Barcelona.- Hasta hace menos de un año, los hermanos Carlos Eduardo, Carlos Enrique y Carlos Esteban Urbano Fermín eran empresarios con decenas de contratos con Pdvsa, la Gobernación de Anzoátegui y las alcaldías de Guanta y Sotillo, entre otros entes públicos. Además, la acumulación de riqueza los llevó a adquirir un medio de comunicación impreso e incluso a organizar espectáculos de artistas internacionales.
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Pero esta semana sus vidas cambiaron, o por lo menos la de uno de ellos: Carlos Esteban pasó a ser acusado y detenido por actos de corrupción en la Faja Petrolífera del Orinoco, proyecto en el cual el fiscal designado por la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), Tarek William Saab, pone énfasis para develar lo que él llama un desfalco.
A Carlos Esteban le imputaron los delitos de peculado doloso propio, asociación para delinquir, legitimación de capitales y concierto de funcionario con contratista. El Ministerio Público también solicitó medida privativa de libertad en contra de sus hermanos Carlos Enrique y Carlos Eduardo. Los dos últimos se encontrarían fuera del país.
Más de cerca
De Carlos Esteban poco se sabe. En la web se encuentran escasos datos de sus actividades públicas. Entre grupos de amigos y conocidos se maneja un mínimo de información. De los tres hermanos, este es el más callado y reservado.
Lo último que recuerdan sus vecinos del conjunto residencial Las Villas, ubicado en Lechería, es la millonaria fiesta de matrimonio que celebró en julio de 2016 en la jurisdicción morreña, evento en el que se ofreció whisky 18 años a sus familiares y conocidos más allegados, quienes hasta las 6:00 am fueron atendidos por mesoneros con bandejas de los mejores pasapalos.
La razón por la cual frecuentaba el estado Anzoátegui y no permanecía en los Estados Unidos, donde viven sus hermanos, era porque pasaba largas temporadas con su esposa, quien es muy apegada a sus familiares y no ha querido salir del país. Con ella tiene planes de procrear a su primogénito. Su identidad la ha mantenido en reserva y procuró no exponerla en encuentros sociales.
Sus empleados lo describen como un hombre de contextura gruesa, moreno, de cabello castaño, pensativo y muy pegado a sus hermanos Carlos Eduardo y Carlos Enrique, con quienes suele compartir en una de las tres fincas que han adquirido en el estado Anzoátegui.
Carlos Eduardo, el mayor, es un hombre más carismático y obeso, que según una amiga de la familia, «parece desahogar sus preocupaciones en cada cigarrillo que enciende durante sus reuniones de trabajo». Hace dos meses sufrió un infarto, pero está fuera del país y, según la misma fuente, aparentemente lo han mantenido al margen de la captura de Esteban.
El más delgado, también descrito como más mal humorado, es Carlos Enrique, el segundo de los tres, a quien sus empleados recuerdan como un hombre de vocabulario vulgar y con un tono de voz elevado. A muchos ha hecho temblar.
Cuentan que a los hermanos Urbano Fermín no se les escucha hablar de su madre, pero asiduamente recuerdan las anécdotas de su padre, quien falleció. Los compartires en fincas y reuniones familiares son los más memorados, detallan sus amigos.
Quienes viven en residencias Las Villas dejaron de ver hace un par de años a los tres hijos y esposa de Carlos Eduardo y a los cuatro descendientes y pareja de Carlos Enrique. Ya no viven en el lugar.
Hasta el momento las autoridades no han dado con la ubicación de Carlos Eduardo y Carlos Enrique, pero entre sus más cercanos conocidos aparentemente han revelado a los detectives que estos se encuentran en el estado de Massachusetts, ubicado al noreste de los Estados Unidos.
Los contratos de Cuferca
Desde 2008, la Constructora Urbano Fermín C.A. (Cuferca), dirigida por Carlos Eduardo, Carlos Enrique y Carlos Esteban Urbano Fermín, obtuvo contrataciones en los sectores construcción, transporte y petrolero del estado Anzoátegui.
Desde sus inicios y sin contar con una destacada trayectoria, Cuferca fue favorecida con contratos como la construcción del mercado municipal de Puerto La Cruz, para cuya labor les fueron cancelado Bs 260 millones hace nueve años. La edificación quedó inconclusa y su estructura a medio terminar se puede observar en la avenida Estadio de la jurisdicción porteña.
También participaron en la culminación del Bulevar Paseo Colón, hoy llamado Paseo de la Cruz y El Mar.
En el municipio Guanta comenzaron a tener vinculación con el alcalde chavista de dicha jurisdicción, Jhonathan Marín, a partir del 2009, cuando ejecutó proyectos de embellecimiento y mejoras de la ciudad.
Desde 2011 Cuferca se encarga de la movilización del coque en el Complejo Petrolero José Antonio Anzoátegui, a través del cual cobraban en dólares a costo de conversión.
Desde su conformación hasta 2010, la empresa de los hermanos Urbano estuvo al frente a diez contrataciones y obras ejecutadas, a medias, en los municipios Sotillo y Bolívar, además de las concretadas con Pdvsa Gas.
Fue en el mes de noviembre de 2016 cuando un grupo de trabajadores de la empresa mixta Petropiar solicitó al mandatario nacional, Nicolás Maduro, investigar los desfalcos que, según comentaron, se estaban registrando a través de empresas contratistas en la Faja Petrolífera del Orinoco. La petición también fue enviada a la sede del Ministerio Público en Caracas, desde donde se dio inicio a las pesquisas.
Las diligencias de investigación realizadas en el estado Anzoátegui tras la denuncia recibida, arrojaron 21 órdenes de allanamiento en el conjunto residencial Las Villas de Lechería y Nueva Barcelona con un resultado de 11 arrestos.
El más buscado a partir de febrero siempre fue el exdirector ejecutivo de la Faja Petrolífera del Orinoco, Pedro León Torres, a quien el Tribunal de Control Nº 4 de la entidad, a cargo de Luz Verónica Caña, libró una orden de captura el 7 de febrero de este año, pero ya había salido del país sin que las autoridades se enteraran, hasta el 2 de septiembre, cuando fue capturado en el aeropuerto de Porlamar, en el estado Nueva Esparta, tras aterrizar en un avión proveniente de República Dominicana.
Trabajadores petroleros afectos al Gobierno denunciaron en más de una oportunidad que las contrataciones otorgadas por Pedro León Torres a los hermanos Urbano Fermín recibían pagos elevados en dólares calculados a Bs 10 por dólar, y con ellos adquirían nuevos bienes, pero en esta oportunidad a precio de dólar paralelo.
Así se hicieron propietarios del diario El Norte, que circula en la región, y de las clínicas Meditotal, que funcionan en la zona norte de la entidad.
Los hermanos Urbano Fermín tienen una estructura de empresas registradas en EEUU, Panamá y República Dominica. En Florida, en 2012, inscribieron tres firmas con la misma dirección en Parkway Sunrise, una de ellas dedicada a la comercialización de coque, precisamente el material que, según contrato entregado por Pdvsa, debían transportar en el Complejo Petrolero José Antonio Anzoátegui.
En el istmo son siete las firmas registradas. En cinco de ellas, los tres hermanos figuran como propietarios y en dos sólo Carlos Eduardo, quien en un caso es socio de una persona identificada como Angelo Gais, un habitante de Lechería que hasta 2013 laboró en una almacenadora del gobierno ubicada en Guanta.
En República Dominicana, inscribieron cuatro empresas relacionadas con el sector construcción, todas durante 2016, con la participación de los tres hermanos y con la misma dirección en Punta Cana.
Carlos Esteban Urbano Fermín fue uno de los empresarios que según el alcalde del municipio Guanta, Jhonathan Marín, financiaron el multitudinario concierto a donde asistió el cantante colombiano Maluma, por lo que al mandatario local también se le vincula con el empresario y su grupo familiar.
Fue arrestado el miércoles 21 de septiembre en el conjunto residencial Las Villas del municipio Urbaneja en Anzoátegui por efectivos del Dirección General de Contrainteligencia Militar (Ddcim).
Antes de la captura, ocho empresas de los hermanos Urbano Fermín fueron visitadas por funcionarios del Sebin. En el Diario El Norte efectuaron una inspección y dijeron que actuaban por orden del presidente de la República, Nicolás Maduro.
