¿Las cuentas bancarias en dólares beneficiarán a los venezolanos?

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EL PODER EN ESTE PAÍS


Por: Rogelio Guevara Cantillo

Estamos en la Venezuela de los dólares y no la de los bolívares. Cada día la pérdida de poder adquisitivo de nuestro signo monetario se acentúa. El país continúa inmerso en su crisis económica y desconocemos cuándo encontraremos soluciones. La hiperinflación persiste. Para el Observatorio Venezolano de Finanzas, órgano dirigido por el diputado Angel Alvarado, la inflación interanual de enero 2020 a enero 2021 se ubicó en 3.478%.

Hace días, el régimen de Nicolás Maduro dio su aprobación para la creación de cuentas bancarias en moneda extranjera, y ayer paradójicamente el BCV anunció la incorporación de los billetes de 200 mil bolívares, 500 mil bolívares y un millón de bolívares. La dolarización avanza y poco a poco pasamos de un “socialismo rojo” a un “socialismo verde”, en alusión a la moneda estadounidense. El objetivo principal de la creación de estas cuentas en divisas en el sistema bancario nacional es facilitar las transacciones de compra y venta al menudeo entre agentes económicos. Estas cuentas no sirven para inversión, por los momentos solo se pueden realizar transferencias entre cuentas de clientes de la misma institución financiera.

Según información que ha ofrecido el mismo Maduro, se pueden abrir en bancos privados y del Estado. No existe un monto mínimo para la apertura de las mismas. Estas cuentas solo sirven, por el momento, para pagos de compra y venta de bienes y servicios en Venezuela. No funcionan aun para transferencias en el exterior. Estarían funcionando con una tarjeta de débito para este tipo de operaciones. La carencia de efectivo en bolívares es una de las causas del impulso y promoción de estas cuentas venezolanas en “dólares”. Los billetes del cono monetario estadounidense de menor denominación y de mayor escasez en Venezuela son los de $1, $5 y $10. 


Hace días, el régimen de Nicolás Maduro dio su aprobación para la creación de cuentas bancarias en moneda extranjera, y ayer paradójicamente el BCV anunció la incorporación de los billetes de 200 mil bolívares, 500 mil bolívares y un millón de bolívares. La dolarización avanza y poco a poco pasamos de un “socialismo rojo” a un “socialismo verde”, en alusión a la moneda estadounidense

Rogelio Guevara Cantillo

¿Por qué Maduro permite la creación de estas cuentas en divisas? Necesitan crear mayor facilidad en las transacciones de compra y venta de bienes y servicios en Venezuela. Estas son cuentas corrientes no remuneradas en divisas. En estas cuentas podrán realizar depósitos y retiros en efectivo en la moneda de curso legal del país, al tipo de cambio vigente para ese momento, en taquillas autorizadas. La tasa de cambio vigente será la que publique el Banco Central de Venezuela.

El gran reto para Maduro es probar la credibilidad en este nuevo sistema bancario en Venezuela, que será en dólares, y no generar dudas sobre el uso de estas divisas por parte del Estado y/o una futura aplicación de un “corralito financiero”, que despoje a los venezolanos de sus divisas.

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¿Por qué Maduro permite la creación de estas cuentas en divisas? ¿El bolívar quedará para el olvido? Muchas preguntas surgen. ¿Cuánto esperan captar en divisas en bancos del Estado y del sistema privado? Una vez captadas las divisas, ¿en qué se usarán? ¿Quién planificará y ordenará en qué invertirlas? ¿Los venezolanos confiarán en Maduro? ¿Cómo irá evolucionando este experimento monetario? Debemos recordar que hace pocos días Maduro arrojó a la basura las propuestas de Fedecámaras para recuperar la economía, ideas muy valiosas y que en realidad son lo que necesita la economía nacional.  

Sobre el tema de la creación de cuentas en divisas, conversé con Santiago Olalquiaga, profesor de macroeconomía de la Universidad Metropolitana. Sobre la oferta monetaria en el país producto de esta nueva política de cuentas en divisas, Olalquiaga considera que este mecanismo puede permitir que la cantidad de dinero que ya circula por Venezuela se formalice, pasando a través del sistema bancario nacional, en lugar de efectivo en dólares o por mecanismos externos de transacciones. “Es cambiar el canal a través del cual la cantidad de dinero que ya existe está circulando, pero no necesariamente traerá consigo un aumento de la oferta monetaria en dólares”, destaca Olalquiaga.


¿Por qué Maduro permite la creación de estas cuentas en divisas? ¿El bolívar quedará para el olvido? Muchas preguntas surgen. ¿Cuánto esperan captar en divisas en bancos del Estado y del sistema privado? Una vez captadas las divisas, ¿en qué se usarán? ¿Quién planificará y ordenará en qué invertirlas?

Crédito

El experto añade que lo que este mecanismo sí puede hacer es abrir la ventana al Banco Central de Venezuela para regular la cantidad de dólares que circulan en la economía, por ejemplo, exigiendo que parte de los depósitos en dólares se mantengan como encaje legal. Una duda que surge con este tema es, ¿traería esto consigo mayor hiperinflación en el país? El profesor Olalquiaga explica que, al contrario, la formalización del uso de dólares como mecanismo de transacción a través del sistema bancario nacional puede contribuir a controlar la inflación para los actores y sectores económicos que puedan dolarizarse. Esto, pues le permite a los hogares y empresas “mudarse” formalmente a los dólares como medio de pago, protegiéndolos del proceso hiperinflacionario, y les da a las empresas la posibilidad de establecer precios que no tienen necesidad de cambiar periódicamente. Al tratarse de una moneda que el Banco Central de Venezuela no puede emitir billetes, lo que le quita a esa autoridad la capacidad de generar inflación en las partes de la economía que se dolaricen, explica Olalquiaga.

Sobre si estas cuentas en dólares en el sistema bancario nacional podrían reactivar la economía de Venezuela en 2021, que es lo que mucho esperan. Olalquiaga indica que no podemos contar con que este cambio por sí solo sirva para generar una recuperación de la economía. El país está bajo el peso de demasiados problemas, como los años acumulados de políticas macroeconómicas desacertadas y destructivas, los años de desinversión que han producido un colapso generalizado de la infraestructura básica, la pérdida sostenida del capital humano, el retraso tecnológico con respecto al resto del mundo, el empobrecimiento masivo de hogares, crisis de salud y nutrición que afectan a enormes segmentos de nuestra sociedad, la destrucción del sistema financiero y encima de esto, el confinamiento impuesto por el COVID-19.