Operaciones psicológicas en dictadura: propaganda, engaño y control

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POLITEIA


Por: Nehomaris Sucre

Las operaciones psicológicas (Opsic) buscan paralizar al adversario, incluso antes de que comience a luchar, provocando miedo, desesperanza, confusión, etc, pues el campo de batalla se encuentra en la mente del otro. 

En este escenario la propaganda se convierte en una de las principales armas empleadas. Alejandro Pizarroso, con una visión de este término examinado a la luz de las Opsic, señala que “la propaganda es un acto de violencia mental para forzar a alguien a someterse a nuestra voluntad”. 

Asimismo, otra arma de estas operaciones es el engaño, y Mao Tse-Tung lo plantea como un medio para que el oponente se derrote a sí mismo, pues el individuo o grupo actúa en detrimento de sus propios intereses basado en información falsa.

Operaciones psicológicas y dictadura

Los regímenes no democráticos utilizan la propaganda para manipular a las audiencias, también difunden noticias falsas o “fake news” y censuran la información.

Además, las dictaduras ejecutan acciones psicológicas que consisten en aplicar violencia a un número reducido de individuos para fomentar el terror en el resto de la población y evitar de esta forma el empleo masivo de la fuerza. 

En Latinoamérica, el gobierno cubano, por ejemplo, es uno de los regímenes que más ha empleado censura y represión para controlar a los ciudadanos. En 2020, tal como lo señala el informe de Amnistía Internacional, acosaron e intimidaron a integrantes del Movimiento San Isidro, compuesto por artistas, activistas LGBTI, académicos y periodistas independientes. Los miembros de este Movimiento se oponían al Decreto 349, una ley creada para censurar a artistas. 

La censura siempre es importante para los dictadores, ya que la información veraz al alcance de los ciudadanos es vista por ellos como una amenaza a su propaganda de terror y control. 

La contrapropaganda 

Pensar que estamos indefensos frente a los ataques psicológicos de los gobiernos no democráticos es caer en un juego de desesperanza que solo beneficia a estos mismos gobiernos. 

En este sentido, del análisis de la propaganda puesta en marcha por las tiranías se puede obtener información para conocer mejor los elementos que afectan a las audiencias y cómo mostrar la verdad y promover los principios de la democracia desde cada esfera de acción ciudadana. 

Además, cabe resaltar que no siempre quienes utilizan el terror en sus campañas consiguen el éxito y cualquier vacío puede aprovecharse para una contraofensiva en favor de los derechos humanos y el bien común.

Podemos citar un ejemplo bastante peculiar extraído de la Guerra del Golfo: cuando los iraquíes mostraron al mundo las declaraciones de los pilotos derribados en Irak, torturados ante las cámaras de televisión y pidiendo que terminara la guerra para retornar a casa, la población occidental lejos de inclinar la balanza de la opinión pública a favor de Sadam, se consternó. Occidente vio una oportunidad y lanzó una contrapropaganda efectiva en la que hizo énfasis en la necesidad de neutralizar al tirano iraquí.

En conclusión, una de las claves para estar por encima de quienes manipulan con el fin de mantenerse en el poder, es en primera instancia dejar de mirar el panorama de lo político-social como algo que se desarrolla de forma espontánea sin mentes que planifican y ordenan su estricto control. La conciencia de estar inmersos en una guerra es lo que nos impulsa a buscar el triunfo en cada batalla.


NEHOMARIS SUCRE | @Neho_Escribe

Politóloga, militar retirada y cursante de la Maestría en Literatura Venezolana (UCV).