Barcelona.– “Volvimos a nacer” es la frase que repetían algunos de los habitantes de la Torre E de Parque Vidoño, en Barcelona, estado Anzoátegui, luego de que se desplomó un tramo de las escaleras que daban acceso al tercer piso de la edificación.
El hecho se registró en horas de la tarde del domingo 6 de febrero, momento en el que la tranquilidad de los residentes se terminó tras escuchar un fuerte estruendo que los obligó a salir de sus apartamentos.
“Abrí la puerta y vi al vacío. Ya no estaba la escalera y nosotros quedamos atrapados en nuestros apartamentos. Como pudimos, gateando y trepando con la ayuda de los funcionarios de Protección Civil, pudimos salir”, contó Alí Velásquez al equipo de El Pitazo la mañana de este lunes, 7 de febrero.
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Velásquez es uno de los residentes del lugar y recuerda que hace tres años declararon la edificación como estructura de alto riesgo, pero pese a sus innumerables llamados al Gobierno regional y central aún no los han reubicados.
“Los apartamentos fueron entregados por la Gran Misión Vivienda hace más de cinco años. Nos desalojaron de la supuesta franja de seguridad de la zona en expansión de la refinería de Puerto La Cruz y nos adjudicaron 80 apartamentos que, ciertamente, estaban habitables, pero ahora estamos en riesgo de perder la vida si se desploma por completo”, recalcó Alí Velásquez.
Rey Sifontes es otro de los vecinos y contó que durante los últimos dos años han perdido la tranquilidad por el riesgo que representa vivir en la estructura; sin embargo, aseguró que no saldrá de su apartamento hasta que lo reubiquen en otro lugar.
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“Nos han prometido en dos oportunidades la reubicación, pero hasta ahora solo han sido cuentos. Aquí seguimos, y lo que nos pase será responsabilidad del Gobierno porque fueron ellos los que nos sacaron de la supuesta zona de riesgo donde estábamos y en la que vivíamos más seguros que ahora”, denunció Sifontes.
Son 40 familias las que aún están en peligro y que se mantienen en el interior de sus apartamentos. Las otras 40 familias fueron llevadas a las instalaciones de un Centro de Diagnóstico Integral (CDI) cercano mientras logran ubicar otro lugar que puedan habitar.
Algunos moradores han denunciado en reiteradas oportunidades que la estructura ha comenzado a ser desvalijada por chatarreros que acuden a la zona en búsqueda de hierro pesado para su comercialización.