Por: Tarek Yorde
Qué hermosa es la primavera. Todo retoña. Fíjense en Capriles Radonski.
Tuvo su hijo y con eso zanjó los problemas de imagen que el chavismo le sembró durante las campañas presidenciales contra Chávez en 2012 y Maduro en 2013. Pero como Venezuela sufre de amnesia colectiva, sería bueno un resumen de los mejores episodios de La Hojilla, Diosdado, el Galáctico inmortal y Maduro, el gran bailador de salsa brava. Ironías de la vida, esos que ayer lo cuestionaban, hoy le alaban sus dotes y su lucidez opositora.
Si lo de Venezuela no fuera tan doloroso y grave nadie tomaría en cuenta al triunvirato opositor. Son tres niñatos ricos, cada uno convencido de estar predestinado por la Providencia a gobernar el país. López y Capriles en sus guerras tontas, ególatras. Y María Corina, mantuana severa, látigo en mano, esperando su momento para poner orden entre la servidumbre alborotada. Cada uno con su pandilla de financistas oscuros. Delirantes. El país es mío, no mío, se reprochan mutuamente.
Ahora Capriles descubrió que no se le puede regalar la Asamblea Nacional a Maduro. La Presidencia sí, en el 2013, 2014 y 2016. Ahora hay que “dialogar”. Y asistir a las elecciones en el peor momento social e institucional del país. Sin posibilidad alguna de concentraciones y movilizaciones. Sin gasolina, agua, alimentos ni medicinas. Pero Capriles, en su universo paralelo, cree que sí puede. Y con su inocencia, niñato malcriado al fin, borra todas las afrentas y violaciones que sufrieron los diputados electos, en buena lid, en el 2015.
¿Cree Capriles que esta nueva Asamblea Nacional, en la cual con suerte los opositores serán el 20% de la bancada, podrá revertir las tropelías del generalato del Arco Minero?
Ahora Capriles descubrió que no se le puede regalar la Asamblea Nacional a Maduro. La Presidencia sí, en el 2013, 2014 y 2016. Ahora hay que “dialogar”. Y asistir a las elecciones en el peor momento social e institucional del país. Sin posibilidad alguna de concentraciones y movilizaciones. Sin gasolina, agua, alimentos ni medicinas
Tarek Yorde
¿De verdad Capriles piensa que la gente es tonta? ¿Quién le quitará a Maduro, Diosdado y Padrino la llave de las inmensas riquezas que manejan y reparten a voluntad? ¿Comprará un curul Capriles, cómo lo hizo con la Constituyente, cuando se lanzó por el Zulia, sin haber ido nunca a Maracaibo? El hijo predilecto del sifrinazgo caraqueño y mayamero viene a entregarse a Maduro y la cofradía. La cara “opositora fiel” que China, Rusia, Cuba y el chavismo militar necesitan para blanquear fortunas y legitimar la privatización integral de Pdvsa y la minería venezolana. Y Trump, con tal de tener empresas norteamericanas participantes y quizás algún resort en Los Roques o Mochima, puede bendecir la unión.
Ni el peor enemigo chavista pudo elucubrar una deshonra y una muerte política más infame que la que el propio Capriles se trazará. Irá de la mano con Claudio Fermín, Henri Falcón y otros personajes mediocres. Y será un síntoma más de la desgracia política en Venezuela. Capaz en diez años llega a la Presidencia, blanqueado en complicidades. Siendo el legitimador de las malas fortunas chavistas en una transición hecha a la medida.
Capriles pudo ser un hombre histórico en el 2013. Prefirió golpear una cacerola.
Ahora viene al saqueo final, a la farsa electoral que abrirá una transición pinochetista para lavar capitales chinos, rusos y venezolanos, con sus ojos desorbitados, pensando en Leopoldo López y sus guerras enanas. Qué falta le hacen los estadistas a Venezuela. Qué lejos estamos de volver a ser una República de Leyes y Hombres Libres.
TAREK YORDE | @tarekyorde
Periodista, consultor en comunicación institucional y marketing político.