El negocio de la compra y venta de artículos usados mermó debido a la crisis económica que arropa a las familias venezolanas, según refirieron comerciantes de las zonas de Catia y Quinta Crespo.
Las impresiones fueron recabadas durante un recorrido realizado este martes en ambas zonas, donde se ubican vendedores de piezas para baño, herramientas, repuesto para teléfonos celulares, microondas, cocinas eléctricas, aires acondicionados, planchas, cargadores, cables, calzados de cualquier tipo y ropa usada. A estos espacios se les denomina “mercado de los corotos”.
En Catia, el mercado a cielo abierto está situado al final de la calle Argentina y llega a los alrededores de la plaza Pérez Bonalde.
Hombres y mujeres dedicados a este ramo, arman sus tarantines o manteles en el piso. Cada quien tiene su puesto reservado. La llegada es a las 6:00 am menos los días miércoles, que se consideran “día de parada del comercio informal” en esta zona.
En estos manteles o puestos ambulantes se vende de todo. Desde un tornillo, hasta piezas básicas de un lavamanos o cualquier artículo electrónico o digital.
El valor de las piezas no superan los 15.000 bolívares, lo mismo ocurre con la ropa usada, que incluyen pantalones de vestir para caballeros, camisas de manga corta y manga larga, vestidos y blusas para damas, así como calzados en cualquiera de sus denominaciones.
William Montilla es vigilante en una empresa privada. Su turno es 24 X 48. Cuando no va a la empresa, monta su mantel. Pero indica que desde el año pasado las ventas han mermado considerablemente.
“Ya la gente no viene a comprar sino a vender. Es decir, hay personas que buscan cualquier cosa que no usen en sus casas y nos las ofrecen. El comerciante les da un precio y lo toma o lo deja, según su conveniencia. En esta crisis, la gente vende cosas de sus casas para comprar comida”, narró Montilla.
Carlos González es también comerciante en el mercado Los Corotos de Catia. Dijo que sus artículos son traídos de la basura, pero en muy buen estado. Otros se los han regalado, por lo que aprovecha y los exhibe en su puesto ambulante.
González afirmó: “Hay cosas que uno cree que son chatarra, pero se venden porque de pronto tiene una pieza que le hace falta a eso que tenemos en la casa, apilado en un rincón. Pero ya la gente no está comprando casi nada. En un día hacía Bs. 50.000 y hoy de broma gané Bs. 200, que no me sirven ni para pasaje”.
Quinta Crespo
El Mercado Galerías Quinta Crespo es una edificación situada en el centro de Caracas. Trabajadores del comercio informal fueron ubicados en ese espacio hace más de cinco años.
“Ahora funciona como un mercado Los Corotos pero como en un centro comercial. Aquí vendemos artículos usados de muy buena calidad”, sostuvo Mercedes Aguirre, quien explicó que vende zapatos de marca usados en $ 20.
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“Pero las ventas ya no son como antes. Hay quienes solo vienen a mirar. Otros caminan y caminan y no compran nada”, dijo Aguirre.
Richard González vende herramientas, cables y cargadores para celulares. Aunque no fue beneficiado con un puesto dentro del mercado Galerías, asegura que estar dentro o fuera no trae muchas diferencias “porque las ventas no son como hace cinco años atrás”.
Raquel Díaz ahora usa su kiosco como exhibidor de ropa para dama y caballeros. Dice que las mujeres “son muy delicadas para comprar ropa usada”. Sus potenciales clientes son hombres, aunque las ventas han disminuido.
En La Urbina, debajo del puente que comunica con la zona del 5 de Julio en Petare, es otro sitio que alberga a vendedores que una vez fueron ambulantes, pero que ahora tomaron el espacio y allí instalaron su mercado Los Corotos.
En este punto, personas que se identificaron como coordinadores del mercado prohibieron al equipo reporteril de El Pitazo realizar gráficas y conversar con los vendedores.
A primera vista, se notó que también vendían herramientas, piezas electrónicas, calzados y ropa, todo usado.
Información de Rosibel Cristina González.