Una matrioshka llamada Sarkozy

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Por: Andreina Mujica

El pequeño Nicolás es el cuento infantil escrito por René Goscinny (el mismo de Asterix y Obelix). También tenemos al otro pequeño Nicolas, ese que está siendo viral en tiempos pandémicos de juzgado en juzgado.

En mayo de 2007, Nicolas Sarkozy se convirtió en el primer presidente de la República francesa de ascendencia extranjera, padre húngaro y madre griega. También es el primero en exigir un banquito para no verse tan pequeño en algunos eventos públicos. Este político va hacia sus 70 años. Católico practicante y conservador, su carrera inició en 1975. Nicolás fue un estudiante ordinario, tendiendo a mediocre; hasta 1973 no obtuvo el título de bachillerato, acto seguido desarrolló ese olfato de zorro político y en 1974, mientras cursaba el primer año de carrera, el joven Nicolas se afilió a la Unión de Demócratas por la República (UDR), partido conservador cuyo líder era Jacques Chirac. De ahí «el pequeño Nicolas» no ha dejado de escalar hasta lo más alto del poder galo.

Cuando anunció su retiro de la política lo decía en serio, o bien, así parecía. Tampoco quedaba minimizado y sin tener cómo sobrevivir. Aparte de su pensión como expresidente del Consejo General y diputado por el departamento de Hauts-de-Seine, lo cual le otorga una suma de 4.000 euros al mes, también recibirá 6.000 euros mensuales por haber sido presidente. Nicolas, al no tener propiedades en provincias, sigue siendo el expresidente cuya protección del hogar parisino y la seguridad cercana costó más que todos los demás: 1,79 millones de euros en total. Le siguen Valéry Giscard d’Estaing (1,13 millones) y Jacques Chirac (800.756 euros). En un apartamento de más de 300 metros en el 77, rue de Miromesnil, él y su esposa Carla Bruni, manejan 11 habitaciones por si llega visita, incluida una habitación clasificada como monumento histórico, con pinturas que datan del siglo XIX. La revista Challenges estimó el precio de este alquiler de lujo en cerca de 180.000 euros al año, o unos 15.000 euros al mes, para el año 2012.

Aunque procedente de una familia burguesa y criado en barrios acomodados, Sarkozy no estudió, como muchos dirigentes franceses, en las grandes écoles o en la Escuela Nacional de la Administración (ENA), que ha formado a generaciones de políticos y funcionarios, sino en la Universidad de Nanterre (Paris 10), donde cursó derecho tras no poder entrar en ciencias políticas.

En 1978 finalizó sus estudios de derecho, prestó el servicio militar y fue nombrado delegado de las Juventudes del RPR. 

Pacto de corrupción

Haber estudiado de Derecho es un agravante en el caso de «Escuchas» donde se le señalan los delitos de  corrupción y soborno. Hay pruebas de conversaciones intentando sobornar a un magistrado de la Corte, Gilbert Azibert, quien entonces era asesor principal en la corte de apelaciones del Tribunal Supremo (2014) y manejaba información sobre financiamiento indebido para su campaña presidencial. No actuó solo, eran tres los colegas, pues se agregaba a la conversación su abogado Thierry Herzog, uno de los litigantes  más prestigiosos de Francia.

Aunque su abogada amenaza con apelar desde al Tribunal Europeo de los Derechos Humanos de Estrasburgo hasta en el séptimo cielo de San Pedro, por ahora hay sentencia, tres años de prisión, de los cuales pagará uno solo con probable brazalete electrónico, pero su carrera política parece haber fallecido, no así su influencia desde la debilitada derecha conservadora.


Cuando anunció su retiro de la política lo decía en serio, o bien, así parecía. Tampoco quedaba minimizado y sin tener cómo sobrevivir. Aparte de su pensión como expresidente del Consejo General y diputado por el departamento de Hauts-de-Seine, lo cual le otorga una suma de 4.000 euros al mes, también recibirá 6.000 euros mensuales por haber sido presidente

Andreina Mujica

Esta condena marca la historia política de Francia y hace un daño profundo a la figura presidencial, nueve años después de que el expresidente Jacques Chirac fuera condenado a dos años de prisión por el caso de trabajos ficticios en la ciudad de París. 

Según la justicia francesa, ambos le ofrecieron a Azibert un puesto en el Consejo de Estado de Mónaco, a cambio de información confidencial sobre una investigación contra Sarkozy, relacionada con las acusaciones de que, el entonces pequeño Nicolas era jefe de Estado, y había recibido Liliane Bettencourt (heredera de L’Oreal) para su campaña presidencial de 2007. 

Siguen la matrioshkas, segundo caso 

La segunda semana de marzo se viene otra muñeca: el caso Bygmalion tiene su nombre gracias a la empresa que se encargaba de la costosa campaña política del año en que perdió frente a François Hollande; el límite para financiamiento de campañas es de 20 millones de euros, en su caso superó los 42 millones, sin embargo la defensa del pequeño Nicolás va a argumentar que nunca se enteró de que se manejaba tal suma de dinero.

En 2009, Muamar el Gadafi acusó a Sarkozy de haber recibido al menos 50 millones de euros de Libia para su campaña electoral de 2007, acusación que el pequeño Nicolas calificó como “grotesca”. La amistad entre ambos mandatarios data del 2005 y es rota públicamente cuando el dictador libio cae en desgracia con la primavera árabe. En ambos casos aparece Ziad Takkiedine, un traficante de armas, hacedor de contratos y porteador de comisiones que tuvo dos décadas de negociaciones con distintos gobiernos de la V república francesa.

Takieddine (70 años) confesó haber entregado en maletas de cuero millones de euros trasladados desde Trípoli directo al Ministerio del Interior francés, extrañamente y muy recientemente cambió su testimonio salvando así al pequeño Nicolás. Actualmente está pagando condena en Beirut por el caso Karachi (oscuro caso de comisiones en contratos de armas en la campaña de Edouard Balladur de 1995). La investigación se abrió tras la denuncia de las familias de las víctimas de un atentado, cometido en Karachi en 2002, que causó la muerte a 11 trabajadores de la industria naval francesa. El caso finalizó la semana pasada con un anciano Balladur (91 años) absuelto y su exministro de Defensa, François Léotard, condenado a dos años de prisión condicional y a pagar una multa de 100.000 euros (120.000 dólares) por «complicidad» en el abuso de activos corporativos.

Matrioshka tres y seguimos…

El diputado socialista René Dosière sacó la cuentas en su libro L’Argent de L’Etat (El dinero del Estado): un expresidente le cuesta cada año al contribuyente francés 1,5 millones de euros. Sin embargo, al parecer el expresidente va mucho mucho más allá, es un hombre de negocios y la matrioska sigue sacando nuevos casos y ahora tendrá que responder por tráfico de influencias y blanqueo de capitales con la empresa rusa RESO GARANTIA, que es propiedad de dos hermanos ruso-armenios, los multimillonarios Sergey y Nikolay Sarkisov, de la cual él era asesor estratégico.

El pequeño Nicolas habría recibido a principios de 2020 un pago de 500.000 euros, como parte de un contrato de consultoría por importe de 3 millones de euros.

La justicia tarda pero llega, ahora habrá que ver hasta donde alcanza al pequeño Nicolas, porque ha demostrado que no es tan fácil alcanzarlo. También en Francia la justicia puede costarle quitarse las vendas para ver con claridad, aún cuando el presidente en curso Emmanuel Macron sea buen amigo del “bastardo” pequeño pero no indefenso Nicolás.


ANDREINA MUJICA | @andreinamujica

Artista, periodista y reportera gráfica radicada en Francia.