Caracas.– La acostumbrada fiesta que se suele ver en las barriadas populares de Caracas cuando hay elecciones no fue la constante de este domingo 10 de diciembre. Los puntos rojos y opositores con música a todo volumen en cada esquina de las zonas populares fueron pocos o casi ausentes en zonas como La Bombilla, Barrio Unión, José Félix Ribas, y todo Petare.
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La tranquilidad normal de los domingos no fue quebrantada en esta ocasión por el proceso electoral para elegir los nuevos alcaldes de los municipios que componen la Gran Caracas. Fue la soledad la que se dejó ver en muchas de las zonas populares visitadas por El Pitazo.
En la mayoría de los centros de votación de las barriadas del este caraqueño, el número de votantes que habían acudido a las urnas hasta las 6 pm no superaba la mitad del padrón electoral registrado en cada institución que servía de sede a algún centro electoral.
Es el caso del Polideportivo Mariches, en el barrio La Dolorita, a las 4:30 pm habían votado 427 electores de los 934 inscritos en el centro. Carlos Sanz, coordinador de este centro, refirió que en la zona el proceso se ha dado con “total tranquilidad y sin incidencias”.
Más adentro, en el barrio Julián Blanco, el silencio era el común denominador y solo se podía escuchar algún bullicio propiamente frente a los centros de votación, donde era posible encontrar a algunos vecinos jugando dominó, cartas o simplemente conversando en el área de los puntos rojos.
“Se han hecho colas pequeñas y la gente va y viene, pero el flujo es constante”, relató Doris Mancera, jefa de la Unidad de Batalla Bolívar-Chávez (Ubch), también en Julián Blanco, específicamente en la Unidad Educativa Presidente Kennedy, donde se reportó la asistencia de 2.000 de los 4.533 votantes dispuestos en este centro.
Frente a un gran botadero de basura se ubicó el centro de votación de la Casa Comunitaria de este mismo barrio, en el que abrieron las dos mesas pasadas las 8 de la mañana, pues se presentaron problemas con una de las máquinas de votación.
La “guerra de minitecas” que caracteriza a todo José Félix Ribas estaba apagada. Desde la zona 12 de la barriada solo se contabilizaron unos seis “puntos rojos” y no más de dos de partidos opositores, cuya concurrencia de personas era escasa y para nada comparable con la vista el pasado 15 de octubre durante la realización de los comicios regionales.
“Esta vez estamos tímidos”, dijo la coordinadora del centro ubicado en la Casa de la Cultura José Félix Ribas, que, aunque prefirió no dar su nombre, acotó que en el centro unos 600 de los 1.410 inscritos habían ejercido el derecho a sufragar en este espacio.
La abstención en las zonas populares era más notable en algunos lugares, como en el colegio Fe y Alegría de Barrio Unión, donde de las 5.000 personas inscritas, a las 5 pm solo habían votado unas 700, según reveló un miliciano que resguardaba el sitio.
“Aquí en Armando Reverón el proceso ha transcurrido con normalidad y ya logramos un aproximado del 50 % del padrón electoral del sector”, dijo el coordinador del centro, Alberto Aldana, quien comparó la participación con las elecciones regionales y calificó como “buenos” los números, considerando “que en las municipales nunca acude la misma cantidad de personas que en otro tipo de elecciones”.
Ni una sola cola para votar fue posible encontrar en estos centros de votación ubicados en el corazón de los barrios. Muchos de los vecinos atribuyeron la apatía al tipo de elección; no obstante, otros hablaron de que “el descontento” de unos y otros con las decisiones tomadas por los líderes de la tendencia que siguen marcó significativamente la participación en el proceso.