Las constantes fallas al cronograma establecido por Hidrocapital para el suministro de agua en el municipio Sucre obligan a los residentes de esta localidad a plantear formas para afrontar la escasez y las restricciones en el suministro.
La problemática llevo a vecinos de La Urbina, Macaracuay, Horizonte y El Marqués Norte a reunirse el miércoles, 21 de agosto, para plantear algunas estrategias que apunten a sobrellevar la falta del líquido; y a generar acciones más eficaces que logren llamar la atención de las autoridades y de la hidrológica.
Los residentes de estas urbanizaciones denunciaron que, dependiendo de la altimetría de sus sectores, podían pasar desde dos semanas hasta tres meses consecutivos sin recibir agua por tuberías y aclararon que se trata de zonas que normalmente contaban con este servicio, por lo que no cuentan con una preparación en cuanto a tanques o espacios de almacenaje de gran capacidad para combatir la escasez actual.
Miembros de Asourbina, Asomacaracuay, Asomnort y Asohorizonte se reunieron en el parque San Cayetano, de la urbanización Horizonte, y manifestaron sus opiniones en torno a la crisis del agua que se agravó en la zona desde el inicio de 2019. “En la zona no se respeta el cronograma, lo cambian a placer y tenemos calles que tienen hasta un mes sin agua y la altitud en la que se encuentran las urbanizaciones dificulta la situación”, explicó Ana Cano, vecina de La Urbina.
La vecina y dirigente de esta comunidad planteó que en muchas ocasiones han solicitado a la hidrológica caraqueña el estatus de la condición de las estaciones de bombeo sin recibir respuestas, por lo que se han planteado varias formas para paliar la crisis.
Entre las propuestas se habló de contratar un servicio que aproveche las reservas profundas de agua en la zona para cavar pozos subterráneos con los que se pueda surtir la comunidad. Leida Castillo, residente de El Marqués Sur, explicó que en cualquier empresa privada el costo de la excavación es de 20.000 dólares, sin contar los 1.000 que los vecinos tendrían que pagar mensualmente para el mantenimiento de este tanque.
La propuesta fue rechazada por la mayoría de los asistentes a este encuentro, quienes afirmaron no contar con esta cantidad de dinero. Otra de las ideas que surgió fue la de reutilizar el agua de lluvia que se puede recolectar en esta época; sin embargo, tampoco resultó viable para estos ciudadanos, quienes admitieron que la idea es promover propuestas sustentables en el tiempo.
“El problema es con Hidrocapital y son ellos los que deben aportar las soluciones… Pero nuestra unión tiene que ir enfocada en denunciar y visibilizar”, apuntó Carmen Bejar, dirigente de Asomaracacuay. La vecina consideró que es importante tomar medidas en conjunto para ahorrar el agua y rendir la poca que llega.
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En consonancia con esta idea, Lorenzo Pérez, de la urbanización Horizonte, pidió a los vecinos tener conciencia y usar el agua que llega pensando en el otro vecino. “Si a mí me llega agua debo pensar en no lavar más de lo necesario y administrar la que tengo”, dijo.
María Caraballo, bióloga de profesión y vecina de estas comunidades, recordó que “a partir de la Constitución de 1999, todas las aguas son de uso público y los ciudadanos tienen derecho a reclamar por ellas”. En este contexto, planteó la posibilidad de reactivar las mesas técnicas de agua de las cuatro comunidades de Sucre presentes en el encuentro y transformarlas en un solo frente que sirva de interlocutor oficial con Hidrocapital, para plantear quejas y buscar soluciones.
En la reunión estuvo presente Enrique Sierra, dirigente vecinal de Baruta, quien explicó que el problema de agua afecta a los cinco municipios de Caracas y propuso sumar esfuerzos para unificar las quejas esporádicas que se presentan en cada rincón de Caracas. “Sería bueno sumar en una protesta a todos los municipios para lograr ser escuchados”, dijo.
Sierra planteó también la posibilidad de denunciar al prestador del servicio por violar el Derecho Humano del acceso al agua. El líder considera que la queja debe sustentarse con denuncias e investigación y exponerse ante instancias internacionales como constancia de las limitaciones y el limitado acceso a los servicios públicos que viven los venezolanos en la actualidad.
