El hallazgo en la escena del crimen de una planta resistente, descrita por los cuerpos policiales como bejuco, unido a las lesiones en el cuello que presentaron los cadáveres de Eliannys Andreína Martínez y Eduarlys Falcón, indican que lo que hasta ese momento parecía una inofensiva mata, fue presuntamente el arma homicida