Por: Marcos Hernández López
Vamos a partir de la siguiente definición de los procesos sociales: “son entendidos como totalidades, de la realidad, que se desarrollan en el tiempo y el espacio a través de una sucesión de eventos, donde los sujetos implicados, en un contexto histórico, social y cultural concreto, construyen, por medio de la comunicación y en el ámbito de las actividades que realizan, significados y sentidos; a la vez que transforman en el tiempo la estructura de relaciones sociales en función de alcanzar objetivos”.
Si vinculamos la definición anterior con el agotamiento de los partidos, este proceso se inicia de una descomposición interna de la misma -lucha de poder- desarrollándose una desconexión total no solo con la sociedad venezolana sino con la propia militancia de las organizaciones políticas. Al tema se le ha dado un tratamiento utilizando diversos paradigmas, en muchos casos partiendo de un problema de funcionalidad de los partidos, olvidando otros aspectos que intervinieron a la crisis, como por ejemplo los cambios en las estructuras sociales y las distintas crisis de orden crítico en lo económico y político por los que transita el país.
En Venezuela la política es más de participación que de representación y compromiso moral. Las organizaciones políticas se orientan más a ser un vehículo de participación de las personas que a representarla y solucionar sus verdaderos problemas existenciales. En nuestro país existe actualmente un alto grado de polarización “ideológica”, y las organizaciones políticas son protagonista de tan solo momentos históricos electorales. Es decir, que los comicios electorales en Venezuela son únicamente un evento para medir fuerzas y no un medio para que el oficialismo o la oposición impongan de manera significativa sus programas de gobierno en temas sociales relacionados a la complejidad de los procesos sociales.
Las toldas políticas de derecha, centro o izquierda, están cada vez más fuera de la realidad que los conecta con la compleja dinámica de los procesos sociales. Es evidente que la mayoría de los políticos revolucionarios luchan por el poder movidos por mantener vivo un proyecto y lo hacen apuntalado a un enfoque pragmático. En tal sentido, el agotamiento y declive de las organizaciones políticas se produce desde el momento que a lo interno se origina un abandono en lo formativo y la ausencia de un compromiso real con lo social, dándose así una separación y cierta desvinculación entre los partidos, la sociedad y la propia opinión pública.
En Venezuela la política es más de participación que de representación y compromiso moral. Las organizaciones políticas se orientan más a ser un vehículo de participación de las personas que a representarla y solucionar sus verdaderos problemas existenciales
Marcos Hernández López
Por ejemplo, el Psuv se bloqueó tal vez sin darse cuenta de la significación y esencia de lo social, le dio paso a la imposición de prácticas autoritarias e ideas sectarias de conducción política, populismo, corrupción, la negación de una actitud pedagógica verdaderamente de una democracia. Además, se cometió un error cuando se colocó paralelamente a los individuos que están en la burocracia pública como líderes del partido a nivel nacional, regional y municipal. En la revolución queda develado que no había mucha gente para asumir responsabilidades específicas, esa es la tragedia del oficialismo. El único partido que tenía algunos cuadros formados que aún están en el GPP tal vez era el PPT. Los demás eran simplemente militantes de un proyecto político.
Los procesos sociales cuando entran en una dimensión de crisis no se resuelven con la buena intención de crear grandes misiones sociales, revisiones interesadas por parte de los partidos en sus prácticas, se trata de una intensa labor que permita a todas las toldas políticas ganarse la confianza de la población sin distingo de color político, con acciones que discursos trasnochados o desfasados por el tiempo. Los partidos de oposición hacen más denuncias que propuestas en lo social, pero la mayoría se orientan en la construcción de cambios en sus imágenes, siglas que identifica a las agrupaciones… hasta slogans histriónicos para hacerse sentir. No obstante, lo urgente es renovar su liderazgo, su visión social, articulado a los cambios y necesidades de un nuevo modelo político donde la democracia pueda reinventarse con la participación de la unidad con diversos factores excluidos por intereses particulares, lograr la determinación de un mensaje esperanzador y comprometido con los procesos sociales.
Los partidos opositores están disminuidos en capital político, desorientados por la contradicción existente entre los resultados de los últimos estudios de opinión, que revelan el rechazo 85% que tiene la gestión de Maduro y la pasividad que tiene la gente por salir del régimen… siempre viene la gran pregunta ¿y por qué no cae? Será que los verdaderos actores que hacen los cambios están en un proceso de reconfiguración en sus reflexiones y tienen nuevas exigencias articuladas a los dinámicos y complejos procesos sociales.
MARCOS HERNÁNDEZ LÓPEZ | @Hercon44
Sociólogo, docente universitario | PhD Gestión de Procesos | CEO Consultora Estudios de Opinión.