El valor de enseñar en Venezuela

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Por: Karina Monsalve

Enseñar es instruir, presentar, mostrar y hacer adquirir a los alumnos conocimientos que ellos no poseen. La enseñanza consiste en “colocar” cosas en la mente de otros, pero también se preocupa por “sacar” o permitir que se exprese algo de los sujetos. Ambas posturas se relacionan con las tradiciones pedagógicas. El proceso de enseñar y aprender, comúnmente se ha asociado a la escuela, a la familia, al Estado, a la Iglesia, a la empresa privada y a otras instituciones sociales. La escuela es una invención organizada de la sociedad que fue colocada en manos del Estado, la empresa privada y de la Iglesia, para su administración.

Hoy, la sociedad le asigna más importancia a la escuela y le reclama al Estado y a otras instituciones sociales públicas y privadas mayores esfuerzos y asignaciones financieras a la educación. La enseñanza en Venezuela ha sido y sigue siendo un tema de discusión. Ha sido la profesión más golpeada y humillada en los últimos tiempos.

Los educadores venezolanos han estado condenados a sufrir del maltrato del Estado que ha mostrado su indiferencia ante la importancia y el valor que representan estos dentro de una sociedad. Al no ser capaces de pagarles lo suficiente para vivir con dignidad están irrespetando cualquier doctrina de humanidad. 

Hay quienes piensan que la sanidad de un país se puede medir por la calidad educativa. De ser así, qué tipo de sociedad se está construyendo entonces en Venezuela.

Muchas son las variables que confluyen hoy día para ejercer la docencia en nuestro país. La crisis humanitaria compleja que se vive en Venezuela sacó de las aulas a los educadores. Muchos migraron, otros dejaron de ejercer para poder vivir de otra ocupación y los estudiantes en formación de las Escuelas de Educación han desertado de esa profesión. De allí el valor que tienen los educadores activos de seguir ejerciendo bajo tan compleja circunstancias por vocación, convicción y por su sentido altruista.


Los educadores venezolanos han estado condenados a sufrir del maltrato del Estado que ha mostrado su indiferencia ante la importancia y el valor que representan estos dentro de una sociedad

Karina Monsalve

Venezuela es uno de los países con peor conectividad de América Latina, lo cual evidentemente no favorece la enseñanza impartida bajo la modalidad virtual de estos tiempos.   

El perfil del estudiante también ha cambiado. El nuevo estudiante ya se encuentra en el mercado laboral antes de terminar sus estudios universitarios, debe costearlos aunque se encuentre en una institución pública, el más mínimo requisito cuesta mucho dinero. Por lo que el tiempo invertido en sus labores académicas es mucho menor. Está en riesgo la educación, se cuestiona la capacidad del sistema para mantener al estudiante hasta su culminación y asegurarle los niveles de calidad esperados por la sociedad.

La docencia es una función compleja y delicada que va más allá del aula de clase, según Aníbal León, está fundamentada en un cuerpo de conocimientos organizado sobre la dinámica de la infancia, de la adolescencia, de las leyes del desarrollo humano y de sus alcances, de la naturaleza y dinámica del aprendizaje humano; del rol de la escuela y la educación en la sociedad; de la estructura y naturaleza del conocimiento científico, tecnológico, humanístico y artístico. Es una función básica para conjugar, iniciar y vincular a los estudiantes en la aventura del saber. Pero si las necesidades básicas de quien enseña no están cubiertas cómo se puede esperar que todo ese proceso ocurra. 

A pesar de que las condiciones en las que se está ejerciendo la docencia sea caótica, para quienes velamos por la salud mental de todos los ciudadanos, es necesario tener una perspectiva esperanzadora al respecto porque los maestros serán la clave para la reconstrucción de esta sociedad. 

Teniendo en cuenta que con la llegada de la pandemia la educación cambió, que tuvimos que adaptarnos a otras formas, otros métodos, otros ritmos de estudio y que muchas de estas cosas permanecerán en el tiempo, la realidad actual representa un reto para los docentes. Desafiar las circunstancias políticas y económicas impuestas, lograr el desarrollo de la empatía con su alumnado de manera virtual, desarrollar el aprendizaje personalizado, analítico, crítico, práctico y  elaborado a su vez, serán parte de sus nuevos objetivos.


KARINA MONSALVE | @karinakarinammq

Psicóloga clínica del Centro Médico Docente La Trinidad.