Caracas.- Apuestas en petros en el casino del hotel Humboldt en Caracas, ese fue el anuncio del gobernante Nicolás Maduro en enero de 2020, casi dos meses antes de lo que sería la declaración de cuarentena por el COVID-19 en Venezuela. Lo que fue un adelanto ahora será una realidad, pues el gobierno de Maduro otorgó licencias a 30 casinos, incluido el del popular hotel, que próximamente reabrirán sus puertas en 12 estados.
La medida, de la que aún no hay mayores detalles, ha sido bien recibida entre quienes están relacionados con ese sector y que aseguran generará beneficios generales para la economía venezolana que padece una profunda crisis en medio de hiperinflación y otras distorsiones económicas. Sin embargo, economistas consultados por El Pitazo no creen que la reapertura de los casinos y bingos genere un impacto considerablemente positivo que pueda propiciar crecimiento económico.
«La verdad es que aquí en Venezuela lo que realmente va a tener impacto sobre el crecimiento serán las exportaciones petroleras, que lamentablemente cayeron en agosto. Ese es el gran motor de las economía venezolana. Todo lo demás son encadenamientos a través del gasto publico», resaltó el economista Ángel Alvarado, fundador del Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF).
La medida que permitirá reabrir casinos en el país revierte una decisión del expresidente Hugo Chávez, quien en 2011 ordenó el cierre definitivo de casinos y bingos, por considerarlas un «lugar de perdición», «legitimación de capitales» o «lavado de dinero proveniente del narcotráfico».
De acuerdo con la expresidenta de la Asociación Nacional de Casinos y Bingos, Soraya Roye, la autorización del Gobierno de Maduro estará acompañada de un reglamento rígido que impedirá la comisión de delitos como el lavado de dinero. «Existen fiscales, el Seniat, todos los organismos que cuidan el dinero están aquí. Ningún casino puede abrir sin una inspección de la comisión en cuanto a las máquinas, quiénes y cómo la trajeron», dijo Roye en entrevista concedida a Unión Radio.
Roye afirmó que el sector de casinos puede ser un factor de activación de la economía venezolana. «La actividad de un casino se relaciona mucho a la actividad de un hotel, damos entretenimiento y servicios (…) se activa mucho la economía porque hablamos de que contratamos a unas 400 personas en el casino y otras 800 se benefician económicamente», aseguró a Unión Radio.
Por su parte, la economista Pilar Navarro considera que la medida no tendrá mayor impacto en la economía venezolana. «La verdad es que no creo que tenga un gran impacto que irrigue toda la economía. Entiendo que es un número limitado de casinos que impactará a un sector limitado de la población», destacó.
La decisión del Gobierno de Maduro hace que luzca difícil desligar los factores políticos de los económicos al momento de un análisis. «¿Por qué el lobby de los casino tiene más poder dentro del Gobierno de Maduro que el sector industrial, por ejemplo? Es una pregunta que hay que hacerse. Más allá de un aumento poco significativo del empleo y de la actividad en el sector terciario, esta medida tiene un impacto limitado en la economía», destacó Navarro.