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Se cumple un año del confinamiento por COVID-19 en Venezuela y en El Pitazo recordamos aquellas historias de ciudadanos que siguieron ejerciendo su labor a pesar de no tener condiciones, como Eduard, un trabajador del Hospital José Manuel de los Ríos; o de ciudades como Maracaibo, donde se dejó de escuchar la bulla de su gente, obligada a permanecer en cuarentena; o como la de José, un párroco de una iglesia caraqueña, que se adaptó a las nuevas medidas y comenzó a transmitir sus misas a través de las redes sociales.
En El Pitazo seleccionamos cuatro Historias Frágiles al cumplirse este primer año de pandemia:
Eduard, una esencia de humanidad en el Hospital JM de Los Ríos
La cuarentena le bajó volumen a Maracaibo
En Petare, la vida vale «la papa» que se consiga para el día
El padre José tiene la certeza de que la Iglesia volverá de forma más espiritual
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