Review de las 4 temporadas de The Crown ¿tan increíble como dicen?

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LA BUTACA DE ODA


Por: Odalin Martín

Ok comenzaré esta columna deseándoles ¡FELIZ NAVIDAD!

Y bueno, revelando un gran secreto, nunca antes había visto The Crown –sí, es en serio, y no, ni un solo capítulo– muchas personas, amigos, seguidores, compañeros de trabajo me la habían recomendado, pero estaba negada a verla. La única excusa que tengo es porque pensé que me iba a aburrir muchísimo viéndola, pero estaba TOTALMENTE equivocada.

Cuando salió la cuarta temporada este año, muchos de ustedes, mis lectores y seguidores, me pidieron que la comentara y me quedé muy sorprendida y apenada, porque no podía complacerlos. Entonces decidí ver la serie y me propuse seguirla completa –hasta la cuarta temporada porque vienen (confirmadas) dos temporadas más– y hacerles una review de mi opinión de The Crown antes de que terminara el 2020.

Comenzando con la primera temporada lo primero que me impactó y me encantó fue su increíble y acertado vestuario y maquillaje para cada una de las épocas. Lo mejor del caso es que en este apartado mejora, poco a poco, con cada episodio y cada temporada.

Todo el aspecto técnico de la serie, desde la dirección, pasando por la producción, la postproducción, la fotografía, la música, el diseño de arte… todo, absolutamente todo es perfecto, no tengo en lo absoluto ninguna crítica negativa en este apartado en las cuatro temporadas. 

Durante las primeras dos temporadas tenemos un cast sorprendente, un grupo de actores que se complementan y te hacen creer todo lo que te están contando en la historia. Comenzamos con la bellísima Claire Foy como la Reina Elizabeth II, Matt Smith como Phillip, Jared Harris como el Rey George, Vanessa Kirby como la princesa Margaret, John Lithgow como Winston Churchill, mencionando los que más me gustaron.

Estos actores me marcaron, hicieron que la serie me enamorara por completo porque sin duda, se creen su personaje y los interpretan a la perfección. Así seguimos hasta que termina la segunda temporada, pero a partir de la tercera –como era lógico, porque los personajes deben ir envejeciendo progresivamente– cambia el cast y es un cambio drástico, no precisamente malo, pero sí afecta a la audiencia, sobre todo si -como yo- la estás viendo de un tirón.

En la tercera temporada en el papel de la Reina Elizabeth II tenemos a Olivia Colman, como Phillip tenemos a Tobias Menzies y en el papel de la princesa Margaret tenemos a Helena Bonham Carter, eso por mencionar a personajes claves. No digo que sus papeles no estén bien interpretados o que estos GRANDES actores no lo hagan bien, pero el cambio físico es rotundo, afecta bastante a quienes estamos viendo durante 20 episodios a la Reina con los ojos más azules e increíbles del mundo y en la tercera temporada aparece con los ojos marrones, lo mismo sucede con Margaret y Phillip. 

Este es uno de los aspectos que más puedo criticar de la serie, pero quiero reiterar, las actuaciones siguen siendo buenas, los papeles están muy bien desarrollados por esos actores y todo fluye correctamente, pero en el aspecto visual sí puede incomodar un poco.

En cuanto al guion, debo decirlo, es uno de los mejores que he visto en una serie en mi vida. Es impresionante la puntualidad histórica, incluso si te gusta la historia del Reino Unido, puede ser un gran atractivo para ti. A pesar de que está basada libremente en los personajes principales de la monarquía, la historia a su alrededor fluye correctamente y los personajes que nos presentan pueden ser amados u odiados al mismo tiempo, comprendidos o detestados en el mismo capítulo y, sin duda, esto la hace impresionante.

Hay algo que no muchas veces se logra correctamente, pues pueden ser muy densos e innecesarios o muy flojos y con falta de consistencia, estoy hablado de los diálogos. En The Crown tenemos unos diálogos que no puedes perderte, que tienes que leerlos todos, comprenderlos porque son una parte vital en la historia que se cuenta y esto es sencillamente maravilloso.

Al ver la serie de manera continua, me encontré con una cuarta temporada que prometía mucho, pero que no es tan intensa como yo esperaba. Afloja en un momento crucial para la monarquía, porque llega la princesa más querida del mundo, Diana, y a pesar de que hay momentos en donde la serie levanta, realmente, se siente que pierde un poco el aspecto histórico que nos había conquistado y se vuelve una novela dramática con miedo a arriesgarse a perder a la audiencia que habían conquistado previamente.

Sin embargo, la cuarta temporada, a pesar de ser la más floja de todas, es cautivante. Diana es interpretada por Emma Corrin y Charles por Josh O’Connor, actores que hacen un trabajo sorprendente y la historia está contada de una manera que podamos detestar y amar a los personajes, sentir lástima o empatía por ellos. 

En la tercera temporada una de mis historias favoritas fue la de Charles, un personaje con un carisma infinito con el que pude conectar inmediatamente, pero en la cuarta temporada lo detesté más de que lo amé… pero no puedo entrar en más detalles porque puedo hacerles spoiler, aunque bueno, está basada “libremente” en hechos reales, así que no sé cuánto spoiler pueda llegar a hacerles.

Lo que sí es cierto, y no es un spoiler, es que esta es una serie SORPRENDENTE y maravillosa de principio a fin. Me cautivó en todo momento, me hizo enamorarme, conmoverme –aunque no lloré– estresarme, frustrarme y enamorarme de la historia de la monarquía.

Sin duda, The Crown es un imperdible en Netflix y si no la has visto aún, te garantizo que no tiene ninguna pérdida, tienes que verla… es más puedo afirmarlo, NECESITAS verla y luego vas a mis redes sociales y me comentas qué te pareció.


Odalin Martín | @OdaMM

Escritora, crítica de cine y presentadora de televisión.