Caracas.- La discusión sobre la recuperación económica de Venezuela ya cuenta entre sus aliados al Banco Interamericano de Desarrollo (BID). El organismo financiero multilateral presentó recientemente un plan para rescatar al país petrolero, una vez se produzca un cambio político, que proyecta una inversión de más de 8.000 millones de dólares en tres años.
El programa, nombrado «Una mirada a futuro para Venezuela”, y diseñado por los economistas Emmanuel Abuelafia y José Luis Saboin, tiene como bandera principal un mecanismo de transferencias monetarias «cuasi universales» y asistencia alimentaria para la población más vulnerable ante la crisis del país, cuyo costo, en el primer año, alcanza los 2.800 millones de dólares.
«Para el segundo año, el monto total es de USD 2.954 millones, en cuyo caso las transferencias focalizadas representan más del 50% del total del gasto. Para el tercer año, el costo se ha estimado en USD 2.250 millones«, se detalla en la propuesta del BID.
Los investigadores del Banco Interamericano apuestan por aprovechar la alta bancarización venezolana para impulsar la primera etapa de transferencias por un monto de cinco dólares semanales a cuentas bancarias cuyos titulares sean mujeres de más de 18 años. Este esquema permitiría, según los autores, «llegar a un mayor número de beneficiarios de manera rápida».
El segundo paso involucra un Programa de Transferencias Focalizadas, que beneficiará a los sectores más perjudicados de la economía. Los subsidios, para este momento, se entregarían por hogares pobres.
“El monto de la transferencia dependerá de la estructura del hogar, y se basará en el valor de la brecha de pobreza o pobreza extrema, tomando en cuenta también restricciones fiscales”, indica el documento.
Colapso sin precedentes
En un foro virtual, organizado este miércoles 30 de septiembre por la Comisión de Finanzas de la Asamblea Nacional (AN), Abuelafia explicó que la propuesta no se trata de solo un apoyo para «salvar al sector financiero como ocurrió en Grecia», sino que surge como respuesta para reconstruir las necesidades básicas y urgentes de la población ante el colapso sin precedentes de la economía venezolana.
Los autores del programa apuntan a que en los últimos siete años Venezuela ha sufrido los efectos de una «tormenta perfecta» a partir de una crisis estructural: el colapso de la producción petrolera desde 2014; la contracción del Producto Interno Bruto de 70% entre 2013 y 2019; cierre de fuentes de financiamiento y el impacto de la pandemia del COVID-19.
Al respecto, Saboin remarcó que actualmente Venezuela representa la peor depresión económica en los últimos 60 años en el mundo, en donde la pobreza monetaria alcanza 96% de la población y 56% de los venezolanos se ha quedado sin alimentos por falta de recursos.
“Los indicadores sociales se han deteriorado sustancialmente y la provisión de servicios básicos se ha desmoronado. La pandemia de la COVID-19 se encuentra en la fase exponencial, y la capacidad de reacción por parte del sector público es muy limitada. Los recursos fiscales no alcanzan para proveer alimentos a la población y la condición del sector salud es acuciante”, señala el informe del BID de 91 páginas.
En este sentido, Saboin y Abuelafia reconocieron que encaminar la reconstrucción de Venezuela «va a ser un trabajo arduo y va a llevar mucho tiempo» luego de que se logre la transición política.
Su propuesta también incluye un esquema de intervenciones en diferentes sectores del país como salud, educación, servicios públicos, infraestructura y transporte, que haga frente a la emergencia, restauren el «andamiaje institucional», para así implementar reformas estructurales que mejoren la calidad de vida del venezolano a largo plazo.
Para encaminar el proceso de reconstrucción económica, insistieron en que Venezuela deberá contar con un sistema financiero óptimo que soporte futuras inversiones y un sistema de comercio internacional ágil y seguro que permita el ingreso de la ayuda y de los insumos básicos.
«No es volver a la Venezuela de antes porque no va a ocurrir. El reto de Venezuela es atender la crisis, reanudar el crecimiento, y tomar ciertas medidas para cambiar el modelo que permita a Venezuela volver a los niveles que le permitió el petróleo», afirmó Abuelafia.
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Rescate de la industria petrolera
El 21 agosto, el Parlamento venezolano, que preside Juan Guaidó, esbozó una propuesta similar a través de la Comisión Especial para el Plan País. En aquel momento, el diputado José Guerra planteó un plan de asistencia inmediata a la población por un costo de 2.000 millones de dólares.
Asimismo, Guerra dijo que para materializar estos programas, primero se debe garantizar la viabilidad del país, para que los organismos financieros internacionales faciliten los préstamos.
Insistió en que esa viabilidad pasa por acciones como el rescate de la industria petrolera.
“El sector petrolero continuará siendo el principal motor de la economía por un tiempo; por lo tanto (…) pero hacen falta políticas específicas para sectores que permitan insertar dinamismo en la economía, como el turismo y la agricultura”, subrayaron, por su parte, los economistas del BID.
