El día en que Mayerling celebraba sus 32 años recibió la llamada que le devolvió la vida. El 5 de noviembre de 2014 le informaron sobre su trasplante de riñón: una persona había fallecido y le donaron su órgano. A los 14 años le diagnosticaron Lupus y esta enfermedad le causó, con el tiempo, una falla renal.
Los momentos previos a su operación no fueron fáciles; se paseó entre la diálisis peritoneal y la hemodiálisis durante cuatro años; en el camino visitó terapia intensiva.
Mayerling Naranjo tiene tres años de trasplantada, en su periplo por mantenerse con vida ha consumido prednisona para mascotas, pues el Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (Ivss) no entrega la de humanos desde hace un año.
Esta es una práctica no convencional que habla de la supervivencia en un país rico en petróleo, pero que también demuestra la ausencia de fármacos para tratar cualquier enfermedad. En Monagas hay 77 pacientes trasplantados, quienes en alguna oportunidad han tomado la versión animal para no morir.
Para sobrevivir trasplantados recurren a medicamentos veterinarios
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