Maduro vs Guaidó: Un nuevo episodio de negociación en México

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EL PODER EN ESTE PAÍS


Por: Rogelio Guevara Cantillo

Un nuevo capítulo de negociaciones trae dudas y diferencias entre los venezolanos. Unos creen y otros no. ¿Cuán veraz y sincero es este nuevo peldaño a avanzar en la política venezolana? A solo semanas de nuevos comicios electorales, en esta oportunidad de gobernadores y alcaldes el 21 de noviembre, la división en Miraflores y oposición aparece más confundida que nunca.

Se inicia un nuevo proceso de negociaciones en Ciudad de México, que trata de buscar salidas a la crisis política venezolana. Esta nueva ronda de negociaciones viene acompañada por la asistencia de Noruega, Países Bajos y la Federación de Rusia. Los líderes por Miraflores son Jorge Rodríguez en calidad de presidente de la Asamblea Nacional y el abogado y exalcalde de Baruta Gerardo Blyde. 

Sobre esta realidad, que parece más bien un laberinto sin salida tanto para el régimen como los vestigios que quedan de la oposición en Venezuela, platicamos en exclusiva con la politóloga Ana Milagros Parra, quien considera en esta ocasión que no es Estados Unidos el que está poniendo las condiciones en la negociación, es la oposición, un grupo que no tiene poder de levantar sanciones.

Ana Milagros Parra, experta en la dinámica de la política nacional, opina que esta nueva cita es el primer encuentro para determinar los puntos a discutir en la negociación. La dinámica de esta primera sesión dejará ver como se ira desenvolviendo el proceso posterior de negociación. Esto ante los constantes fracasos percibidos por la población venezolana que considera que las previas reuniones no han contribuido al beneficio social del país.    

La experta en Ciencias Políticas considera que aunque sea la primera vez que el gobierno tenga intereses reales para negociar, no significa que dejará atrás su comportamiento común en estos escenarios. Como en anteriores ocasiones, pondrá mil y una trabas, como siempre. Su objetivo parece ser seguir ganando tiempo y no abandonar Miraflores.

Cree a su vez Parra que en esta nueva oportunidad no se va a negociar la salida del chavismo del poder. Por primera vez, el gobierno tiene necesidades, por eso buscan la negociación, en este caso reconocimiento a su gobierno y levantamiento de sanciones y recomienda que las elecciones no deben ser el punto principal para la oposición. El caso venezolano es un proceso frágil y de largo plazo, sentencia Parra.

En contraste de los encuentros anteriores, el chavismo no se sienta porque están frente a un pico de presión. Ellos no están para negociar su salida del poder, solo ofrecerán concesiones, a su vez que la oposición debería enfocarse en cambios institucionales más allá de un cronograma electoral venidero, añade la politóloga Ana Milagros Parra.

Por su parte, sobre los recientes cambios en ministerios como los de Félix Plascencia al frente de la cancillería y persona de confianza de la familia Rodríguez, analiza que los canjes en dichos cargos que realizó Nicolás Maduro en su gabinete dejan ver, una vez más, que está ubicando en su grupo cercano, personajes más leales al madurismo que al chavismo.

“Incentivos para militares y para el PSUV. Necesita consolidar la cohesión interna, más en medio de un proceso de negociación”, añade Parra. Amplía a nuestra conversación que el régimen busca un canal directo de comunicación con los Estados Unidos.

El régimen desea recuperar muchos de sus activos, tanto los de la República, como de caudales personales. Lo que necesita negociar el gobierno de Nicolás Maduro, principalmente, es el levantamiento de sanciones, y la oposición no tiene el poder de hacerlo. Es el gobierno de Estados Unidos el que tiene la última palabra, explica Parra.

A eso surge la interrogante, ¿por qué la Casa Blanca tendría que confiar en Nicolás Maduro para levantar las sanciones? Parra nos explica que no es un tema de confianza, es un tema de concesiones. Estados Unidos levantaría sanciones importantes si ve que Nicolás Maduro cumple con exigencias democráticas y aprueba un canal que sirva, en algún momento, para ir democratizando el país.

Desde el punto de vista de negociación, ¿qué pudo molestar a Miraflores para refutar la presencia de Carlos Vecchio en México y permitir la liberación del líder de Voluntad Popular Freddy Guevara? Nos alega Parra que lo ve como un accionar para controlar factores externos a la negociación, con el foco siendo Voluntad Popular. “Mueven piezas, controlan interlocutores, y presionan al partido que tiene una relación más directa con los Estados Unidos”, explica la politóloga.   

Las expectativas de esta nueva negociación en tierras aztecas son bajas, pero es primera vez que el régimen se sienta necesitando dos cosas importantes que son: levantamiento de sanciones y reconocimiento internacional. Segundo, la oposición no está pidiendo la salida del chavismo del poder, como en situaciones anteriores, y tercero, no llega en un momento de alta presión opositora dentro del país. El gobierno se sentó buscando algo más allá que oxígeno, como ha hecho antes, asegura Parra.

En cuanto a este nuevo proceso de negociación en México y qué esperar de alas del chavismo como las de Diosdado Cabello o Tareck El Aissami, afirma que todavía no ha salido a relucir las presiones de estas alas menos flexibles. Sobre si estas negociaciones en México lograrán dar algo de credibilidad en el sector empresarial para reactivar la economía, nos explica Ana Milagros Parra que dependerá mucho de lo que se acuerde. Todavía está todo en fase preliminar.


ROGELIO GUEVARA CANTILLO | @Rogeliogcmundo

Analista del poder y economía en Latinoamérica.