Cuando Eugenio Suárez entró al clubhouse de visitantes del Wrigley Field después de la victoria de los Rojos por 3-2 sobre los Cachorros en 10 innings el miércoles y escuchó a sus compañeros cantando el himno nacional de Venezuela, Gloria al Bravo Pueblo, y con una botella gigante de champaña esperando por él, no pudo evitar ponerse a llorar.