Omayrú Hernández Bolívar, una economista venezolana de 48 años, decidió crear una red de apoyo, conocida hoy en día como Solidario Venezuela, para los migrantes venezolanos que llegaban a Bolivia con la esperanza de trabajar para crear un futuro mejor lejos de la crisis humanitaria de su país natal.
El equipo Solidario Venezuela actúa en Santa Cruz, La Paz, El Alto, Cochabamba y en algunas de las principales fronteras de ingreso de migrantes al país como Desaguadero y Guayaramerín. Desde allí buscan orientar a los migrantes que llegan para quedarse en Bolivia o aquellos que lo utilizan de destino temporal.
Migrantes venezolanos en Bolivia que se encuentran en condición irregular no pueden acceder a los derechos de salud y educación; mientras se dedican a la mendicidad y viven en refugios para sobrevivir en su día a día.
“Lo primero que vi a mi llegada fue la desorientación y la desprotección de mis compatriotas; sentir eso me ha cambiado la vida. Trabajar por ellos fue una terapia para agradecer por estar acá”, cuenta Omayrú a Página Siete.
La red creada por la venezolana provee a los migrantes y refugiados de su país comida, asistencia para trámites, colaboración en colectas para enfermos y búsqueda de casa y/o trabajo.
«Cuando llegué, nos pusimos a colaborar con La Casa del Migrante que está en la ciudadela ferroviaria; entonces no eran más de 16 familias; casi no se veía un venezolano en la calle. Pero, ya nos imaginábamos lo que iba a pasar, la situación en Venezuela era y es insostenible», expresó.
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Con el incremento de los migrantes venezolanos entre los años 2018 y 2019, el trabajo de Omayrú se extendió y se le sumaron activistas de derechos humanos como Guadalupe Montenegro, abogada de la Defensoría del Pueblo en Santa Cruz.
En agosto de 2020, el Estado boliviano registró 721 solicitudes de refugio de extranjeros de nacionalidad venezolana y se ha otorgado refugio a 238.
Con información de Página Siete
