Se trata de grupos procedentes de los pueblos indígenas Amorúa y Sikuani provenientes del estado de Apure, que según advierte la organización reciben amenazas contra sus vidas y se enfrentan al riesgo inminente de reclutamiento forzado de niñas y niños, y la siembra de minas antipersonal por parte de las disidencias de las Farc