Caracas.– Vecinos de los bloques de El Silencio, en el municipio Libertador de Caracas, denunciaron que grupos de civiles afectos a Nicolás Maduro y funcionarios de la Casa Militar amenazaron con ingresar a los apartamentos, luego del cacerolazo registrado la noche del lunes 21 de enero.
Un residente del sector, que solicitó resguardar su identidad, contó a El Pitazo que una de sus vecinas tocaba cacerolas mientras simpatizantes del oficialismo instalaban una tarima en la Plaza O’Leary, a propósito de la convocatoria hecha por Diosdado Cabello para este miércoles 23 de enero. De inmediato, un hombre afín al Gobierno se acercó a los edificios y amenazó con denunciarla ante los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (Clap), para que dejara de suministrarle las cajas de alimentos. A la protesta se unieron varios vecinos, por lo que aumentaron las intimidaciones.
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La fuente aseguró a El Pitazo que discutió durante varios minutos con el simpatizante del Gobierno sobre la crisis del país. Luego, cesó la protesta con las cacerolas.
Durante la tarde del martes 22 de enero, a través de un grupo de Whatsapp de los habitantes del bloque, la líder del sector comunicó que la Casa Militar y dirigentes del Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv) habían exigido a todos los encargados de los consejos comunales y los Clap entregar los nombres de quienes habían protestado con cacerolas la noche anterior, porque sus apartamentos debían ser revisados para verificar la existencia o no de artefactos que pudieran atentar contra la vida de Nicolás Maduro. Además, dijo que no podrían seguir recibiendo los alimentos subsidiados por el Gobierno.
De acuerdo con el testimonio, la jefa del Consejo Comunal decidió no dar ninguna información para proteger a sus vecinos. Sin embargo, les confesó que Casa Militar había afirmado que, si algún propietario negaba el acceso de los efectivos a sus apartamentos, entrarían a la fuerza.
Este miércoles 23 de enero, día en el que fueron convocados chavistas y opositores a marchar, los bloques de El Silencio se encuentran tomados por la Guardia Nacional. Los vecinos precisaron que en cada entrada se encuentran apostados funcionarios con armas largas y dentro de los edificios se mantienen efectivos con pistolas.
