Por: Nehomaris Sucre
Maduro anunció la activación durante el mes de octubre de los ejercicios militares Escudo Bolivariano 2021, los segundos de este año. Los primeros se realizaron en marzo en honor al fallecido Hugo Chávez y en medio de la crisis de Apure, donde civiles fueron desplazados por el enfrentamiento entre la guerrilla y la Fanb. Cada ejercicio militar incorpora elementos discursivos nuevos, en este se incluyen los “Tancol”, que según Maduro son “Terroristas Armados Narcotraficantes Colombianos”. En palabras del gobernante se trata de “grupos de 20, 30, 60 0 100 sujetos que son entrenados en Colombia, encargados de alterar la seguridad ciudadana en Venezuela”.
Además, aseveró que los Tancol no son guerrilla, ni pseudo guerrilla ni paracos, desligándose de esta manera de las denuncias hechas por miembros de la comunidad internacional y actores de la sociedad civil venezolana sobre la presencia de este tipo grupos en el país con aval del gobierno.
Por otra parte, al igual que en los ejercicios de marzo, la seguridad ciudadana se ha convertido en un tema recurrente. Al mismo tiempo, de manera progresiva, ha perdido peso el argumento de una supuesta invasión por parte de Estados Unidos, escenario que solían plantearse en las prácticas militares durante el mandato de Chávez, cuando dirigían la responsabilidad de todos los problemas del país hacía la potencia del norte.
En este sentido, por los momentos la alusión a Estados Unidos ha quedado reducida a un contexto de reclamos por las sanciones impuestas. Posiblemente esta menor hostilidad hacia Washington sea para no incrementar la tensión con la Casa Blanca.
Lo que sí es frecuente en el discurso de quienes gobiernan es señalar al Estado colombiano como el causante de los males que afronta Venezuela. Esto nos recuerda al término enemigo necesario, acuñado por Peter Senge para hacer referencia al fenómeno de culpar a otros por los errores propios.
Lo cierto es que mientras la administración de Maduro acusa a terceros por los desaciertos de sus políticas de seguridad ciudadana, surgen más casos de policías y militares implicados en delitos. De esto no hay cifras oficiales exactas, pero en lo que va de año han ocurrido hechos como:
- Funcionarios policiales robaron 68.000 $ a un transporte blindado en Caracas.
- CICPC detuvo a 6 militares por extorsionar a pescadores en Zulia.
- Dos efectivos de contrainteligencia militar participaron en extorsión en Anzoátegui.
- Policías detenidos por extorsionar a taxista en Táchira.
- Cuatro funcionarios de la Policía de Cojedes señalados de extorsión.
- Dos militares arrestados en Bolívar con 700 litros de gasoil y 10 cajas de dinero.
Existen un mayor número de casos registrados en el archivo periodístico de El Pitazo, pero a modo de referencia he mostrado solo algunos.
Sumado a esto, hay denuncias de ciudadanos víctimas de hurtos por parte de delincuentes que, en el momento de los hechos, portaban uniformes policiales y armamento. En esas situaciones no está confirmado que se trata de efectivos de seguridad ciudadana, pero existe el cuestionamiento sobre cómo llega la indumentaria de los oficiales a manos de quienes cometen estos delitos.
NEHOMARIS SUCRE | @Neho_Escribe
Politóloga y militar retirada.
El Pitazo no se hace responsable ni suscribe las opiniones expresadas en este artículo.
