Sacar el relleno, lavar, secar y volver a usar. El proceso se repite a diario. Yeny Leonga comenzó a reciclar los pañales desechables desde que nació su hijo de dos años, el menor de cuatro. Semanalmente compraba dos o tres pañales, cuando el niño orinaba, le sacaba el algodón, lo lavaba con jabón azul y lo secaba al sol, eso le podía durar un mes. Ahora los compra cada 15 días y los utiliza solo cuando van a salir porque su niño ya está aprendiendo a ir solo al baño.
Yeny vive en Turumo, una barriada ubicada en la parroquia Caucagüita del municipio Sucre, limita con Petare y Filas de Mariche, todas, zonas populares y conocidas por las escaleras infinitas y las casas de techos de zinc. Como ella, la mayoría de sus vecinas reutiliza los pañales desechables. Norimar González no solo recicla, también fabrica pañales con ropa vieja y bolsas plásticas desde que su hijo nació, en noviembre de 2017, porque no puede pagarlos. En ese momento, un paquete de 24 pañales costaba 265 bolívares y a octubre de este año, costaba 28.000.000 o 280 bolívares soberanos.
La última vez que preguntó el precio de un pañal le dijeron que eran 150 bolívares soberanos. Para poder comprar uno necesita vender 10 helados de frutas que prepara en su casa y que son su única fuente de ingreso. Norimar copió el modelo de la ropa interior, cortó una franela vieja, un empaque plástico y así solucionó. Que ella sepa, su improvisación nunca le ha ocasionado algún problema de salud a su bebé.
Marion Castillo, pediatra egresada de la Universidad Central de Venezuela (UCV), explica que reutilizar los pañales desechables no debería afectar la salud en los niños siempre que los laven con jabón y los sequen al sol. “Como eso solo tiene contacto con la piel, no debería causar infecciones si están bien lavados. Funcionan como los pañales de tela. La única forma de que se infecte es que el bebé tenga alguna herida”, dice la especialista, pero insiste en que estos pañales no deberían usarse más de dos veces. Castillo opina que el problema no es de salud, sino social: “Es lamentable que las mamá tengan que hacer eso por no poder comprar pañales”.
En Turumo, las mamás y abuelas lavan los pañales con jabón azul, los secan al sol y los reutilizan | Rayner Peña
De acuerdo con el registro de la prensa nacional, a principios del año 2015, en varias cadenas de farmacias y supermercados era un requisito llevar la partida de nacimiento del niño para poder adquirir los pañales. Sin embargo, las denuncias por la escasez de este producto comenzaron en 2013 y aumentaron luego de que Nicolás Maduro oficializara la Ley Orgánica de Precios Justos, que entró en vigencia el 23 de enero de 2014 bajo el decreto N° 600. En 2016, El Pitazo reportó protestas en Barinas, Maracaibo, Cumaná y Maracay durante las colas afuera de comercios a los que habían llegado pañales.
El método de reciclaje de los pañales ha pasado de vecina en vecina en las casas de Turumo, aunque algunas, como Yelitza Inojosa, van probando nuevas formas. Ella también saca el relleno húmedo, pero lo sustituye por alguna tela de algodón. Para conseguir el jabón, canjea cualquiera de los productos que vienen en la caja de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (Clap); si no, no podría asegurar la higiene de su hija de tres meses. Ella no trabaja porque debe encargarse de sus cinco hijos mientras su esposo busca alguna oportunidad como pintor en cualquier parte de Caracas. Yelitza se lamenta recordando cómo se ha deteriorado su calidad de vida en tan poco tiempo: “Cuando nació mi hijo de dos año, nosotros podíamos comprar pañales semanalmente. Era más fácil todo”.
July Maza también se las ha ingeniado desde que nació su nieto. Nicole, su hija, dio a luz hace un mes y ella se ha encargado de rendir los cuatro paquetes de pañales que compraron hace un par de meses. Ella ahorra todo lo que puede, aunque no es fácil, porque necesitan entre seis y ocho pañales diarios. Cuando alguno está lleno de heces, le corta las partes limpias para utilizar ese algodón y rellenar los otros. July prefiere hacer ese trabajo que ponerle el pañal ecológico que compraron en Petare, porque ese lo irrita; les costó 50 bolívares soberanos hace más o menos cuatro meses. Desde que el bebé nació no han desechado ningún pañal.
El salario mínimo no alcanza ni para un paquete y muchas madres compran los pañales desechables solo para cuando les toca salir | Rayner Peña
Los pañales ecológicos, como el que July compró para su nieto, surgieron como respuesta a la necesidad hace más o menos tres años. Son piezas que asemejan el corte de la ropa interior y están hechos con tela impermeable, pero no es el producto preferido para las mamás. El hijo de Julia Rodríguez tiene un año y tres meses y pasa todo el día sin pañal, ni de tela ni desechable. Ella prefiere limpiar el orine que el niño deja por la casa que utilizar el pañal ecológico que le regalaron porque le hace daño. “Yo prefiero dejarlo así, porque él ya está aprendiendo a una la bacinilla y el pañal ese lo irrita porque es como de plástico, no sé”. Hace un mes logró comprar cinco pañales desechables por 200 bolívares soberanos, pero los está reservando para cuando le toque salir.
Para algunas mamás de Turumo, adquirir pañales ni siquiera es una opción. ¿Con cuatro muchachos cómo compras pañales?, pregunta Hailyn Cabello mientras explica la técnica que utiliza: le colocas una tela, luego una bolsa y por último, un pañal de tela para asegurar.
De acuerdo con los testimonios de las madres, hasta el año de edad, un bebé puede necesitar entre seis y ocho pañales diarios, lo que significa que semanalmente se requieren entre dos y cuatro paquetes de 24 unidades. En supermercados y farmacias, el precio promedio es de 2.000 bolívares soberanos. Se debe disponer de entre 4.000 y 8.000 bolívares soberanos cada semana, lo que significa que, mensualmente, los padres venezolanos tendrían que gasta por lo menos 16.000 bolívares soberanos en pañales con un salario mínimo de 1.800 decretado por Nicolás Maduro en julio de este año.
