Hace unos días, Juan Guaidó Márquez decidió, en conjunto con personajes de su administración, aceptar la colaboración de Lee C. Buchheit para la reestructuración de la deuda de Venezuela. Es una buena noticia, por un lado es de vital importancia y cuestión de sobrevivencia económica para el país la reestructuración y, por el otro, el relevante personaje que velará por una buena negociación, Buchheit . La información la dio a conocer el procurador especial encargado, José Ignacio Hérnandez. Uno de los pasos en esta larga novela de la reestructuración de deuda, fue honrar el compromiso que el presidente encargado autorizó semanas atrás el pago de los US$ 71.000.000 para el bono de PDVSA 2020, este pago busca, a como de lugar, proteger el famoso y estratégico activo de todos los venezolanos, CITGO Petroleum Corporation con intereses en los Estados Unidos de América.
La deuda teórica soberana de Venezuela se estima en cerca de US$ 150.000.000.000 a US$ 160.000.000.000 según varias firmas de análisis económico, deuda que fue creciendo y creciendo durante las penosas administraciones socialistas de Hugo Chávez y de Nicolás Maduro Moros. ¿Venezuela necesita una reestructuración de deuda? Sí, es urgente, y debe ser lo más ordenada y sensata posible, cosa que puede realizarse con la oportuna participación de Lee Buchheit y respetables economistas venezolanos y de otras latitudes. ¿Qué es una reestructuración de deuda? Ante todo es un cambio en las condiciones para honrar dicha deuda, plasmada en instrumentos de renta fija que son bonos.
En este sentido se busca que ambas partes, deudor y acreedor, se sienten a negociar términos de pago más realistas y sinceros en los actuales momentos en comparación con las condiciones y entorno que determinaron la firma y acuerdos iniciales en el pasado. ¿Qué se busca en la reestructuración de deuda? Aplazar y/o modificar las fechas de pago del principal y/o intereses: en lugar de pagar el capital el día 31 de diciembre de 2019, que se pague el día 31 de diciembre de 2022, que los intereses igualmente se paguen en otra fecha, que la tasa de interés a usar para el cálculo de los cupones se modifique, bien sea al alza o la baja, dependiendo de la negociación y de la realidad. Así mismo que se pague el 100% del bono o que exista una quita de 20%, 25%, 50% ó lo que se logre acordar entre las partes, modificar las garantías y, en fin, se revisen y se renegocien las cláusulas del contrato de esos instrumentos de renta fija del Estado.
Pero muchos se preguntarán en Venezuela y en especial aquellos sin experiencia en banca y finanzas internacionales, ¿quién es Lee Buchheit? Es un destacado abogado con una experiencia en el derecho financiero y bursátil de cerca de cuatro décadas y de algídas y emocionantes participaciones en las altas finanzas globales. Graduado de la Middlebury College en Vermont, Estados Unidos de América, institución fundada en 1800 y una de las más prestigiosas del país. A su vez, Buchheit es doctor por la Universidad de Pensilvania, instituto de educación creado en 1740 y miembro de la prestigiosa Ivy League. Ha laborado hasta hace semanas en Cleary Gottlieb Steen & Hamilton LLP, famoso bufete legal con sedes en Nueva York, Londres, París, Moscú, Buenos Aires, Hong Kong o Abu Dhabi.
Buchheit escribió en 2018 un interesante artículo sobre la controvertida cláusula Pari Passu contenida en los contratos de deuda pública. El documento titulado: «The Pari Passu Fallacy, Requiescat in Pace» y disponible para todos los interesados aquí. De conformidad con el resumen introductorio del documento: «Según esta falacia, cuando un deudor soberano promete mantener una deuda en igualdad de condiciones que sus otras deudas preferentes, implícitamente promete que pagará todas sus deudas de forma prorrateada. Durante su larga vigencia de 18 años, esta falacia ha causado problemas considerables en los mercados de deuda soberana. Sin embargo, decisiones recientes de los tribunales federales norteamericanos con jurisdicción en Nueva York han aclarado las circunstancias según las cuales se considerará que un deudor soberano ha incumplido e, igualmente importante, cuándo se considera que no ha incumplido la obligación contractual pari passu».
Buchheit ha participado en las negociaciones de reestructuración de la deuda de Grecia, con los acontecimientos económicos y sociales del segundo semestre de 2009. En aquel momento, con la explosión de la crisis de ese país, participó en negociaciones que implicaron una reformulación de renta fija y en el momento más álgido de esa crisis se estimaba en algo más de 113% del producto interno bruto del país. También estuvo en las negociaciones de Irak en 2005 (el famoso caso de la resolución 1483 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas), en México en los años 80, en Rusia en los años 90 ó Argentina a inicios de la década de 2000.
Este proceso de renegociación de deuda venezolana incluirá por supuesto, sentarse con Rusia y China, aunque a muchos no les guste. Habrá que analizar qué es legal y qué no con las dos potencias globales. Todo este proceso es complicado pero no imposible, deben realizarse auditorias financieras y leer montones y montones de documentos legales para desdoblar esta extensa madeja de deuda. El equipo negociador de la transición tendrá que subdividirse para hacer frente a esto, unos con los bonos de PDVSA, otros los bonos de la república, otros con los chinos, otros con los rusos y quizás más, porque, al igual que en Grecia, en su colapso financiero de años atrás, es probable que existan «deudas ocultas» que Nicolás Maduro y su gente firmaron a espaldas de los venezolanos y la comunidad bancaria internacional. Un punto de discordia entre la comunidad financiera venezolana y del país en general, es el pago de los US$ 900.000.000 del bono «obscuro», el tristemente célebre «PDVSA 2020» en octubre 2019 que contiene como colateral a nada más y nada menos que a CITGO.
Así como por ejemplo, el gobierno griego ocultó información de sus finanzas públicas en la administración de Konstantinos Karamanlís y develada posteriormente por el partido de Yorgos Papandreu, un punto importante en la reestructuración de deuda es en si, la reestructuración del Estado, es decir transitar por la columna medular de las finanzas públicas de este. ¿Qué quiero decir con esto? Saber que prioridades financieras habrá en el próximo gobierno y cuáles no y como herramienta o punto de valor y fuerza estará saber que activos, llamesé empresas del Estado son recuperables para una posible privatización, qué genere flujo de caja para actividades de inversión, operaciones y financiamiento y de esta última, caja en divisas que ayude a pagar y mejorar el perfil de deuda de la nueva Venezuela del período que les he comentado en artículos pasados, la época 2020-2029, la era de la recuperación.
¿Es positiva la designación de Lee Buchheit por Juan Guaidó? Sí, por supuesto, muy positiva, relevante y audaz. ¿Saben por qué?, debido a que no hay nada más importante en los negocios y economía, que la confianza y credibilidad y Juan Guaidó como encargado temporalmente de la hacienda pública del Estado venezolano, sabe, junto con su equipo de trabajo económico, que Buchheit posee estos atributos y más en una Venezuela tan golpeada internamente y mundialmente entre otros factores en la materia de «credibilidad y seriedad». Recuerden que cuando Nicolás Maduro anunció al mundo que lideraría junto con Tareck El Aissami y otras nefastos personajes socialistas las negociaciones de reestructuración de deuda pública, los grandes actores de la contraparte acreedora de esta realidad, se asustaron y se retiraron inmediatamente de semejante circo. De hecho el mismo Nicolás Maduro comprendió el gran ridículo que hizo en los medios de comunicación. Al día de hoy, Miraflores más nunca abordó este tema de la reestructuración públicamente. Si Nicolás Maduro dice llamarse el «presidente constitucional» de Venezuela, entonces ¿por qué más nunca abordó este tema?
En días pasados, los senadores Bob Menéndez, demócrata por New Jersey y Marco Rubio, republicano por Florida en los Estados Unidos de América, elevaron al Senado de ese país, el proyecto de Ley de Ayuda de Emergencia, Asistencia para la Democracia y Desarrollo de Venezuela (VERDAD), el cual fue aprobado en una primera fase. La iniciativa contempla contribuir a la reconstrucción del país. Dentro del marco de esta ley, podríamos obtener beneficios directa o indirectamente para darle un mejor semblante al rostro de la deuda pública venezolana entre otros factores. El país se encuentra actualmente por el suelo. Lamentablemente será un capítulo negro en nuestra historia económica, pero debemos aprender de los errores que dejó el socialismo, no solo en nuestra vida ciudadana, también en nuestra vida económica y yo en lo personal tengo gran confianza en que Juan Guaidó, Lee Buchheit y otros hombres y mujeres, contribuirán a limpiar la economía nacional y muchos aspectos de la sociedad venezolana que hay que depurar en los años venideros.
