Desde la óptica de la psicología social, en Venezuela predomina el agotamiento emocional y la ansiedad, pero esa sensación negativa no se refleja en toda la población. Expertos en economía no descartan que haya señales de recuperación que permiten ser optimistas y esperar un mayor crecimiento en los sectores productivos

¡Sí pude hacerlo en Venezuela! ¡Me gradué! Estas y otras frases, que intentan demostrar que quedarse en Venezuela y tener éxito sí es posible, abundan en las redes sociales, eventos y publicidad. Jóvenes y no tan jóvenes intentan contagiar sus pensamientos positivos y aseguran que las oportunidades de crecimiento personal y profesional no han desaparecido en el país.

Esta visión optimista que muestra otras posibilidades para los venezolanos, contrasta con la crisis económica, social y política que atraviesa Venezuela desde 2013 y que continúa dejando huellas en la manera de pensar y actuar de muchos ciudadanos.

¿Por qué ocurre esto? Yorelis Acosta, psicóloga clínica y social, explica que desde 2015, año en el que la especialista realizó el estudio Mapa Emocional de Venezuela, predominan estas emociones. Mientras algunas personas ven indicios de mejora y hasta posibilidades para generar empleos con la creación de microempresas propias, otra parte de la población continúa en un estado negativo, de frustración o desesperanza.

«Siempre nos dijeron que los venezolanos eran las personas más alegres del mundo, por tanto nos imaginábamos/veíamos en la calle alegres, sonriendo, echando chistes, pero eso desapareció en los últimos años», cuenta la investigadora de la Universidad Central de Venezuela al preguntársele si la gente está positiva o calmada.

La pobreza en el país continúa generando preocupación; se ha mantenido en los niveles «máximos de 94,5 %, mientras que la pobreza extrema sigue creciendo y abarca dos tercios de los hogares del país», de acuerdo con los resultados de la Encuesta de Condiciones de Vida (Encovi) presentada por la Universidad Católica Andrés Bello (Ucab), en septiembre de 2021.

No obstante, los criollos se han esforzado en buscar soluciones a la falta de dinero y han sabido enfrentar la merma de oportunidades laborales, debido a la inesperada llegada del COVID-19 a sus vidas en 2020.


Siempre nos dijeron que los venezolanos eran las personas más alegres del mundo, por tanto nos imaginábamos/veíamos en la calle alegres, sonriendo, echando chistes, pero eso desapareció en los últimos años

Yorelis Acosta, psicóloga clínica y social

¿Qué está pasando ahora? En este momento, en el país hay una sensación de bienestar generada por una economía progresivamente dolarizada, la reactivación del sector comercial y el surgimiento de emprendimientos. Aun cuando la veracidad de ese escenario es discutida por especialistas, Carlos Hermoso, economista, agrega que esa recuperación no se traduce en la superación de la crisis actual.

«Algunas instituciones internacionales calculan que el año cerrará con un 4 % de crecimiento del PIB, que es nada considerando que hubo una destrucción del 75 % del aparato productivo, pero ese crecimiento podría tener un impacto porque la población venezolana se ha reducido por la emigración. Al haber menos población y un pequeño rebote del crecimiento económico, eso puede tener un impacto más que económico, político», señala el también político y sociólogo.

El deseo de muchos jóvenes y no tan jóvenes de quedarse en el país es otra señal que genera optimismo. De acuerdo con la Encuesta Nacional de la Juventud (Enjuve), presentada en octubre de 2021 por la Ucab, la propensión a emigrar ha disminuido. El estudio revela que la mayoría de los jóvenes (44 %) de 15-29 años no se iría de Venezuela en la actualidad.

Para Yorelis Acosta, la tasa de éxodo ha cambiado por dos factores: los mercados afuera están saturados por la recesión que provocó la pandemia y «la burbuja de que este año hubo un respiro de la economía, unos venden y otros compran. Irme implica cambiar unos problemas por otros».

Más que optimismo, la experta argumenta que predomina el agotamiento emocional y ansiedad como estado patológico del estado de ánimo.

¿Hay razones para ser optimistas en Venezuela? El Pitazo le hizo la pregunta a especialistas en política, psicología, turismo y economía del país. Esto nos dijeron:

EMPRENDIMIENTOS:
reverdecer de la pradera



En el aniversario 225 de la Hacienda Santa Teresa, Alberto Vollmer, presidente de la compañía, enfatizó que Venezuela, a pesar de atravesar dificultades económicas, políticas y sociales, cuenta con gente dentro y fuera del territorio que está motivada a cultivar sus conocimientos, fomentar la historia y formar parte de ella. Con una metáfora, sugiere que el país es una «sabana quemada que, en medio de las cenizas, germinan unos brotes verdes» que simbolizan a esas personas que «echan para adelante». Estos emprendedores representan el reverdecer de la pradera.

Según una investigación realizada por la Agencia de Mercadeo Proyecto Apasionados en 2021, el 80 % de los emprendedores criollos necesita levantar capital, 43 % necesita disminuir incertidumbre, estrés y ansiedad y a 97 % le apasiona su emprendimiento, informó a El Pitazo Fernando Ríos, CEO de la compañía Laboratorio de Apasionados.

Óscar Doval, presidente de la consultora británica Moore y de Venecápital, destaca el espíritu empresarial. «Al venezolano le gusta inventar y ser propietario de su propio negocio. Es el sueño de todo connacional, desde el más afortunado hasta los menos afortunados. Yummy, Holy Chicken y Pagos Ya son algunos ejemplos».

Por su parte, Harry López, gerente general de Emprered, organización que desarrolla las competencias del talento emprendedor e innovador de los venezolanos, no duda que existan motivos para la esperanza, pero recomienda saber distinguirlo del «positivismo patológico o filosófico que carece de fundamento para sustentar el sentido de la vida, poder progresar, desarrollo profesional y personal». El riesgo de ser extremadamente positivo u optimista es que puede evolucionar en «un autoengaño, una auto trampa que no conduce a ningún lado», advierte.

LOS MEJORES ALIADOS:
economía y gremios



El dinamismo que han tenido algunos sectores de alimentos, comercios y tecnología, entre otros, así como la dolarización de facto, son algunas de las señales que permiten sentir un cambio en el escenario económico.

Sin embargo, Luis José Barreto, director ejecutivo de Index Global Corp, empresa de servicios financieros, calificó de espejismo las afirmaciones sobre el crecimiento económico. Aseguró que no hay nuevas inversiones y tampoco «una verdadera producción de algún rubro específico, aparte del petróleo». Tiene fe en que la verdadera reactivación comercial vendrá con el turismo.

Aún en este escenario, hay razones para tener esperanza. Tiziana Polesel, presidenta de Consecomercio, mantiene la fe en la gente. «Las razones para ser optimistas están en el recurso humano, en esos trabajadores que, a pesar de todas las dificultades, van a sus puestos de trabajo, hacen bien su trabajo y tienen tiempo para la creatividad e incluso para el humor. Eso te da las energías necesarias», comentó.

Rogelio Guevara, economista y director nacional del Observatorio Venezolano Agronegocio, fija su esperanza en el sector agrario y alimentario, el cual debería ser –en su opinión– el nuevo petróleo venezolano. «Allí hay mucho potencial, desde los pequeños hasta los grandes productores, pese a la escasez de gasolina y gasoil».

TURISMO:
la apuesta segura



No hay una persona que al hablar de Venezuela pase por alto sus paisajes, su clima y su belleza natural. En esta riqueza atesoran su esperanza y su optimismo. En esta riqueza ven una posibilidad de desarrollo y recuperación económica. El youtuber Fogonix y la periodista Valentina Quintero, dedicados a mostrar cada rincón del país, invitan a vivirlo.

Para Daniel Bencid, conocido como Fogonix, Venezuela es la locación perfecta para hacer turismo de aventura. «Si las personas nos vieran no solo como un país trágico y lleno de inseguridad, habría una posibilidad de evolución», destaca el productor audiovisual, quien a través de YouTube muestra las maravillas de cada región con sus recorridos.

Está convencido de que con una buena planificación, apoyo al sector turismo, campañas de información y promoción, Venezuela «podría vivir netamente del turismo sin ningún problema».

Fogonix acompañó al youtuber y documentalista Alex Tienda durante su visita a Caracas y recuerda cómo el mexicano quedó enamorado de Venezuela, tanto así que promovió un GoFundMe para ayudar a la comunidad de Petare, en el municipio Sucre del estado Miranda. «Todavía Álex sigue hablando como venezolano, claro, con un acento horrible (risas), pero mantiene en su vocabulario palabras venezolanas».

La periodista Valentina Quintero, la viajera de Venezuela, es reconocida por su trabajo en la promoción del turismo nacional. El pasado 28 de octubre, durante una conversación con el embajador de Estados Unidos, James Story, afirmó que para convertirnos en un destino turístico internacional, necesitamos seguridad y vivir en democracia para tener una interconexión con el mundo.

«Vivir del turismo genera orgullo, pertenencia, sube el autoestima de los venezolanos y nosotros lo necesitamos», reflexionó la promotora del turismo, tras invitar a explorar el país.

POLÍTICA:
perspectiva de cambio



Desde la acera política, hablar de optimismo cuesta un poco más. Carlos Hermoso, doctor en Ciencias Sociales y subsecretario general nacional del partido político Bandera Roja, analiza el contexto socioeconómico y asegura: «El chavismo ha llevado a la economía y a la sociedad a un grado de deterioro brutal», por lo que prefiere hablar de perspectiva de cambio y no de optimismo.

Para Hermoso, en la población lo que hay es escepticismo, frustración, pérdida de esperanza y falta de entusiasmo por la falta de dirección política. Para labrar el cambio del que habla el dirigente, «el país requiere de una ética política positiva que coloque los intereses de los venezolanos por encima de los políticos».

Aunque cada sector presenta diferentes realidades positivas y/o negativas, los consultados por El Pitazo coinciden en que la gente de Venezuela tiene la fuerza para transformar los momentos difíciles en incentivos para dejar un terreno fértil a las nuevas generaciones.