ANÁLISIS DEL CORONAVIRUS EN VENEZUELA (IV)

Jorge Rodríguez, ministro de Comunicación e Información, afirmó el 29 de marzo que el tercer fallecido por COVID-19 en Venezuela había presentado síntomas de la enfermedad el 29 de febrero, dos semanas antes de la notificación oficial de los primeros dos casos con el virus. El Gobierno no indica aún cuál es el paciente cero ni su procedencia, pero uno de los contagiados el 13 de marzo realizó un viaje a Carora antes de presentar síntomas y estuvo en contacto con unas 200 personas

Por Armando Altuve, Liz Gascón y María Eugenia Díaz

Resulta complejo rastrear pistas sobre cómo y dónde comenzó a propagarse en Venezuela el COVID-19 -enfermedad producida por un coronavirus que surgió en China- por la opacidad y las dudas que despierta la información oficial. A casi un mes de la notificación de los primeros casos en el país, los funcionarios de la Comisión Presidencial para el Seguimiento, Control y Prevención del COVID-19 aún no han ofrecido datos certeros sobre la identificación del paciente cero, como en epidemiología se conoce al primer caso, ni un balance detallado de cuántos venezolanos contrajeron el virus en el exterior ni cuándo ingresaron al país y comenzaron presentar síntomas, al menos de los 77 casos notificados entre el 13 de marzo y el 22 de marzo, que el Gobierno dijo que eran importados.

El 13 de marzo, Delcy Rodríguez, vicepresidenta de la República, informó sobre los dos primeros casos de COVID-19 procedentes de Europa. Pero dos semanas después, el 29 de marzo, Jorge Rodríguez, ministro de Comunicación e Información, asomó un dato que abrió la discusión sobre la identificación del paciente cero.

Ese día Rodríguez informó que el país acumulaba 129 casos de COVID-19 y sumaba tres defunciones. El último fallecido reportado se trató de un adulto de 60 años, que se desempeñaba como taxista y residía en Antímano, al oeste de Caracas, y comenzó a presentar síntomas de la enfermedad el 29 de febrero de 2020. “¿Cuántas personas montó ese señor en el taxi? ¿Por cuántos puntos de Caracas se desplazó?”, se preguntó Rodríguez, quien asomó que el paciente pudo haberse contagiado con una persona que estuvo de viaje.

Jorge Rodríguez confirma tercer fallecido por COVID-19 en Venezuela | Cortesía: VTV

El paciente era diabético y presentaba una afección pulmonar por tabaquismo. Esos cuadros clínicos de base lo complicaron. Según Rodríguez, había sido atendido en dos clínicas privadas donde los médicos trataron el caso como “una simple gripe”. Luego, el 28 de marzo, acudió a un hospital centinela asignados por el Gobierno, pero en graves condiciones.

La declaración de Rodríguez dejó entrever que el COVID-19 circulaba en el país desde mediados de febrero. Para José Félix Oletta, exministro de Salud, la afirmación refleja las fallas que tiene el sistema de vigilancia epidemiológica para detectar rápidamente e informar la notificación de un caso sospechoso. Menciona, además, que el Estado venezolano no actúo ni preparó al personal de salud desde principios de febrero cuando en países de Europa comenzaban a reportar casos con la enfermedad.

Los dos primeros casos informados por el Gobierno eran el de una mujer de 43 años que venía de España y un hombre de 52 años que también había regresado de ese país. Ellos habrían vuelto en uno de los vuelos de la aerolínea Iberia de los días 5 y 8 de marzo, a cuyos pasajeros se le recomendó cumplir 14 días de cuarentena preventiva.

Tras la notificación de los primeros casos, en una semana, el país comenzó a reportar nuevos contagios de COVID-19 en 15 estados. La propagación en tan corto tiempo también despierta preocupación en algunos epidemiólogos sobre la vulnerabilidad en el territorio, especialmente por el desplazamiento masivo de venezolanos hacia el exterior por las fronteras.


PARA JOSÉ FÉLIX OLETTA, EXMINISTRO DE SALUD, LA AFIRMACIÓN REFLEJA LAS FALLAS QUE TIENE EL SISTEMA DE VIGILANCIA EPIDEMIOLÓGICA PARA DETECTAR RÁPIDAMENTE E INFORMAR LA NOTIFICACIÓN DE UN CASO SOSPECHOSO


La ola migratoria hacia países como Colombia y Brasil, aseguró el epidemiólogo Alejandro Risquez, incrementa el riesgo de diseminación de la epidemia si el Gobierno no toma las medidas de control adecuadas. Señaló que el primer caso pudo haber ingresado por vía aérea, a juzgar por la información oficial, pero no descarta que por la frontera colombiana, donde hay mayor desplazamiento de venezolanos, ingresen personas contagiadas, especialmente por los caminos ilegales, denominados «trochas».

Tras decretar el estado de alarma, contemplado en la Constitución, Maduro ordenó la suspensión de vuelos y el cierre de las fronteras, donde luego se desplegó un equipo para hacer pruebas rápidas a los migrantes que se vieron obligados a retornar al país por el efecto que ha producido la pandemia en los países receptores.

El virus de SARS-Cov2, que causa la enfermedad COVID-19, tiene un período de incubación de 14 días. Pasado ese lapso, la persona comienza a manifestar los síntomas que en el 80% de los pacientes son leves -similares a los de la gripe común- o, incluso, no llegan manifestarlos. Eso hace aún más complejo el abordaje de los casos; por eso, la OMS ha sido enfática en recomendar a los Estados miembros en practicar pruebas para la detección rápidas de los posibles pacientes y evitar nuevos contagios.

Pero Venezuela no ha sido el mejor ejemplo: el informe del 2 de abril de la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (Ocha) indicó que en el país habían realizado 1.779 pruebas con una tasa de 8% de 144 casos positivos. Es decir, 99 tests diarias realizadas entre el 13 y 31 de marzo, un número inferior al que muestran países como Colombia y Estados Unidos que realizan más de 1.000 pruebas al día.

Un viaje a Carora

Las debilidades en el sistema de vigilancia epidemiológica quedan más expuestas al poner la lupa sobre uno de los primeros casos que el Gobierno notificó el pasado 13 de marzo. Se trata del paciente de 52 años, quien al arribar al país hizo un viaje a la población de Carora, en el estado Lara, y que estuvo en contacto con unas 200 personas, lo que despertó la preocupación de las autoridades regionales sobre la posible propagación del virus.

Según información recabada por El Pitazo, el paciente llegó a Venezuela en vuelo procedente de Madrid, España, el 5 de marzo de 2020. El hombre, con antecedentes de patología cardiaca, empezó a presentar síntomas el 11 de marzo cuando acudió a la Policlínica Metropolitana, al este de Caracas, donde se le tomó la muestra para confirmación de la enfermedad. Pero en entrevista, se supo que antes de presentar los síntomas había viajado al poblado del estado Lara.

El hombre estuvo en Carora entre el 6 y el 8 de marzo junto a un grupo de 35 turistas caraqueños que asistieron a los Viñedos de Altagracia. La Corporación de Turismo del estado Lara (Cortulara) dijo que el paciente tuvo contacto con más de 200 personas en cuatro lugares: las posadas Agua Linda y Los Granados, Bodegas Pomar y el Club Torres.

El Club Torres –uno de los sitios más exclusivos de Carora– reconoció en un comunicado publicado el 13 de marzo que el paciente estuvo de visita en sus instalaciones sin presentar ninguna sintomatología.

“Nos hemos comunicado con nuestro asesor en materia de salud quien hizo una amplia investigación con los ejecutivos de Bodegas Pomar y confirmaron que el paciente se encuentra hospitalizado (…) Por el tiempo transcurrido, ya el Club Torres está fuera de algún tipo de riesgo (…) Podemos añadir que ninguna persona que estuvo en contacto directo con este señor presenta signos de haberse contagiado”, detallaron.

Los lugares frecuentados por el paciente fueron inspeccionados por el Servicio Autónomo de Contraloría Sanitaria (Sacs). El Club Torres y la Posada Agua Linda fueron clausurados temporalmente durante la aplicación de medidas de saneamiento y Bodegas Promar envió a cuarentena a un grupo de trabajadores. La Gobernación de Lara informó el 16 de marzo que aislaron a 44 personas que estuvieron en contacto con el turista “días previos a ser diagnosticado”.

“Los casos de aislamiento de Carora, que tuvieron contacto con el primer caso positivo del estado Miranda: visitó restaurantes, empresas privadas, a la familia (…) Esas personas desde el primer momento se pusieron en observación (…) Cumplieron 21 días sin desarrollo de sintomatología, gracias a Dios”, declaró el 25 de marzo en cadena regional la gobernadora Carmen Meléndez.


LA GOBERNACIÓN DE LARA INFORMÓ EL 16 DE MARZO QUE AISLARON A 44 PERSONAS QUE ESTUVIERON EN CONTACTO CON EL TURISTA “DÍAS PREVIOS A SER DIAGNOSTICADO”


Un caso pasó por Carabobo

El 14 de marzo, Jorge Rodríguez reconoció que de seis nuevos casos de COVID-19 notificados ese día, dos eran contagios locales; es decir, que ambos habían contraído el virus en el país y no en el exterior. En esa alocución, el ministro de Comunicación e Información no ofreció más detalles sobre cómo ambos pacientes resultaron contagiados ni la procedencia de sus posibles contactos; incluso, en los discursos siguientes, incluyó estos pacientes a la cifra de casos importados sin volver a recordar la transmisión comunitaria.

Uno de los contagiados fue notificado en Apure. Es el primero y el único que, hasta ahora, ha sido reconocido en la entidad llanera. Rodríguez no hizo mención sobre los detalles que informaron las autoridades que implementan la estrategia Escudo Bolivariano III-2020 Salud Segura (Caimán).

En una minuta a la que obtuvo acceso El Pitazo, la Zona Operativa de Defensa Integral 31 de Apure (Zodi 31) comunicó el 15 de marzo sobre el caso confirmado de COVI-19. Se trataba de una mujer de 33 años, enfermera que trabaja en el Área de Salud Integral Comunitaria (Asic) 19 de abril de la capital de Apure.

En la información proporcionada se resaltaba que la enfermera viajó por carretera al departamento de Arauca, en Colombia, el 26 de febrero y regresó al día siguiente. Por este viaje, se dijo que era un caso importado. Sin embargo, Arauca no ha registrado ningún caso por coronavirus desde que el virus llegó a Colombia, según se reporta en el boletín del 8 de abril de Instituto Nacional de Salud (INS) de la nación neogranadina.


LA PACIENTE, TRAS REGRESAR DE COLOMBIA, SE TRASLADÓ CON SU FAMILIA A VALENCIA, ESTADO CARABOBO, Y RETORNO A SAN FERNANDO EL 29 DE FEBRERO


El 16 de marzo, el gobernador de Apure, Ramón Carrizalez, confirmó en una entrevista por radio que el primer caso con COVID-19 era de una trabajadora de salud que estaba recuperada de la enfermedad, sin ofrecer mayores detalles.

La Zodi 31 de Apure mencionó otro detalle en el que parece soportarse la afirmación de Jorge Rodríguez. La paciente, tras regresar de Colombia, se trasladó con su familia a Valencia, estado Carabobo, y retornó a San Fernando el 29 de febrero.

Según la minuta, la paciente comenzó a presentar síntomas leves de la enfermedad el 11 de marzo, 10 días después de de su viaje a Carabobo, uno de los tres estados del país que no registra casos por COVID-19, incluso a pesar de que en Aragua, entidad que limita con Carabobo, se notificaron 20 contagios hasta el 9 de abril y es el estado con más casos seguido de Distrito Capital y Miranda.


EL GOBERNADOR DE APURE ASEGURÓ QUE UN EQUIPO SANITARIO CONTACTÓ AL MENOS UNAS 20 PERSONAS QUE HABÍAN TENIDO CONTACTO CON LA ENFERMERA


El Instituto Nacional de Higiene Rafael Rangel, ubicado en Caracas, confirmó el 14 de marzo a María Eugenia Colmenares, directora regional de salud de Apure (Insalud), que la enfermera tenía el virus tras el resultado de la prueba de laboratorio. El gobernador de Apure aseguró que un equipo sanitario contactó al menos unas 20 personas que habían tenido contacto con la enfermera. El 24 de marzo, Nicolás Maduro reconoce un segundo caso en la entidad, pero dos días después, indica que en la entidad hay un solo caso, sin profundizar más.

Una fiesta polémica

La primera semana de marzo, entre el 6 y el 11 de marzo, un grupo de jóvenes llegó a festejar al archipiélago de Los Roques, al norte de Venezuela, a pesar de la Organización Panamericana de Salud (OPS) advertía sobre la emergencia que supone la pandemia en el continente americano. Esa celebración luego fue un tema controvertido en redes sociales cuando se supo que un grupo de asistentes había salido positivo con CODIV-19.

Nicolás Maduro, sin ahondar, dijo el 20 de marzo, en un contacto telefónico con Delcy Rodríguez, que en esa fiesta celebrada en la isla, aún sin precisar su nombre, “todos” habían contraído el virus, por lo que recomendó la cuarentena preventiva.

Luego, en redes sociales, las críticas pesaron sobre el hijo de Elvis Amoroso, contralor de República designado por la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), Jesús Amoroso, quien era uno de los anfitriones de la fiesta en el cayo, junto a un grupo de reggaetoneros reconocidos, entre ellos Zion y Noriel, quienes arribaron al cayo para grabar un vídeo musical de la cantante venezolana Nakary NK.

Al hijo de Amoroso le habían solicitado hacerse la prueba para descartar la presencia de la enfermedad. Días después de la polémica en redes sociales, el cantante Zion se hizo un estudio que salió negativo para el virus, según informó en su cuenta de Instagram.

Maduro confirmó el 27 de marzo que los cuatro casos positivos por COVID-19 habían sido trasladados a Caracas. Días antes, el Gobierno envió 1.400 kits de diagnóstico de COVID-19 a la isla, donde además también se ejecutó una jornada de desinfección. Aún así el 1° de abril, Maduro confirmó que tres casos de Aragua habían tenido relación con la fiesta de Los Roques.

Hasta el 9 de abril, Venezuela reportó 171 casos de COVID-19 en 21 estados del país, pero aún el panorama sobre el paciente cero no está claro. Sin información oficial detallada, aún se reportan casos que presentaron síntomas antes de 13 de marzo. Es el caso del segundo paciente diagnosticado en el estado Bolívar, que regresó el 5 de marzo de España, y otro que murió este 9 de abril en Caracas y cuyos familiares dijeron que se había enfermado el 10 de marzo estando en el país y no en el extranjero como Maduro lo señaló en su última alocución.