de los autores y partícipes de la Masacre de El Junquito, permanecen en cargos claves en organismos del Estado», dijo Mundaray refiriéndose a la investigación que adelanta la CPI tras anunciar en noviembre, que posee elementos para determinar que se cometieron crímenes de lesa humanidad, durante el gobierno de Nicolás Maduro.


Fue una persona que siempre trabajó en pro de los demás, tan es así, que se sacrificó por los demás

Harold Castro, fotógrafo

El ex funcionario declaró desde el exilio que «el Ministerio Público no ha investigado el caso, de hecho, las denuncias fueron entregadas a los fiscales más incompetentes que tiene el MP para que lo engavetaran, esa fue la orden interna dada por quien hoy usurpa funciones de Fiscal general». 

Con respecto a la presencia del caso de Óscar Pérez en la CPI, el fotógrafo Harold Castro, opinó que “creo que al final, Óscar logró el cometido. Su caso realmente genera un antes y un después de la dictadura, porque demostró al mundo de qué está hecho el régimen y hasta dónde son capaces de llegar para acabar con alguien”.

Nombre prohibido en el Cicpc

A la par de la justicia que se busca para las víctimas de la Masacre de El Junquito, otra realidad ocurre en las filas del Cicpc, donde se prohíbe mencionar el nombre del inspector Óscar Pérez y se amenaza con sanciones a quienes expresen admiración por el funcionario fallecido.

La orden de la directiva de la policía científica quedó evidenciada en una serie de circulares enviadas a todos los departamentos de esta institución, luego del asesinato de Pérez y el malestar que demostraron funcionarios, quienes no dudaron en escribir mensajes en su Whatsapp y demás redes sociales.

«Oscar Pérez tiene mucho que ver con el ideal de lo que era el funcionario de la extinta Policía Técnica Judicial (PTJ) y primeros años del Cicpc. Es precisamente, el ideal del profesionalismo», expresó Mundaray al referirse a la prohibición de nombrar al inspector en los despachos de la policía científica.


Muchos de los autores y partícipes de la Masacre de El Junquito, permanecen en cargos claves en organismos del Estado

Zair Mundaray

La jefatura del Cicpc también prohibió a funcionarios, expresar mensajes de condolencias por sus redes, durante el primer aniversario de la muerte del piloto y sus compañeros. Algunos funcionarios, no dudaron en fotografiar estos documentos y filtrarlos en redes sociales posterior al asesinato.

«En lo particular, conocí toda la actividad de Óscar Pérez dentro del Cicpc, sobre todo en la división aérea, que era una división de primer orden. Pude verlo reclamar en vida a las autoridades del Cicpc por el mantenimiento de los helicópteros, de una manera esos valores estaban encarnados en ese personaje», acotó el exvicefiscal. 

Durante uno de los tiroteos de la megabanda de «el Koki», ocurridos en 2021 y que alcanzaron principales avenidas de Caracas, un funcionario de la División Antiterrorismo del Cicpc nombró a Óscar Pérez durante el enfrentamiento que sostuvieron con delincuentes. Aseguró que de estar allí con ellos, dicho conflicto ya habría acabado.  

Por esta expresión, que se viralizó a través de un vídeo por redes sociales, el Ministerio Público abrió una investigación contra el funcionario, por cometer supuesta apología al delito e instigación al odio.