Luego de la falla eléctrica masiva de marzo de 2019 el Ministerio de Interior donó una planta a la medicatura forense de Bello Monte. Un año después no han llegado más plantas y la que está solo cubre el área de cavas. Especialistas dicen que esta no es suficiente porque para todo el proceso de autopsia se requiere luz

#APAGÓN2019 UN AÑO OSCURO

El 7 de marzo de 2019 la medicatura forense de Bello Monte se paralizó como todo el país. Durante el primer apagón nacional, la sede oficial donde llega la mayoría de los cadáveres de Caracas quedó inoperativa por falta de electricidad. Después de dos fallas generales en menos de 20 días, el Ministerio de Interior envió una planta de energía que tiene capacidad solo para abastecer el área de las cavas; sin embargo, especialistas en el área forense explican que esto no es suficiente porque “en la morgue para todo se necesita luz”.

En enero de 2020 se registraron 78 homicidios en Caracas. De acuerdo con la data de Monitor de Víctimas, esta cantidad se traduce en 2,6 cadáveres por día sin contar los arrollados, muertos por inmersión, accidentes de tránsito y suicidios. De sumarse, la media subiría a siete cuerpos ingresados cada 24 horas, según fuentes médicas consultadas por El Pitazo. En síntesis, el organismo recibe semanalmente un promedio de cercano a los 50 cadáveres.

En 2019 la medicatura forense de Bello Monte paralizó sus operaciones por los apagones de marzo y julio. Durante la primera falla masiva que dejó a Caracas y a más de 20 estados del país sin electricidad, la sede del Servicio Nacional de Medicina y Ciencias Forenses (Senamecf) quedó a oscuras. Los deudos que esperaban la entrega de los cuerpos de sus familiares tuvieron que aguardar hasta que se solucionara la contingencia para darles sepultura o cremarlos.


LOS APAGONES DE 2019 LLEVARON A QUE DEUDOS ESPERARAN A QUE SE SOLUCIONARA LA CONTINGENCIA PARA DARLES SEPULTURA O CREMAR EL CUERPO DE SUS FAMILIARES


En medio de la falla, el Ministerio de Interior y Justicia envió una planta eléctrica de 250 KVA, según la página de su fabricante, la empresa argentina Servas Energy. Sin embargo, no pudo funcionar en la contingencia por falta de personal para instalarla. El generador tampoco fue encendido en el segundo apagón que ocurrió el 25 de marzo porque no lo habían probado.

Alexandra Ortega fue uno de los deudos afectados por la paralización de operaciones de la morgue de Bello Monte. Su pareja, Hermes Ayala, de 27 años, falleció en el hospital José María Vargas de Caracas tras sufrir un accidente de tránsito. En esa oportunidad la mujer le dijo entre lágrimas a El Pitazo: “¿Cómo es posible que mi esposo tenga desde ayer (26 de marzo) aquí y no sean capaces de entregármelo porque no hay luz? ¿Por qué si tienen una planta desde hace dos semanas ahí no hacen una prueba? Como no son los familiares de ellos los que se están pudriendo allí, no les interesa nuestro dolor”.

La planta fue encendida para el tercer apagón que se dio el 22 de julio, pero solo alcanzó para abastecer a las cavas de enfriamiento, por lo que las autopsias y el procedimiento para la entrega de los cuerpos quedó en pausa y se generó una acumulación de cadáveres.

A un año del primer apagón nacional, a la medicatura forense de Bello Monte solo llegó esa planta eléctrica y no hubo más dotación por parte del Ministerio de Interior. El generador de 250 KVA y no es suficiente para la morgue, que tuvo un consumo eléctrico en el último año por mes de 482,72 KVA.

Un extrabajador de la Electricidad de Caracas, que pidió el anonimato, explica que, aunque la planta que fue instalada en la morgue es de buena capacidad, lo recomendable habría sido instalar dos “para cuando una esté en mantenimiento o falle una, lo cual es lógico, se pueda garantizar la operación de las instalaciones”.

Ante esta realidad, el criminalista Javier Gorriño indica que la falta de previsión ha sido un error de la administración de Nicolás Maduro. Indica que por la cantidad de muertos que ocurre en la capital del país es indispensable que la morgue de Bello Monte no se vea tocada por ninguna situación así sea un apagón nacional. Resalta que si se queda sin luz se produce una aglomeración de cadáveres, en su mayoría en estado de descomposición, que propagan malos olores y es foco de enfermedades.

Un funerario que trabaja en la morgue de Bello Monte, quien pidió la omisión de su identidad, informó que actualmente están operativas dos cavas, las mismas de 2019. Con este dato, Gorriño saca la siguiente conclusión: “Si la morgue solo tiene una planta que no alimenta a toda la instalación, igual se genera la paralización porque los patólogos requieren de instrumental que funciona con electricidad para hacer las autopsias”.

Una autopsia requiere luz

Un cuerpo empieza a descomponerse a partir de las 24 horas si no se trata como establece el protocolo. “Si el cadáver se encierra en una nevera y esta se apaga, y además no se le pone un aditivo, es inminente la descomposición”, refiere un patólogo de la medicatura forense de Bello Monte, que pidió mantener su identidad bajo resguardo.

Por su parte, el criminólogo Gorriño indica que además del área de congelación, la electricidad es básica en todas las áreas de la morgue, sobre todo cuando se examinan a cadáveres que recibieron disparos. “Hay proyectiles, como el calibre n° 22, que tienen recorridos interorgánicos, que deben ser buscarlos con la ayuda de rayos X y esta máquina necesita luz”. Agrega que este paso es obligatorio para un fallecido por violencia, pues el deber del forense es ubicar la bala, extraerla y entregarla al Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (Cicpc) para que estos procedan con la investigación de su homicidio.


EN MEDIO DE LA FALLA ELÉCTRICA DE 2019, EL MINISTERIO DE INTERIOR Y JUSTICIA ENVIÓ UNA PLANTA ELÉCTRICA DE 250 KVA, PERO SOLO TUVO CAPACIDAD PARA ABASTECER LAS DOS CAVAS


No obstante, no solo este tipo de víctimas requieren que haya electricidad para que su informe forense sea realizado, pues en Venezuela a todo ciudadano que haya fallecido por causas violentas se le deben describir las heridas que le causaron la muerte.

Según Gorriño el paso es el siguiente: a la víctima se le deben delinear los bordes de la herida, la distancia, el contacto con el arma. Si el patólogo recibe a una víctima por arma blanca tiene que dejar claro en el informe si fue cortante o punzo penetrante; y en el caso de los que fallecieron por arma de fuego debe practicarle la trayectoria intraorgánica y decir si la bala fue ascendente o descendente, si le impactó de derecha izquierda o de izquierda a derecha. “Una autopsia como tal necesita luz”, puntualiza el especialista.

Después de un año, el impacto que ocasionaría un apagón en la morgue de Bello Monte sería similar al de 2019.