Caracas.- Desde que comenzó el año se ha difundido a través de las redes sociales un reto entre adolescentes llamado “rompe cráneos”. No solo en Venezuela, sino en varios países de la región, el juego que consiste en hacerle, entre dos, una zancadilla a otro, practicado en instituciones de educación secundaria ha dejado algunos lesionados; sin embargo, no hay cifras oficiales.
Abel Saraiba, psicólogo miembro de la organización Centros Comunitarios de Aprendizaje (Cecodap), en entrevista con Sammy Martínez, periodista de El Pitazo, aseguró que madres, padres y docente, frente a esta situación, deben generar reflexión entre los adolescentes acerca de los riesgos emocionales y físicos que representan este tipo de retos.
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“La medida no puede ser prohibitiva”, expresó el especialista. Aunque cree que la preocupación de los representantes puede traducirse en regaños, insistió en que el reto es hacer las preguntas correctas para que el adolescente reflexione: sabes en qué consiste ese juego, qué podría pasar si ocurre un accidente, te parece arriesgado; fueron algunas de las que plateó.
Saraiba explicó que es necesario que los docentes echen mano de las herramientas tecnológicas para poder comprender los códigos de los estudiantes; por ejemplo, precisó, incentivar la investigación y la formación de conocimientos mediante aplicaciones como Tik Tok, utilizada en su mayoría por la población conocida como centennials.
Viralización de los retos
Sobre el origen de ese tipo de retos, Saraiba comentó que no es algo nuevo, pero con las redes sociales, hay mayor difusión. “Mucha gente comparte los videos del reto para hablar de prevención, pero termina viralizándolos”, dijo.
Los juegos suceden sobre la base de relaciones de poder entre adolescentes: quienes retan lo hacen porque creen que hay otros que son vulnerables. “No hay una tipología en el chamo que juega esto, pero sí es importante resaltar que quienes practican estos juegos suelen hacerlo con quienes consideran más débiles”, dijo Saraiba.
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Generalmente, se busca notoriedad.Con la difusión de los videos y fotos, según el psicólogo, los efectos emocionales de las víctimas duran más tiempo. La humillación y la vergüenza no son solo durante la zancadilla, sino al día siguiente cuando se regresa al colegio o cuando se vuelve a ver el video.
Orientación para los involucrados
Cuando se es madre o padre de un niño que es víctima, Saraiba explica que está claro que se debe denunciar; pero también puede suceder que un representante descubra que su hijo o hija es quien reta y agrede a otros, el escenario es diferente. Pero, de igual forma, se debe notificar a los docentes y autoridades del colegio para poder iniciar un proceso de orientación.
Los consejos de Protección del Niño, Niña y Adolescente son los encargados de llevar estos casos, pero debe haber un trabajo colaborativo entre padres y maestros. “Lo primero es reconocer que puede pasar en mi colegio, en cualquier colegio. Hay que generar procesos de orientación».
Cecoda ofrecen orientación formativa, acompañamiento psicosocial y asesoría jurídica. Los interesados pueden llamar al número 0212-9529269.
