Las principales localidades de los caños del Delta del Orinoco, en los municipios Antonio Díaz y Pedernales, tienen entre cinco y seis años sin energía eléctrica.
Los caseríos y pueblos con importantes poblados se encuentran a merced de la oscuridad por falta de generadores de energía debido a la ausencia o el desperfecto de las plantas eléctricas en la zona. Los habitantes utilizan antorchas y velas de cera para alumbrarse en la oscuridad que se apodera de las casas todas las noches.
“En el pueblo es muy incómodo cuando se va la luz por una, dos o tres horas; imagínense cuando la oscuridad es permanente”, señala Ghandi Valenzuela, habitante de San José de Amacuro.
De acuerdo con la versiones de uno de los habitantes, “los waraos volvieron a la edad de las cavernas, época en que las personas se alumbraban con antorchas y fogones: “Tenemos años sin luz; si la planta eléctrica funciona, entonces no hay combustible”, afirma Nino Medina.
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Los habitantes procedentes del municipio Antonio Díaz sostienen que ninguna de las comunidades con poblaciones considerables cuenta con energía eléctrica. “Curiapo, que es la capital del municipio, con 2.000 habitantes, se encuentra sin luz”, sostuvo Cástulo Valenzuela.
Pedernales y Capure son las comunidades donde la luz funciona, aunque con irregularidad, por la presencia de las empresas transnacionales que operan en sus adyacencias. Sin embargo, en las demás poblaciones no cuentan con energía eléctrica.
Los lugareños señalan que la situación es conocida por las autoridades del estado Delta Amacuro. La gobernadora del estado ha constatado personalmente la situación en sus recorridos durante las campañas electorales. “Se justifica con la guerra o el bloqueo de Estados Unidos”, señala una persona que prefirió no dar su identidad por temor a posibles represalias.
Sin embargo, se pudo conocer en forma extraoficial la instalación de paneles solares en algunas comunidades indígenas, específicamente en la parroquia Juan Millán, durante la campaña para las elecciones de concejales. Se desconoce el estado del funcionamiento de los equipos instalados.
De acuerdo con la proyección de los moradores, aproximadamente unos 20.000 habitantes del bajo Delta y del Delta medio estarían siendo afectados por la oscuridad reinante debido a la falta de una política efectiva de asistencia y dotación de generadores eléctricos.