La medida la acordaron tras organizar varias reuniones por su cuenta, entre ellas, una con militares que están encargados de la seguridad en la frontera, a quienes le solicitaron el ingreso de los transportes provenientes de Brasil, petición que hasta la fecha se encuentra en «veremos».
Transcurridas dos semanas del inicio de clases en Brasil, padres optaron por enviar a sus hijos en camionetas tipo Vans previamente autorizadas por los guardias nacionales. «Hay que aclarar que no llevamos a nuestros hijos nosotros mismos porque no nos lo permiten, porque de lo contrario yo atravesara la trocha todos los días para llevar y buscar a mis hijos», contó un representante residente del sector Akurimá.
Transcurrida una semana del inicio de la travesía, muchos de los niños comenzaron a presentar afecciones respiratorias debido a la cantidad de polvo del camino. Alertas ante esta situación, antes de subirlos a los transportes, padres les colocan a los estudiantes tapabocas.
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El trayecto de 15 minutos que comprendía atravesar la frontera y llegar hasta sus respectivos centros educativos, se transformó en alrededor de 40 minutos para atravesar las trochas. Los representantes se turnan para hacer la ruta junto al chófer y así resguardar a los niños.
Se estima que el flujo de transportes escolares incremente la próxima semana cuando comiencen las clases de bachillerato, son 1.200 estudiantes los que residen en Santa Elena de Uairén pero estudiantes en el vecino país.
