De él dice Helio Orovio en su Diccionario de Música Cubana: «Unánimemente considerado uno de los más geniales artistas que produjo nuestra música popular. Brilló en todos los géneros
Escuchamos de su propia autoría a nuestro invitado de hoy el “Bárbaro del Ritmo”, el señor Benny Moré con su propia orquesta.
El pasado 24 de agosto se cumplieron 100 años del nacimiento del gran Benny (Beny) Moré y por eso hicimos dos programas en nuestro espacio radial y el día de hoy lo haremos por este medio.
Desciende del rey de una tribu del Congo. Su hijo, Gundo, fue capturado por los traficantes de esclavos. En Lajas fue vendido a un latifundista llamado Ramón Paredes y le llamaron «Ta Ramón Gundo Paredes». Es el tatarabuelo de Benny Moré. Fue vendido a Doña Susana Benítez.
Posteriormente al conde de Moré y pasa a llamarse Ta Ramón Gundo Moré. Con Julia Moré (esclava propiedad del Conde) tuvo una hija llamada Julia. Gundo se emancipa y muere liberto a los 94 años. Escuchen el tema Maracaibo Oriental del compositor José Artemio Castañeda Echevarría.
Julia Moré tuvo seis hijos con Simeón Armenteros y Calvo, coronel del ejército mambí: Patricia, Bernabé, Tomás, Felipa, Chiquitica y Sofía. Patricia fue la primera de las hijas. No fue reconocida por su padre y lleva el apellido Moré de su madre. Patricia tuvo relaciones con un rico español y tuvo cuatro hijos: Ofelia, Felipe, Julia y Virginia Secundina. El padre no los reconoció, por lo que llevan el apellido Moré de su madre. A los 18 años, Virginia Secundina tuvo un hijo con Silvestre Gutiérrez: Bartolomé Maximiliano, que llevó el apellido de su madre. Escuchemos ahora No hay tierra como la mía de la autoría de Senén Suarez.
Bartolomé Maximiliano Moré nació el 24 de agosto de 1919, en Santa Isabel de las Lajas, Cuba. Bartolomé o Bartolo, como cariñosamente le llamaban, fue el mayor de 18 hermanos, algunos dicen que fueron 20. Atraído por la música desde niño, le gustaba cantar, se aprendía las canciones con suma facilidad, a la vez que se aseguraba de contar con sus propios instrumentos. Construyó su primera guitarra usando un pedazo de tabla para el cuerpo y un carrete de hilo para las cuerdas, dejando el resto a su imaginación. Igualmente, tomaba un par de latas de leche condensada intentando remedar a un bongosero, mientras fungía de director musical al indicarle a los miembros de su familia qué era lo que cada quien tenía que hacer.
Escuchemos ahora a nuestro invitado de hoy en el tema Dónde estabas tú del maestro Ernesto Duarte Brito.
Se fue un día con su hermano Teodoro a cortar caña a la central Jaronú y conoció a Castellanos y Víctor Landa, que le ayudaron a empezar a tocar la guitarra. Con el dinero que ganó y los ahorros de Teodoro compró su primera guitarra de calidad en Morón. Al año siguiente, 1936, se va a La Habana. Vivió de vender frutas y viandas golpeadas o deterioradas y yerbas medicinales. A los seis meses regresó a Las Lajas. Se trasladó a la central Jaguayal, cerca de Ciego de Ávila, a cortar caña con Teodoro. Después se fueron al Central Vertientes. En 1939 Bartolomé y Teodoro enferman de fiebre palúdica. Escuchemos Adiós Palma Soriano de Ramón Cabrera, que por cierto hay un tema de Richie Ray llamado Colombia Boogaloo que tiene la misma música.
A los dieciséis años pisó tierra al formar su primer grupo profesional. Sin embargo, Bartolo no había sido, instrumentalmente hablando, un niño prodigio. Más bien los que le oyeron tocar durante su adolescencia recordaban sus deficiencias, el desconocimiento que tenía de las leyes de la música formal y como le rechazaban siempre que osaba ponerse a la par de los veteranos. Pero como tenía una memoria prodigiosa, un oído perfecto y le bastaba con pasar una vez cualquier tema para retener una sonoridad, con la exacta colocación de sus dedos que la producía en su guitarra, poco a poco fue ganándose el respeto de los otros músicos.
No se puede decir que fueran estudios musicales profundos los que había realizado, teniendo que suplir la supuesta desventaja de su indisciplina musical con una intuición única que, pocos años después, le permitiría hacer algo tan impensable y osado como armar una gran orquesta. Más aún, darse el lujo de contar en ella con brillantes colaboradores que, por derecho propio, hoy en día forman parte de la historia de la música caribeña. Escuchemos de nuevo al Benny en este tema de Justi Barreto, Encantado de la vida, en esta oportunidad haciendo dúo con uno de sus grandes amigos, Lalo Montané.
El conjunto al que nos referíamos antes es Conjunto Avance con el que daba las serenatas, allí estaban Horacio Landa, Enrique Benítez, Cheo Casanovas, Mayombe y otros, Benny era el cantante. Con dos de los integrantes de este conjunto (Enrique Benítez y Cheo Casanovas), formó posteriormente un trío de voces y guitarras. En 1940 llegó a La Habana por segunda vez. Durante cuatro años vivió como pudo, tocando y cantando en bares y cafés. Pasaba el sombrero y decía «Coopere con el artista cubano». En los restaurantes lo echaban a la calle para que no molestara a la clientela.
Él compuso el tema que vamos a escuchar a continuación, que es uno de mis preferidos, en honor a los rumberos Andrea Baró, Malanga, Mulense, Lilón y el gran percusionista Chano Pozo… Escuchemos Rumberos de Ayer.
A comienzos de los 40, en la emisora CMQ comenzó un programa titulado Corte Suprema del Arte, en el que concursó todo tipo de artistas. Los que triunfaban eran contratados por empresarios sin escrúpulos, que los explotaban. Otros tenían menos suerte y su participación en el concurso era cortada de forma brusca y humillante por medio del toque de una campana. Bartolomé se presentó al concurso. Presentaban el programa Germán Pinelli y José Antonio Alonso. Nada más empezar a cantar le tocaron la campana. Más tarde volvió a participar en este programa y ganó el primer premio.
Junto con un compañero llamado Anselmo cantaba a dúo por las calles. Formó parte del cuarteto Cordero. Su primer trabajo estable fue con el conjunto Cauto, que dirigía Mozo Borgellá. En la emisora CMZ cantó con el sexteto Fígaro, de Lázaro Cordero. En 1944 debutó en la emisora 1010, con un gran éxito, actuando con el septeto Cauto.
Veamos este video donde se puede apreciar como, sin saber leer partituras, podía dirigir su big band de puro oído.
Continuará…
Haaaaasta las pascuas no hay hallacas…