La Guaira.- Nahir López tenía 28 días sin recibir agua potable por las tuberías de su casa en Pariata, parroquia Carlos Soublette del estado Vargas. 28 días sin un servicio básico como el agua ha sido el promedio en las barriadas aledañas durante los últimos tres meses. Es decir, en 90 días solo han contado con agua por ocho días.
Si ya la larga sequía es un problema, tambien lo es que el agua que se recibe durante escasas horas sea más tierra que agua.
“Casi un mes sin agua, el ropero sucio, los tanques vacíos, la casa digna para recibir una limpieza profunda y el agua es pantano. Las tuberías se tapan, la lavadora no carga, la ropa se daña o mancha y pues no hay manera de poder hacer uso de ella. Solo para los baños, porque hasta bañarse es terrible, porque uno sale más sucio de lo que entró a la ducha; lleno de tierra”, señala López.
Lo explicado por la mujer no es exageración. El Pitazo recibió reportes de vecinos de las parroquias Maiquetía, Urimare y Carlos Soublette, a quienes le corresponde suministro esta semana, según el cronograma que maneja Hidrocapital para la distribución de agua a través del Acueducto Litoral. Los afectados mostraban la cantidad de tierra y la baja calidad del líquido que llega por las tuberías de sus hogares.
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“En teoría, y de acuerdo con los protocolos internacionales, el agua que se recibe por tubería para los hogares es un líquido captado a través de tomas naturales que debe pasar por un proceso de decantación y purificación, para ser entonces denominada agua potable. Hidrocapital, empresa del Estado encargada del suministro de agua en la región capital y los estados Vargas y Miranda, ya no lo hace», asegura un empleado de una empresa contratista que presta servicio a Hidrocapital en la entidad costera.
Acotó que «aquí estamos recibiendo agua cruda, directa de las captaciones, pues la planta de tratamiento de Picure simplemente está abandonada y allí ya no se hace el proceso de decantación”.
Al solicitar información sobre esta situación, personal de Hidrocapital explicó que “las últimas lluvias han aumentado los caudales de captación, pero también el nivel turbio aumenta. Para no detener los ciclos se está enviando el agua, así este muy revuelta”, contó un obrero de la empresa hídrica a El Pitazo.
