Bogotá. En un improvisado campamento levantado con plásticos al lado de una importante vía del norte de Bogotá unos 500 venezolanos esperan ayuda para continuar el viaje de regreso a su país porque perdieron sus trabajos en Colombia, que ordenó una cuarentena por la pandemia del coronavirus.
Los migrantes pidieron el sábado 6 de junio al Gobierno colombiano y a la Alcaldía de Bogotá que les conceda los permisos y suministre autobuses para llegar a cualquier punto la frontera con Venezuela.
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El campamento, en el que hay niños, mujeres embarazadas y ancianos, está ubicado en un separador de la Autopista Norte de Bogotá, cerca a una canal de aguas lluvias que utilizan para bañarse y lavar la poco ropa que llevan en maletas y bultos.
«Completamos este sábado 15 días en este campamento«, dijo a EFE Jesús Alberto Primera, quien junto con otros de sus paisanos trata de organizar a la gente de cara a lo que será el regreso a Venezuela.
Este grupo de personas está a la espera de que la Alcaldía de Bogotá autorice su salida de la ciudad para continuar el camino de regreso.
«No es que estemos ansiosos de ir a Venezuela», dijo a EFE José González, quien explicó que la situación económica de las personas no les permite seguir en el país porque no tienen trabajo.
Tomás Guanipa es señalado de caradura
Venezuela mantiene una crisis política y social que se acentuó después de que en enero de 2019 el líder opositor Juan Guaidó se declaró mandatario interino al invocar unos artículos de la Constitución y logró el respaldo de buena parte de los países del continente americano y de una veintena de naciones europeas.
En ese sentido, González tachó de «caradura» al embajador de Guaidó en Colombia, Tomás Guanipa, quien la semana pasada pidió a sus compatriotas no regresar a Venezuela porque la situación con la que se encontrarán es peor que cuando salieron.
«Si Guanipa dice que nos quedemos ya es caradura porque no ha venido acá», recalca González, quien añade que lo han llamado por teléfono pero que «no contesta».
Aunque la situación de los migrantes es compleja, la de Teresa Carrasquero, de 54 años, es todavía peor. Junto a ella están su hermana, un yerno y cuatro nietos, entre ellos uno de apenas un año de nacido.
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«Lo que queremos es irnos para Venezuela. Queremos que nos ayuden con los buses para poder salir de aquí», dice la mujer, quien recuerda que ha pasado frío porque su carpa armada con bolsas plásticas y anudadas con cinta adhesiva no los protege de la lluvia.
Dispuestos a caminar
La directora del programa del Comité Internacional de Rescate para Colombia y Venezuela, Marianne Menjivar, aseguró a EFE que la ONG ha llevado al campamento agua, refrigerios, elementos de aseo personal y almuerzos calientes.
«Es tal la situación de desesperación que están dispuestos a caminar de Bogotá a Venezuela«, dice Menjivar al comentar la situación de los migrantes venezolanos.
Las autoridades colombianas han manifestado en varias ocasiones que el retorno voluntario de venezolanos se debe realizar con un protocolo coordinado con las alcaldías y gobernaciones del país para evitar que se formen multitudes en los puntos de salida y evitar que haya contagios de coronavirus, ofrecerles alimentos y asistencia médica durante el viaje.
Según las autoridades migratorias de Colombia entre el 14 de marzo y el 28 de mayo de este año han retornado a su país 71.052 venezolanos. En Colombia hay radicados 1,8 millones de venezolanos.
EFE