Un informe técnico de la Gerencia de Mantenimiento de la empresa constató el deterioro de las edificaciones y plantas de la compañía filial de Pequiven. Señala que, desde hace 10 años, cuando aún la empresa estaba bajo control del gobierno chavista, no se ha contemplado ejecutar un plan para rehabilitar la infraestructura. El documento reveló que no hubo partida presupuestaria para las obras

Elaborado por: Armando Altuve y César Batiz

Mientras la gerencia actual de Monómeros Colombo Venezolanos S.A., empresa pública venezolana ubicada en Colombia, informa que aún no se detiene la producción a pesar de las deudas acumuladas con sus proveedores, las instalaciones del Complejo Petroquímico Simón Bolívar, donde se fabrican fertilizantes y otros productos, sufren un deterioro progresivo que podría comprometer su operatividad a futuro si no se ejecuta con urgencia un plan de mantenimiento preventivo y correctivo.

La empresa filial de Pequiven, una de las más importantes de Venezuela por ser el segundo activo que tiene la nación en el exterior, ha sido recientemente objeto de escándalos por supuestas irregularidades administrativas y problemas de liquidez. Pero, de fondo, también persiste el riesgo inminente de que su industria colapse, porque desde hace 10 años no se ha invertido dinero para reparar su infraestructura, según revela un informe técnico elaborado en julio de 2021 por la Gerencia de Mantenimiento de Monómeros al que tuvo acceso El Pitazo.

“Pudimos constatar que no existe en el presupuesto del año 2021, así como tampoco en los correspondientes años anteriores, partidas presupuestarias importantes para la reparación, reconstrucción o reemplazo de las áreas con afectaciones importantes. El propio gerente de Mantenimiento nos confirmó que desde hace casi una década no se ha contemplado hacer este tipo de mantenimiento, por falta de recursos”, detalla el informe.

Los gerentes designados por la gestión chavista en Venezuela, desde 2013 a cargo de Nicolás Maduro, no asumieron los compromisos con el mantenimiento de la petroquímica. Actualmente, la directiva ad hoc nombrada por el gobierno interino de Juan Guaidó, quien tomó el control de la empresa en abril de 2019, tras desconocer a Maduro y recibir el apoyo de más de 60 países, no cuenta con recursos para cumplir con las obras.

En el informe técnico, los auditores instan a que los trabajos de mantenimiento comiencen lo antes posible, especialmente en las áreas más críticas y en las que aún pueden atenderse para evitar que más adelante sean irreparables.

Advierten que hay riesgo de que se dañe una de las plantas pilares para la producción de fertilizantes y cedan las columnas de las edificaciones y las bandas transportadoras de materia prima que podrían comprometer las operaciones, incluso, la integridad física de los trabajadores.

Con el rezago en las labores de mantenimiento preventivo y correctivo, los costos de las obras incrementan a medida que avanza el deterioro de la infraestructura. Pero los recursos que actualmente obtiene Monómeros por distribución y venta de sus productos apenas alcanzan para gastos de materia prima e insumos y realización de actividades operativas de la industria, señala el documento.

Un funcionario ligado a la gerencia de Monómeros sostuvo, bajo reserva de su identidad, que la responsabilidad de contemplar y aprobar una partida presupuestaria para mantenimiento recae sobre el gerente general de la empresa. Contó que, en el pasado, la gerencia priorizó otros gastos antes que la inversión por rehabilitación de complejo petroquímico. «En realidad no les interesaba. Con Monómeros ocurrió lo mismo que con otras empresas públicas en Venezuela que se deterioraron».

La ONG Transparencia Venezuela ha demostrado que lo ocurrido en Monómeros con su estructura física es un patrón que caracteriza a otras compañías estatales en el país. En sus investigaciones han dado cuenta de cómo diferentes empresas propiedad del Estado quedaron inoperativas por falta de mantenimiento, como es el caso de El Palito, una de las más importantes refinerías de Petróleos de Venezuela (Pdvsa), ubicada en el estado Falcón.

Monómeros, al tener como principal accionista a Pequiven desde 2006, es propiedad del Estado venezolano. Por eso, sus gerentes están obligados a cumplir las leyes y normativas y a regirse por los estándares de rendición de cuenta de Venezuela, así como de los organismos colombianos que supervisan a las empresas como la Supersociedades de Sociedades de Colombia (Supersociedades), aclaró la economista e investigadora de Transparencia Venezuela, Christi Rangel.


El propio gerente de Mantenimiento nos confirmó que desde hace casi una década no se ha contemplado hacer este tipo de mantenimiento, por falta de recursos

Informe técnico de la Gerencia de Mantenimiento de Monómeros (2021)

El colapso de la petroquímica

En la etapa de recolección de evidencias, la Gerencia de Mantenimiento de Monómeros consiguió pruebas visuales que muestran una infraestructura enferma. Los inspectores recabaron cerca de 250 fotografías, algunas incorporadas en el informe, en las que se registraron las columnas de algunas de las edificaciones resquebrajadas con las vigas de acero oxidadas al descubierto. Hay imágenes que muestran el muelle con importantes grietas en el suelo y las bandas transportadoras corroídas y desprendidas.

A las fuentes consultadas de Monómeros les preocupa el riesgo que representan las condiciones de la infraestructura para los trabajadores y, a lo sumo, el incumplimiento de normativas de seguridad industrial. Estiman que al menos unos 400 empleados y obreros que laboran en Barranquilla, ciudad colombiana donde está ubicado el Complejo Simón Bolívar, están en peligro por la inestabilidad de la estructura.

Uno de los entrevistados cuestionó que la Gerencia de Seguridad e Higiene, que señala es la instancia que debe advertir las fallas, ni el sindicato de los trabajadores, se hayan pronunciado sobre el problema.

Mientras persiste el silencio, la consecuencia de tantos años de deterioro comienzan a verse. Hace cuatro meses se desplomó el techo de una bodega del complejo tras pasar una fuerte ráfaga de viento. “Cuando colapsó la bodega no había personal, pero de haberlo habido, unas seis o siete personas hubiesen sido afectadas”, dijo un especialista en mantenimiento que trabajó en Monómeros. Añadió que el personal aún no denuncia a pesar del peligro que corre. «Se acostumbraron a convivir con las grietas”, indicó.

Los daños en la infraestructura, que se acentúan con las condiciones medioambientales y las sustancias químicas empleadas en la compañía, afectan a estructuras vitales para la operatividad de Monómeros.

Un ejemplo de ello es la planta N°12, una de las 10 que necesitan reparación. Esta instalación es considerada actualmente el pilar que mantiene de pie a la compañía, porque se fabrican gran parte de los fertilizantes que salen al mercado colombiano. «Si esta planta se cae, sería la ruina para Monómeros», señala el experto en mantenimiento.

La fuente ligada a las gestiones de reparación en la compañía también alertó que 70 % de las estructuras de las bandas transportadoras, importantes para el traslado de la materia prima desde el muelle al complejo, están corroídas. Explicó que la falta de estos sistemas implicaría el uso de camiones para trasladar los insumos y materiales y, por consiguiente, supondría un aumento de los costos de producción y de flete.

Entre los equipos que deben ser revisados con prontitud para no afectar la producción de fertilizantes resaltan un compresor de la planta de ácido nítrico, que podría paralizar la instalación por un año y causar pérdidas por el orden de 8.000.000 de dólares; y dos tambores de la planta de fertilizantes complejos que por tener sus carcasas corroídas podrían producir derrames de sustancias.

Víctor Vázquez, ingeniero y asesor de empresas, con experiencia en el sector público y privado, señaló que es natural observar en un complejo petroquímico estructuras afectadas por corrosión y con fallas en sus estructuras de concreto. Acotó que, sin embargo, no deben desatenderse las fallas. «Ver que se ha mantenido en el tiempo con obras sin atender, es una señal de preocupación. Más que decir que la empresa se va parar, es que las dificultades están en la falta de financiamiento», refirió.

Un alto precio

La información que se desprende del informe técnico de la Gerencia de Mantenimiento, un balance financiero de 2021 y las declaraciones de dos fuentes ligadas a Monómeros permiten corroborar que la compañía no genera dinero suficiente para cubrir los gastos por mantenimiento.

El informe financiero al que accedió El Pitazo, indica que entre los meses de agosto y octubre de 2021, en medio del furor de los escándalos, hubo un aumento de 75 % en los ingresos netos de la compañía. En octubre, Monómeros tuvo una ganancia neta equivalente a 7.000.000 de dólares. Aunque el desempeño fue bueno, esa cantidad apenas cubre la mitad de lo que se requiere para el mantenimiento: una inversión de 23.000.000 de dólares.

El informe técnico desglosa que se deben destinar 6,8 millones de dólares (26.000.000 de pesos colombianos) solo para reparar estructuras, cubiertas y pisos y protección de las superficies de las plantas, talleres, bodegas, muelles, vías y canales de las edificaciones, así como la demolición de estructuras obsoletas, como las de la planta de caprolactama, y el retiro de los techos de asbesto, sustancia perjudicial para la salud.

El resto del dinero (17.000.000 de dólares) se fijó para el mantenimiento de las plantas y equipos. Esta cantidad, de acuerdo al plan de la Gerencia de Mantenimiento, es lo que se necesita para este año 2022. En este presupuesto se incluyeron los costos de las reparaciones que no se ejecutaron en 2021.

“Si la proyección manejada es que Monómeros cerró 2021 con una ganancia neta de 9.000.000 de dólares, aún le faltaría completar la mitad del presupuesto”, dijo el funcionario ligado a la gerencia de Monómeros.

En una nota de prensa, publicada el pasado 5 de diciembre de 2021, Monómeros informó que en 2021 invirtió más 15.000 millones de pesos colombianos (3 millones de dólares) en la actualización de sus equipos y 20.000 millones de pesos colombianos (5 millones de dólares) en la ejecución de programas de mantenimiento. En una publicación de La Voz de América se resalta que la compañía destinó más dinero: cerca de 15 millones de dólares para mantenimiento y modernización de equipos de 11 plantas de Monómeros. Esta versión fue desmentida por el grupo Monómeros Unidos, conformado por trabajadores de la empresa quienes han cuestionado la gestión de Rodríguez Laprea.

«Desde 2011 venimos enfrentando diferentes situaciones que hoy nos exigen una mayor inversión en nuestras instalaciones productivas; sin embargo, estos se han venido realizando de manera paulatina, pero con excelentes resultados y a pulmón propio», declaró el actual gerente general de Monómeros, Guillermo Rodríguez Laprea, según se reseña en la nota colgada en las redes sociales de Monómeros.

El equipo reporteril de El Pitazo envió dos correos electrónicos al e-mail corporativo de Rodríguez Laprea para ampliar más detalles de estas labores realizadas y conocer la estrategia de la empresa para garantizar los recursos para el mantenimiento, pero no se obtuvo respuestas para incluirlas en este reportaje.

El Parlamento venezolano también está escéptico sobre lo que ocurre en la empresa de fertilizantes. «No hemos recibido más información sobre las decisiones que ha tomado el gerente general, que debería cesar sus funciones porque su gestión ha sido cuestionada. La Comisión Especial para investigar el caso de Monómeros, incluso, ya debería ofrecer más detalles al respecto de cómo está la empresa», señaló Macario González, presidente de la Comisión de Contraloría de la Asamblea Nacional 2015 – 2021.

El funcionario de Monómeros señaló que los equipos están asegurados, pero afirmó que esta compañía no reconocerá ningún pago por los daños sufridos si luego de una inspección determina que la Gerencia General fue negligente al no considerar el mantenimiento preventivo y correctivo de las instalaciones.


Si proyectamos que al culminar el 2021, Monómeros podría tener un beneficio neto de 9 millones de dólares, aún le faltaría completar la mitad del presupuesto

Funcionario de Monómeros

Desde que Monómeros pasó a manos del líder opositor Juan Guaidó, la compañía pasó de presentar 24.159.000.000 de pesos colombianos en pérdidas a obtener 42.850.000 en utilidades, según los balances financieros de la empresa.

El escándalo por la contratación de la empresa panameña Lionstreet Ventures Corp S.A., presuntamente ligada al actual gerente general Guillermo Rodríguez Laprea, y la resolución de agosto del año 2020 de la Supersociedades de Colombia, que reveló irregularidades financieras y gerenciales, obligó a los proveedores a suspender los créditos para la compañía. Esta ya enfrentaba restricciones de la banca colombiana para acceder a préstamos por las sanciones estadounidenses que pesan sobre la gestión chavista y la desconfianza generada por el choque entre Guaidó y Maduro por el control de la empresa.

Mientras la gerencia trataba de limpiar su imagen tras las revelaciones de la Supersociedades, algunos integrantes de junta directiva de Monómeros y diputados de la Asamblea Nacional de 2015 denunciaron un presunto plan que tenía Nitron Group, un proveedor de materia prima de Monómeros, para apoderarse del activo venezolano.

El rumor del plan quedó en ello, en su lugar se confirmó la creación de una nueva compañía filial de Nitron Group, Nitrofert, dirigida por dos venezolanos con nacionalidad colombiana, que busca ocupar espacio en el mercado agroindustrial de Colombia.

Paralelamente, los dirigentes opositores aceptaban que la crisis de Monómeros obedeció, en gran medida, al matiz «político» con el que se manejó la escogencia de los miembros de la directiva, sugerida previamente por los cuatro partidos mayoritarios que conforman el bloque G4 (Acción Democrática, Un Nuevo Tiempo, Primero Justicia y Voluntad Popular) en la Asamblea Nacional, elegida en 2015.

Ahora, el debate se centra en cambiar a la actual junta directiva de Monómeros por medio de un proceso de selección de una empresa de recursos humanos calificada para elegir a los nuevos integrantes. Sin embargo, algunos parlamentarios aún cuestionan que se haga una reestructuración del gobierno corporativo sin investigar a Rodríguez Laprea, gerente general sugerido por Acción Democrática, por cometer actos de corrupción en Monómeros.

Para Vázquez, la intromisión de la política es la gran traba que enfrenta Monómeros. «La empresa ha sido mal administrada desde hace 10 años. Cuando el chavismo sustituye la competencia por sus clientes políticos, convierten un buen negocio en un mal negocio. El deterioro llega por la mezcla de varios elementos como las sanciones, pero el manejo político es la limitación más importante; que la empresa sea manejada por un grupo que al final de día son políticos, representantes de una Asamblea», reflexiona Vázquez, quien puntualiza que se equivocan quienes piensan que las petroquímicas generan muchas ganancias de manera rápida.

En medio de las polémicas que envuelven a Monómeros, las inquietudes se centran en la búsqueda de financiación para rescatar la infraestructura de la empresa.

La transferencia del dinero es crucial en este momento, y más porque en 2022 se realizará la parada de la planta por dos meses. Es un tiempo en el que se ejecuta un mantenimiento mayor de los equipos para llevarlos a un alto rendimiento. El año pasado no se ejecutó este procedimiento y especialistas advierten que si no se hace podría generar un problema ambiental. Se estima, según documentos enviados a El Pitazo, que la inversión solo para la parada mayor por mantenimiento de los equipos, este año 2022, costará 8.700.000 de dólares.

Las esperanzas de la recuperación económica de Monómeros se mantienen pese a la diatriba financiera y política en la que está envuelta. La empresa se acogió nuevamente, el pasado mes noviembre, al plan de salvación con la Cámara de Comercio de Barranquilla, amparado en el Decreto 560 del año 2020, para llegar a acuerdos con sus acreedores y saldar sus deudas, sin un panorama claro aún sobre el alcance de la medida. Pero el 30 de diciembre de 2021, la Supersociedades elevó el grado de supervisión contra la empresa tras determinar que aún persistía el riesgo de insolvencia.

La gerencia celebra que la producción y ventas, hasta octubre de 2021, generaron una utilidad acumulada de 20.000 millones de pesos. Pero la cantidad obtenida aún es corta ante las necesidades de una industria que aún produce, pero que podría paralizarse y revertir la tendencia favorable de crecimiento económico si no se atiende con prontitud su mantenimiento.