Caracas.- La movilización que se dirigiría al oeste de Caracas este 1° de mayo, Día del Trabajador, se adelantó para el mediodía de este 30 de abril, tras el apoyo de un grupo de funcionarios de la Guardia Nacional al presidente encargado de Venezuela y jefe del Poder Legislativo, Juan Guaidó. Aunque algunos ciudadanos no tenían claro si la marcha tenía como destino el Palacio de Miraflores, se sentían en confianza porque los uniformados la lideraban.
A las 10:00 am, desde la plaza Francia de Altamira, Guaidó se dirigió a la ciudadanía a través de un megáfono, en compañía del fundador de Voluntad Popular, Leopoldo López, y aseguró que Maduro no contaba con el pleno respaldo de la Fuerza Armada Nacional, pero continuarían exigiendo que se apeguen a la Constitución, a propósito de la incorporación de al menos 40 funcionarios de la GN, que fue anunciada desde el Distribuidor Altamira a las 6:00 am.
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Durante las dos horas siguientes, algunos líderes políticos pedían a los ciudadanos mantenerse en el lugar hasta que el parlamentario ofreciera una ruta a seguir de la mano de los funcionarios militares, quienes en su mayoría han estado encargados de la seguridad de la Asamblea Nacional desde 2015, como el caso del mayor Ilich Sánchez, y que pertenecen a la Región Estratégica de Defensa Integral de Distrito Capital. En la espera, los asistentes entonaron el Himno Nacional y reiteraron el apoyo al diputado bajo consignas relacionadas con la libertad.
La alta temperatura provocaba la deshidratación de algunos ciudadanos que solicitaban auxilio de los bomberos y paramédicos que se encontraban en el lugar. Pero a las 12:00 pm., Guaidó salió de un vehículo negro que estaba adyacente a la grúa que servía de tarima, donde permanecían los militares y a la que llegaron otros funcionarios desde la avenida San Juan Bosco.
De inmediato, los uniformados que llevaban cintas azules en el brazo derecho y algunos mantenían sus rostros tapados abordaron un camión y tomaron la iniciativa de dirigir una marcha hacia el oeste de Caracas, a pesar de que tropas fieles a Maduro tenían controlada esa parte de la ciudad e incluso habían reprimido parte de las protestas que se registraban en la autopista Francisco Fajardo, a la altura de La Carlota. Tanto López como Guaidó los acompañaban en caravana.
El momento esperado
María Alejandra Torres, seguidora de Guaidó, tenía “muchísimo tiempo esperando este momento” en el que los convocaran a marchar hasta el Palacio Blanco. Mientras que Gustavo Serrano tenía confusión sobre la llegada de esta movilización, aunque prefería acompañarlos.
“Dios los bendiga”, “Viva la libertad”, gritaban los asistentes en el momento en el que la GN tomó sus fusiles, con los que más temprano hicieron retroceder a sus compañeros de armas que aún sostienen a Maduro. No obstante, la confianza y la seguridad solo duraron escasos 27 minutos porque tanquetas y guardias nacionales los esperaban en Chacaíto, donde comenzaron a disparar bombas lacrimógenas, logrando el retroceso de la manifestación.
La consigna del “sí se puede” de unos se confundía con el desespero de otros que veían cada vez más cerca las lacrimógenas y escuchaban las detonaciones. Los militares, a cargo del mayor Ilich Sánchez -que comanda el Destacamento 432 del componente-, resguardaban a López, mientras que a Guaidó lo escoltaban en dirección a Chacao.
De los 12 kilómetros que algunos esperaban recorrer para cumplir con el cese de la usurpación, que ha señalado la AN, apenas pudieron caminar dos. Llegaron hasta la plaza Juan Pablo II, donde está ubicado el Centro Comercial Lido. Las tanquetas avanzaron hasta el Ministerio de Vivienda y Hábitat e intimidaron a los que habían decidido resguardarse en la avenida Libertador, a la altura de la agencia del Banco del Tesoro.
