La ONG Alimenta la Solidaridad, en lo que va de 2021, ha contabilizado a 5.887 niños diagnosticados con desnutrición. Para 2022 tiene como objetivo capacitar a las madres y padres de las zonas populares en las que tienen activos los comedores, en temas de prevención de la violencia de género en hombres y mujeres, salvaguarda y protección infantil, salud y nutrición, prevención del COVID-19 como tema transversal, liderazgo y resolución de conflictos. Hasta el momento 354 madres se han sumado a su labor.
Andreina Reyes, gerente de desarrollo comunitario de la organización sin fines de lucro, señala, en entrevista con El Pitazo, que el trabajo de seguridad alimentaria que cumplen en los comedores de lunes a viernes al proveer un almuerzo balanceado a los niños y niñas en su etapa de desarrollo (0 a 12 años de edad), seguirá operativo hasta que las comunidades tengan la capacidad de cubrir por sí mismas esas deficiencias alimentarias. ‘‘Nuestro propósito no es crear dependencia sino todo lo contrario’’.
No obstante, manifiesta que el trabajo que realizan las madres no se limita únicamente a la atención de los comedores. A través del empoderamiento comunitario han logrado formar a los miembros en áreas de liderazgo femenino, educación y nutrición.
Antes de la llegada del COVID-19, las madres detectaron un problema en la educación de los muchachos; se encontraron con niños de 11 años que no sabían leer ni escribir. ‘‘Desde la ONG comenzamos a hacer diagnósticos y notamos una capacitación muy baja de los niños en el colegio, por lo que empezamos a capacitar a las madres para que hagan frente al refuerzo de estudios en pro de ellos’’, resalta Reyes.
Testimonios de madres líderes
Migdalis Abreu, lider comunitaria de la zona popular Carapita desde hace dos años, cuenta con orgullo que en la actualidad 69 niños se ven beneficiados con el almuerzo diario complementario. ‘‘Se ven más repuestos, rosaditos, más sanos’’, así describe los cambios nutricionales de los infantes desde la llegada del comedor. De cara a 2022, tanto ella como las demás representantes, tienen como objetivo que el país mejore para que los comedores puedan eliminarse.
Así como ella, Marbelys Paredes, madre lider en el sector Sinaí de La Vega, se formó en el programa de liderazgo femenino y tiene tres años siendo miembro de la organización. ‘‘Hemos visto cambios positivos. Antes los niños tenían problemas de desnutrición y a través de los donativos han podido mejorar su alimentación. También ha impactado positivamente a las familias, ahora se comprometen en colaborar con las comidas y en asistir a las formaciones’’. En la comunidad en la que es líder, ocho madres se han formado en liderazgo, dos en antropometría, dos en nutrición y dos de educación.
Esperan que en poco tiempo puedan expandir el proyecto a otras comunidades en las que Alimenta la Solidaridad no tiene presencia, como Ezequiel Zamora, Sector J, Sector I de la Vega.
Velquis Silva, madre líder en una de las comunidades de El Cementerio, reafirma que las madres han visto al comedor como referente para solucionar problemas. Según su relato, los niños tienen más confianza de conversar con ellas desde que ingresan al comedor, las ven como una figura protectora.
‘‘Ya no son unas madres que se limitan solo al comedor porque tienen tres o cuatro niños y no los pueden alimentar, se han convertido en miembros activos. Ya somos más de 500 mujeres formadas’’, destaca Silva tras sentir motivación por cómo el liderazgo se está replicando.