El lunes 16 de agosto se cumplieron cuatro años de la masacre del Centro de Detención Judicial de Amazonas (Cedja), consecuencia de la acción de toma de control de esas instalaciones por efectivos de las Fuerzas de Acciones Especiales (Faes), del Grupo de Respuesta Inmediata Carcelaria (Gric, dependiente del Ministerio de Asuntos Penitenciarios) y del Comando Nacional Antiextorsión y Secuestro (Conas), adscrito a la Guardia Nacional. El hecho dejó 39 privados de libertad muertos.
La ONG Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP) recordó que para el momento había 100 personas privadas de libertad y se tenía previsto una toma del centro por un supuesto hecho violento. Pero según los relatos de los familiares, allí simplemente ocurrió una masacre, de la que aún no existe un pronunciamiento por parte del Estado ni ninguna investigación.
La organización señaló que contra los presos fueron usadas armas de guerra, como fusiles R15 y fusiles Kalashnikov. «Los sobrevivientes de la masacre relataron que los funcionarios lanzaron granadas y bombas lacrimógenas, por lo cual muchos de los cadáveres presentaban mutilaciones por los explosivos utilizados», indicó en un comunicado.
La ONG agregó que a partir de este hecho los presos sobrevivientes fueron trasladados a calabozos policiales y el Cedja fue cerrado con la promesa de que sería rehabilitado y acondicionado para abrir como un establecimiento bajo la administración del Ministerio de Servicio Penitenciario, pero esto tampoco sucedió.
«Desde OVP sentimos el dolor de las víctimas y las acompañamos, nos unimos a su clamor y exigimos al Estado que investigue los hechos que terminaron con la vida de 39 personas, lo que se traduce en una masacre, en esa ocasión registrada en Amazonas», finalizó la ONG en su texto.
