¿Qué sucede con el crédito bancario en Venezuela? (I)

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EL PODER EN ESTE PAÍS


Por: Rogelio Guevara Cantillo

Un crédito bancario es una operación en la que una institución financiera concede a una persona o empresa una cantidad de dinero, comprometiéndose el cliente a devolver todo el monto y pagando, además, un interés por el uso de esa cantidad. En el caso venezolano, los mismos no funcionan para expandir la economía; de hecho, los créditos al consumo (tarjetas de crédito) no ofrecen soluciones a la mayoría.

En Venezuela, que presenta una grave depresión económica debido a la conflictividad política reinante y años de decisiones erradas en política económica, el crédito bancario sigue feneciendo. La que en otros tiempos fue la “potencia energética”, así llamada por el socialismo venezolano, sufre un proceso hiperinflación como ninguno en la historia económica.  

Sobre la relevancia del crédito bancario en la economía de Venezuela, conversamos con los economistas María Eugenia García y Jesús David Martínez. Para Martínez, el crédito consiste en obtener un préstamo de dinero por parte de un tercero con el cual contraemos una obligación, sabiendo que tendremos que devolverlo más tarde con intereses asociados. El crédito es relevante porque permite a algunos agentes económicos adquirir bienes que no podrían comprar en el momento por no tener el dinero disponible y a otros prestar sus fondos, implicando también que van a recibir el dinero que han prestado con unos intereses que los benefician.

El crédito implica una transferencia de consumo futuro por consumo actual. Si no existiera el crédito, la única manera de consumir más sería producir más, pero gracias al crédito el consumo puede incrementarse hoy e impulsar a su vez una mayor producción futura. “En consecuencia, el crédito es importante para cualquier economía porque funciona como un multiplicador del consumo y es especialmente útil para financiar inversiones productivas que se pagarán en el futuro”, opina Martínez.

En economías como la venezolana, el crédito es fundamental porque permitiría tanto a personas como empresas generar crecimiento económico mediante el aumento del consumo privado. En el análisis de Martínez, para el venezolano de a pie, especialmente el de bajos recursos, el crédito podría ser un gran aliado, ya que en las mejores condiciones posibles puede ser el camino para alcanzar sus metas o puede darle ayuda en un momento difícil o ante un imprevisto.

Nos explica Martínez que, en el caso de las empresas, el crédito les facilitaría, en un momento dado, el tener liquidez para poder hacer pagos corrientes y les permitiría apalancarse, por ejemplo, para poder realizar inversiones en nuevas maquinarias, tecnología y comprar insumos del extranjero que pagándolos en el corto o mediano plazo aun con el recargo de los intereses se convierte en una buena oportunidad para protegerse de la inflación.

“Por estas razones existe amplio consenso de que con una mayor extensión del crédito en el país se pueden resolver una cantidad importante de situaciones de la economía personal, familiar y empresarial tan necesarias para paliar la actual crisis económica. Claramente no es la solución a todos los problemas económicos, pero constituye una pieza clave en el proceso de recuperación”, sentencia Jesús Martínez.

En este sentido surge una interrogante de valor. ¿El producto interno bruto de una economía como la venezolana puede crecer sin crédito bancario? García considera que el PIB está compuesto por varios factores, como el gasto público, exportaciones netas, inversión privada y el consumo privado. Cualquier aumento en estas variables se traduce en un aumento del producto interno bruto (PIB).

Por otra parte, agrega la experta que las personas consumimos o gastamos bajo tres modalidades: nuestros ingresos o rentas percibidas (sueldos, salarios, remuneraciones y honorarios), nuestros ahorros (o también herencias) y préstamos (créditos, usualmente concedidos por la banca privada). En Venezuela quedaron atrás los días de consumo en centros comerciales gracias a la tarjeta de crédito.  

Según García, el consumo privado y el gasto público en Venezuela son los que más influyen en nuestro PIB. “Si hacemos un detalle del consumo, la capacidad de compra del venezolano se ha visto mermada por el alto costo de los bienes y servicios, además, no todos los ciudadanos cuentan con ahorros y finalmente, los créditos, que podrían ser una solución global para afrontar las compras, se han visto afectados por el encaje legal”, reflexiona García. Esto conlleva en líneas generales, una de las dos principales variables que podrían potencialmente aumentar el PIB de Venezuela cuente con serias limitaciones.

Agrega la economista, que no menos importante sería mencionar que el crédito beneficia a la inversión privada, puesto que, de esa manera, los inversionistas pueden apalancarse. Al no haber crédito, no hay financiamiento a nuevas ideas, a emprendimientos, a expansiones. “Sin crédito, se limita la capacidad productiva de un país. Esto definitivamente repercute negativamente en el crecimiento de la economía venezolana”, opina García.


ROGELIO GUEVARA CANTILLO | @Rogeliogcmundo

Analista del poder y economía en Latinoamérica.