Funcionarios de la Guardia Nacional (GN) que están destacados en Santa Elena de Uairén difundieron fotografías en las que se les observa custodiando estaciones de servicio que lucen desoladas, ya que desde el mes de marzo no son surtidas de combustible.
Las imágenes fueron publicadas y replicadas en redes sociales de diferentes destacamentos militares. “Guardia Nacional sigue garantizando y resguardando las estaciones de servicio en Santa Elena de Uairén”, fue el mensaje que acompañó las fotografías.
Sin embargo, la realidad que han evidenciado en reiteradas oportunidades habitantes de esta población que limita con Brasil es que se encuentran desabastecidos de gasolina y gasoil desde el mes de marzo cuando inició la cuarentena en el país. Tanto la estación de servicio internacional que se encuentra en la zona límite, donde se hicieron las fotos, como las bombas Mapaurí y Kukenán, lucen desoladas desde ese entonces.
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El combustible que ha llegado a estos lugares es solo para militares y personal médico que trabaja para contener el COVID-19, el resto de la población debe acudir a prácticas ilegales para poder surtirse.
Según testimonios que ha recolectado El Pitazo en los siete meses de confinamiento, taxistas y otros choferes pagan el litro de gasolina a $2 en el mercado negro de Santa Elena, este combustible es proveniente del contrabando que se realiza por trochas desde Brasil.
Otros pagan vacunas a algunos indígenas y militares para poder ingresar al vecino país por los caminos verdes y comprar comida y medicinas, además de abastecerse de forma legal en las estaciones de servicio brasileras donde el litro de gasolina cuesta $0,80.