Puerto Ayacucho.- Los productos de la cesta básica, incluyendo los cárnicos y proteicos, se han vuelto incomprables para todos aquellos que perciben un salario mensual de 150.000 bolívares que los obliga a buscar otro trabajo adicional para asegurar un plato de comida en su mesa. En Amazonas, muchos han denunciado que en esta época navideña los comerciantes se han excedido en los precios.
Para los que residen en Puerto Ayacucho, el día se le complica para poder comer, en vista de que, a diario, suben los precios de los principales productos de consumo. Existen ordenanzas vigentes para la regulación de las estructuras de costos; sin embargo, la Superintendencia Nacional para la Defensa de los Derechos Socioeconómicos (Sundde), como ente encargado, se encuentra desaparecido.
Cristina Jiménez se encontraba en el mercado de la avenida Orinoco y denunció que en cada establecimiento comercial que visitó buscando productos económicos, los precios varían, uno más caro que en el otro. Aseguró que no existe una regulación de precios de parte de la Sundde y mucho menos de la Alcaldía de Atures. Pidió a los concejales salir a la calle para que hagan cumplir las leyes.
“Esta es la Navidad más cara que estamos viviendo los amazonenses, los productos están extremadamente caros. Con el sueldo que tengo, sumando todos los bonos que me llegan, no me alcanza para comprar lo que necesito. Tengo tres hijos y mi esposo le tocó meterse a bachaquero para tener un ingreso diario. Aquí las autoridades no hacen nada para controlar los precios, al parecer se fueron de vacaciones y no nos dimos cuenta”, declaró a El Pitazo la señora Jiménez.
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La ciudadana Diorkira Sandoval añadió que la circulación del peso colombiano en la ciudad, por la ubicación fronteriza, hace que la crisis se agudice con el incremento en los costos de los productos. “Nuestra moneda no vale nada, por eso, en su mayoría, los comerciantes venden su mercancía en peso o al cambio del día en bolívares. Esto ya es un vicio, mientras los pobres nos tenemos que conformar de comer arroz blanco, porque hasta la lenteja está cara”, expresó.
Iniciando la semana, los precios en el principal mercado de la capital son los siguientes: el kilo de carne se cotiza en 140.000 bolívares, el pollo en Bs. 110.000, el cochino en Bs. 120.000, mientras que el cartón de huevos en 180.000 bolívares, el queso en 110.000 bolívares. El kilo de patas de pollo, que eran las más solicitadas por lo económico, ahora solo adornan las vitrinas al valorarse en 80.000 bolívares soberanos.
Trabajos forzados
Por lo difícil que a muchos les ha resultado adquirir los alimentos, la necesidad los ha llevado a dejar sus trabajos en instituciones de gobierno. Otros han solicitado sus vacaciones para dedicarse a la economía informal en las avenidas 23 de Enero y Orinoco, espacios que están abarrotados, donde ya no se puede caminar. Los peatones reclaman a la alcaldía capital un pronto reordenamiento.
En las calles se pueden observar desde niños, adolescentes y jóvenes que han dejado la escuela para dedicarse a vender productos de todo tipo. Alegan que todo lo hacen para sobrevivir a la crisis voraz que atraviesa el país.
El joven Eduardo Ramírez, recién graduado de bachiller, afirmó que tenía aspiraciones de estudiar medicina, pero la falta de dinero lo llevó a “bachaquear” para poder comer.
“Todos los días salgo a trabajar y lo hago por la difícil situación que estamos atravesando. El pollo, la carne y hasta el pescado, que solo se compra en efectivo, está muy caro. Tuve que parar mis estudios, por ahora, para ayudar a mi mamá que trabaja en la gobernación y no le pagan bien. Espero que esto algún día mejore para poder cumplir con mis aspiraciones; lo deseo de corazón”, precisó Ramírez.