Puerto Ayacucho.- El combustible sigue siendo el servicio más demandando para los que poseen un vehículo, además para la población que, a raíz de este problema, sufre por la falta de transporte público. Esta situación ha paralizado la pequeña urbe ayacuchana, lo que ga generado caos. Los conductores pasan horas en las colas y hasta duermen en el sitio para garantizar un puesto para el siguiente día.
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Desde la administración de las tres estaciones de servicio existentes en la capital se pudo conocer que las gandolas están llegando toda la semana sin problemas, con 36.000 y 40.000 litros de combustible, dependiendo de la capacidad que tenga.
Asimismo, con la incorporación de la Tarjeta de Administración de Combustible (TAG) se ha controlado un poco la situación, más no ha acabado con las colas.
Francisco Silva, usuario de la estación Ayacucho, ubicado entre las avenida Orinoco y Río Negro, manifestó que en varias oportunidades le ha tocado hacer la cola desde el día anterior para poder tener un puesto seguro y surtir de acuerdo con el número de su placa. Resaltó que en otras ocasiones, el combustible se ha agotado muy rápido y ha quedado rezagado, sin saber cuándo volverá a llegar la gandola.
“Aquí no sabemos a qué atenernos, el problema para surtir nuestros vehículos de gasolina persiste. Hemos visto que siempre llegan las gandolas con combustible a las bombas, pero se acaba muy rápido. Muchos nos hemos quedado rezagados y nadie nos da una explicación, simplemente cierran la estación de servicio y nos toca esperar. Nos dijeron que con la implementación del chip todo iba a cambiar; al parecer sí cambio, pero para peor”, expresó el señor Silva.
Por su parte, Roberto Ladino, quien no ha instalado la TAG, puntualizó que le corresponde proveer su vehículo en la estación Atures en la 23 de Enero. Aseguró que vive toda una odisea por la gran fila que a diario se forma. Reveló que no le garantizan el carburante al no estar registrado, por lo que objetó la actuación de los funcionarios de la Guardia Nacional por maltratarlo verbalmente.
Ante esta situación, en el centro de la capital amazónica se observa congestionamiento por las colas que se forman cerca de los establecimientos comerciales y paradas de autobuses. Los conductores han denunciado estos hechos, que consideran irregulares, para que las autoridades den una explicación precisa de lo que realmente ocurre con el combustible que llega a la entidad.
Los más rebeldes
En la estación Cataniapo en La Florida surten los vehículos más grandes, entre camiones y autobuses, además de a los motorizados, catalogados como los más rebeldes, por las últimas protestas que han realizado cuando se termina el combustible. Este gremio ha bloqueado en varias oportunidades la entrada a Puerto Ayacucho, exigiendo sus derechos a los que controlan este servicio.
Oscar César, presidente del referido gremio, informó que trabajan en el censo de todos aquellos motorizados que laboran de forman legal para la instalación del chip.
César indicó que “no somos rebeldes, simplemente hemos protestado pacíficamente por la falta de respuesta de las autoridades, que se han mostrado herméticas cuando no hay combustible en la ciudad”, acotó.
