¿Por qué vuelven las colas por gasolina pagada en dólares a Caracas?

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LOS PITAZOS DEL DIRECTOR


Por: César Batiz

Antes de responder la pregunta formulada en el título, me permito explicar la interrogante, sobre todo para que entienda un desprevenido lector caraqueño o un extranjero que no tiene la obligación de comprender la complejidad de la situación venezolana. En el resto del país sí se puede entender el porqué del planteamiento, sobre todo en Maracaibo o Maturín, donde ya olvidaron la última vez que no hicieron colas en las bombas de gasolina.

¿Por qué solo hablamos del regreso de las colas en las estaciones de servicio en las que se paga en dólares en Caracas? No se trata de un tema de centralismo y mucho menos viniendo de un zuliano. 

La razón es que en el resto de Venezuela y en las bombas de gasolina de los municipios capitalinos Sucre, Baruta y Libertador, donde se cancela el combustible a precios subsidiados, las largas esperas nunca han desaparecido desde abril de 2020, cuando se anunció la dolarización del combustible. 

Precisamente, hasta la primera semana de este mes de mayo, solo no había colas en las estaciones de servicio en las cuales se paga entre 30 y 60 dólares para llenar un tanque, dependiendo del modelo del vehículo. 

Entonces, ¿por qué regresan las colas por gasolina pagada en dólares a Caracas? ¿Qué pasó que la situación cambió? La respuesta a esa pregunta estriba en un punto álgido para los ministros de Petróleo, Tareck El Aissami, y el presidente de Pdvsa, Asdrúbal Chávez. Se trata de la baja producción petrolera que incide en que el crudo que llega a la refinería debe usarse para producir gasolina o gasoil, pero nunca para los dos productos a la vez. 

En febrero de este año, El Aissami y Chávez ofrecieron que al finalizar 2021 la producción petrolera estaría en 1,5 millones de barriles diarios. Luego de una pequeña recuperación en febrero y marzo, según el reporte dado por el Ministerio de Petróleo a Opep, la producción en abril cayó a 445.000, según fuentes secundarias. 

A ese ritmo, pese a que El Aissami está metido de cabeza en las refinerías de Paraguaná o que aprobó en abril $40.000.000 para aumentar la explotación petrolera. También, muy a expensa de las visitas de Chávez a las áreas de producción de Oriente para procurar el incremento de la extracción de petróleo realizadas en abril; y que se busca la activación de empresas contratistas para que hagan servicio a los pozos, jamás se alcanzarán los 1,5 millones de barriles diarios para diciembre de este año, al menos que ocurra un milagro.


La razón es que en el resto de Venezuela y en las bombas de gasolina de los municipios capitalinos Sucre, Baruta y Libertador, donde se cancela el combustible a precios subsidiados, las largas esperas nunca han desaparecido desde abril de 2020

César Batiz

Claro está, lo que vemos es el resultado de más de 20 años de desastrosa gestión en Pdvsa, tanto durante el gobierno de Hugo Chávez como en la de su sucesor, Nicolás Maduro, periodo en el cual siempre estuvo presente el primo del fallecido mandatario, Asdrúbal Chávez. 

Se estima que más de un billón de dólares se echaron por la borda en ese periodo. “En otras palabras, la élite chavista despilfarró una suma que es unas 80 veces superior a la que empleó el Plan Marshall para recuperar a Europa luego de la Segunda Guerra Mundial”, escribe el experto petrolero Gustavo Coronel, en el prólogo del libro ¿Quién destruyó a Pdvsa?, de la editorial Dahbar, en el cual se realiza un balance de la gestión de Rafael Ramírez, a quien señalan como el que inició la destrucción de la industria petrolera. 

Una de las consecuencias de ese desastre es la paralización de los mejoradores del crudo extrapesado de la Faja Petrolífera del Orinoco. Al tener que detener ese proceso por desperfecto de las máquinas, se necesitó importar diluyentes o diluentes o usar mezclas de petróleo venezolano como el Mesa 30, para obtener el Merey 16.

Pero debido a las sanciones impuestas por EE. UU., ya no se puede traer petróleos livianos o diluentes de por ejemplo Rusia o Argelia, y eso afecta la producción de petróleo de la Faja del Orinoco y por lo tanto de la posibilidad de refinación. 

Como conclusión, en las refinerías del país, a las que se le ha invertido dinero para recuperarlas después de dos décadas de abandono operativo, se refina menos petróleo para gasolina o gasoil. La consecuencia directa es que las gandolas despachan menos combustible en las bombas.

Por eso, el plan desesperado, revelado por la agencia Reuters, de búsqueda de 58.000 millones de dólares para entregar Pdvsa a capitales internacionales amigables con Maduro, los cuales tendrán que encargarse de 100% de la operación, acción que echa al olvido todo el discurso de soberanía petrolera de Hugo Chávez. 

Así que si usted observa colas en las estaciones de servicio donde se paga en dólares, recuerde que se trata de que Pdvsa, empresa creada para explorar, explotar, refinar y comercializar el crudo venezolano, tras más de dos décadas de ineficiencia y corrupción, no tiene suficiente petróleo para producir combustibles. 

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CÉSAR BATIZ | @CBatiz

Periodista egresado de la Universidad del Zulia, especializado en Periodismo de Investigación. Director de El Pitazo.