Puerto Ayacucho.- Las compras de frutas y hortalizas en la capital del estado Amazonas se ha convertido en algo agobiante para las amas de casa y el pueblo en general, puesto que los precios de estos artículos amanecen con nuevos precios todos los días. La razón es que no existe una regulación o control por parte de los entes gubernamentales encargados de velar por el precio de estos productos.
En la capital del estado Amazonas no existen muchas alternativas para la compra de estos alimentos; por otra parte, los precios varían de acuerdo con el lugar donde se compre, pero siempre es cada vez más caro. Las opciones que se observan están a las afueras de los mercados: además de los vendedores informales están los camioneros, quienes ofrecen un mejor precio pero con la modalidad de “solo efectivo”.
Al consultar a Katiuska Ponare, quien realizaba sus compras en la 23 de Enero, comentó que había salido desde temprano para realizar la compra de hortalizas mediante puntos de venta. A pesar de que como consumidora sabe cómo se manejan los precios, no dejó de impresionarse por la dualidad que aún existe en el monto que les fijan los vendedores a los artículos: si es por la vía electrónica se paga un precio, y si se cancela en efectivo, se paga otro, mucho más barato.
“Los precios son exagerados. Hasta los bachaqueros venden aliños y bien caros. Como consumidores exigimos un pronunciamiento de los organismos gubernamentales. Necesitamos que sean contundentes y regulen los precios. Semanalmente los vendedores incrementan los precios y nadie hace nada. En esta ciudad todos los que tienen negocios hacen lo que les da la gana porque, al parecer, tienen más autoridad que el mismo Gobierno”, comentó la señora Ponare.
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En una visita realizado por el equipo de El Pitazo a varias fruterías del centro de la ciudad se pudo constatar el precio de algunas hortalizas: la papa, el apio y cebolla estaban en 5.000 bolívares el kilo; el pimentón en 10.000 bolívares, mientras que la zanahoria, remolacha, auyama, ñame y ocumo en 4.000 bolívares; ajo porro, cebolla, tomate, naranja, plátano, mandarina y cambur se vendían en 3.000 bolívares el kilo, al igual que uno de plátano. Asimismo, el kilo de yuca se cotiza en 2.500 bolívares; el repollo y la lechuga en 2.000 bolívares, y el kilo de limón se mantiene en 10.000 bolívares.
Se pudo comprobar que estos precios varían de acuerdo con los dueños de los locales. Cuando se les preguntó la razón de los precios elevados, muchos de ellos argumentaron que estas legumbres y frutas provienen de los estados andinos de Venezuela.
Decretos en el olvido
El Gobierno regional y el municipal de la capital de Amazonas han emitido una serie de decretos para evitar el abuso y especulación en el precio de los productos; sin embargo, nada de eso se ha cumplido a cabalidad. Estas normativas jurídicas fueron cumplidas por un grupo de funcionarios e instituciones durante un mes, aproximadamente, pero transcurrido ese tiempo quedaron en “letra muerta”.
Euclides Belisario, un consumidor, dio su parecer sobre el caos reinante: “¿Dónde están los decretos que fueron emitidos por el Gobierno? Los comerciantes nunca los respetaron y los gobernantes los engavetaron y se quedaron en el olvido. Como consecuencia de esta anarquía, los precios cada día suben. Ni la Sundde ha podido controlarlo y por eso estamos peor que antes. Con dinero en efectivo es un poco más barato, pero es algo que no todos tenemos. Por punto de venta nos sacan los ojos porque te cobran extremadamente caro».