La Vela.- El dolor de la familia de David Jesús Pérez Vallenilla al no saber nada de él desde el 10 de enero de 2018, cuando se montó en una lancha en busca de llegar ilegalmente a Curazao, se repite 18 meses después con su hermano menor, Anthony José Pérez Vallenilla, ambos desaparecidos, intentando una mejor calidad de vida para los suyos.
Con mucha nostalgia, pero a la vez llenos de esperanza, la familia de los hermanos Pérez Vallenilla, de 19 y 18 años de edad, respectivamente, no deja de soñar con que ambos regresarán a la casa materna, ubicada en el sector Colombia Sur de La Vela de Coro.
Virginia Pérez, tía de los jóvenes, contó que en Venezuela no tienen oportunidad de crecer ni de surgir, incluso recuerda que sus sobrinos solo han dicho que se van de esta manera, pero no cuándo, para no preocuparlos. “Anthony me dijo, tía voy a coronar, tengo dos hijos que mantener y aquí no tengo vida, tampoco me puedo ir para otro lado sin pasaporte”, recuerda, mientras las lágrimas recorren su rostro.
Toda la familia está fuera, regada por el mundo, unos en Panamá, otros en Colombia y la mayoría en Curazao. “Tenemos toda la familia fuera, esto no es una mentira lo que estamos viviendo, es una realidad, lo que ellos ganan no les alcanza ni para comer, a veces solo les sale trabajo dos veces a la semana; ya nada es igual, se van desesperados, buscando una mejor calidad de vida para sus hijos y eso es lo que encontramos”, se lamentó.
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La tía Virginia, que los quiere como hijos, asegura que esa embarcación en la que se montó Anthony José no está en el mar, si no hubieran aparecido los cuerpos. “Hay un solo muerto, el que hallaron en Curazao, eso es todo lo que tenemos, no aparece nada, ni ropa, ni un hueso; eran treinta y dos, no puede ser que el mar se los haya tragado y solo haya botado uno”, reclamó.
David Jesús tiene una niña de tres años, salió en busca de una mejor vida; ellos ni siquiera pensaron en otro destino, ya que viajar de La Vela hasta Curazao es común desde hace muchos años, aunque reconocen que anteriormente no se hacía para quedarse, sino para ir a vender pescado y frutas.
David Jesús y Anthony José son el tercer y cuarto hijos de Servando Pérez, el mayor ya está establecido en Curazao y es quien los ayudaba a buscar la manera de salir de Venezuela. Ambos reunieron el dinero para irse de forma ilegal, ninguno tenía pasaporte porque sacarlo en Venezuela es muy complicado.
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David Jesús pagó 100 dólares con ayuda de la familia de su esposa, quienes se subieron a esa embarcación el 10 de enero de 2018. Esa embarcación naufragó, hubo cinco muertos de los cuales cuatro ya fueron identificados y repatriados a Venezuela, entre ellos el de su cuñado, Danny José Sánchez Piña, mientras que su cuñada Yoselín Nataly Piña sigue desaparecida.
Dejó a la una niña de año y medio y a su esposa con la promesa de que volvería para comprarles una casa. La meta que tenía era darle un hogar a su primogénita y comprar un carro para iniciar un negocio en La Vela, de esta manera tendría la oportunidad de sobrevivir en su país natal. Aunque ya no hay búsquedas, sus familiares siguen esperando que regrese pronto.
18 meses y se repite la historia
Anthony José solo tiene 18 años, es casado y tiene dos niños de 2 y 3 años, es mecánico, oficio que aprendió en la misma localidad donde creció. “Ayuda, no podemos solos, no sabemos dónde están nuestros muchachos, no sabemos qué ha pasado con ellos, pero los deben buscar. Yo les aconsejé que no se fueran, pero él me dijo, tía me voy, tengo dos muchachos que mantener”.
Anthony José nunca ha podido sacar el pasaporte, además irse a los países del Sur ya no es una opción, sin documentación legal no iba a tener oportunidad de un trabajo estable, por ello decidió ir a Curazao.
Este viaje que emprendió el 7 de junio era la tercera vez que lo intentaba en los últimos meses, en las dos primeras oportunidades había reunido el dinero y al llegar a la isla lo agarraba la policía y era deportado inmediatamente.
En este viaje decidió empeñar el carro para pagar los 400 dólares que le cobraban por llevarlo. “Ya él había hecho el intento dos veces para Aruba, en una de esas la lancha naufragó y tuvo que nadar bastante para llegar a la orilla y al llegar fue deportado”, dijo su padre, Servando Pérez.
Estos jóvenes, para hacer esos viajes, no se despiden de nadie, no avisan cuando se van y tampoco llevan muchas cosas, solo envían un mensaje cuando la lancha toma camino. Hasta la fecha de la publicación de este trabajo, los Pérez Vallenilla desconocen el paradero de los dos hermanos menores, pero tienen fe de que regresaran a casa con vida.
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