Belankazar es una academia de modelaje venezolana que el 6 de marzo de 2019 publicó un enlace en su página oficial de Youtube, el cual dirigía a un plan de suscripción en dólares para que los interesados tuvieran la oportunidad de tener material exclusivo de las niñas que esta agencia representaba.
Desde el 31 de agosto, el nombre de la organización se hizo viral luego de los señalamientos realizados por una usuaria mexicana en la red social Twitter. Pero desde hace un año, un ciudadano estadounidense, dedicado a destapar redes de explotación infantil, investiga a Belankazar.
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El joven, quien se identifica con el seudónimo de A. A. Gabriel, publicó hace cinco meses una nota en el medio Steemit que lleva por nombre Alice Day Part 1: Academia Belankazar: Child modelling in Venezuela (Día de Alicia Parte 1: Academia Belankazar: Modelaje infantil en Venezuela). La nota fue publicada días antes del 25 de abril, mejor conocido por grupos pedófilos como “Día de Alicia” en honor a Charles Dogson, quien bajo el seudónimo de Lewis Carrol fue el autor de “Alicia en el país de las maravillas”, la historia que inspiró una infante de 12 años de nombre Alice Lidell, a quien Carrol conoció el 25 de abril de 1856 y de quien se enamoró, al punto de que le pidió matrimonio.
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A. A. Gabriel inició su escrito con una justificación. El mensaje decía que decidió mostrar algunas de las imágenes de las niñas difundidas por Belankazar en su canal de Youtube y su cuenta en Instagram con el propósito de que la actividad de la academia fuera «criticada o, con suerte, detenida». Para él los contenidos de la también agencia de modelos eran «la celebración de la sexualización descarada de las niñas en las redes sociales con mayor tráfico en el mundo». Fue tal la insolencia que el ciudadano increpó a Youtube con la interrogante de por qué permite que en su plataforma se difundan este tipo de contenidos, y por qué le daba la posibilidad a la agencia de dejar en la descripción de sus videos una petición de donaciones en moneda extranjera y en criptomoneda con la excusa de la crisis económica de Venezuela.
El Pitazo, luego de conocer que fue A. A. Gabriel la primera persona que denunció que Belankazar exponía los cuerpos de niñas menores de edad en algunas redes, como Youtube e Instagram, a cambio de dinero, decidió entrevistarlo. Esto fue lo que el joven, que lleva a cabo un proyecto que denomina «Operación de seguridad infantil», contestó:
—¿Cómo llegaste a Belankazar?
—Belankazar es una organización sombría que encontré mientras hacía rastreos de redes de pedófilos y de explotación de niños en la plataforma Youtube.
—¿Qué te pareció sombrío en el contenido difundido por Belankazar?
— El contenido de Belankazar en las redes sociales, en especial lo que difundían a través de Youtube, me sorprendió. Para mí fue obvio que las niñas estaban siendo sexualizadas y explotadas para que la academia ganara dinero gracias a sus fotos y videos. Las modelos que protagonizan los videos son demasiado jóvenes para estar en Internet, sin mencionar que están mostradas de una manera muy adulta y sexualizada.
—¿Cómo está la explotación infantil en las redes sociales?
—Yo formo parte un grupo llamado Exposición Explotación, que en sus dos años de funcionamiento se ha centrado en la seguridad infantil y hemos conocido cómo la explotación de niños y niñas tiene infectada las distintas plataformas.
Cabe destacar —continúa A. A. Gabriel— que, en primer lugar, nuestro objetivo era exponer la explotación de niños en las redes sociales, pero descubrimos que esta tiene un centro de operaciones y es Youtube. Entonces en ese proceso de rastreo de cuentas de pedófilos y de los comentarios que van dejando en esta plataforma me encontré con Belankazar.
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Lo que hice fue escribir una nota —añade—, y con ello mi misión era alertar a la sociedad. Afortunadamente, se logró algo. Pero a pesar de lo que se ha conseguido con el proyecto, la idea es seguir trabajando para promover la seguridad infantil en línea.
—¿La nota que publicó en abril tuvo alguna respuesta por parte de Belankazar?
— Desafortunadamente no. Solo quedaron más preguntas. Belankazar es una empresa extremadamente compleja, grande y sombría, por lo que nuestra organización no tenía los recursos para investigarla. No somos funcionarios pagados por un Estado ni estamos bien establecidos en el campo policial. Todavía estamos aprendiendo sobre la seguridad infantil en línea y lo peligroso que pueden ser las distintas plataformas para los infantes si no cuentan con algún tipo de supervisión particular.
A pesar de eso —considera—, resulta positivo que las autoridades venezolanas estén investigando las operaciones de Belankazar. Y si se llega a presentar la oportunidad, tengo la intención de enviarle al Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (Cicpc) cualquier información adicional sobre la academia si le resultara de ayuda.
—¿Desde cuándo se dedica a rastrear las redes de explotación infantil?
—Personalmente, he completado estudios de investigador privado y me dedico a algo similar en mi trabajo diario. Desde que pertenezco a Exposición Explotación he tenido la oportunidad junto a mis compañeros de exponer, investigar y educar al mundo sobre la seguridad y los riesgos que hay detrás de las plataformas de redes sociales. Todos los miembros de nuestro grupo tienen diferentes habilidades que nos ayudan a trabajar juntos en la promoción de la seguridad infantil en internet.
El proyecto tiene dos años —explica—, pero planeamos convertirnos en una agencia global sin fines de lucro en el futuro cercano. La idea de esta organización es ser un recurso para ser usado por cualquier ciudadano y también por funcionarios policiales y militares que estén investigando a redes de pedófilos.
