La noche del 23 de diciembre la tragedia invadió un hogar caraqueño. Rafael González (39 años) mató de dos disparos a su esposa, Geraldine Lagares (33 años) y luego se suicidó. El único testigo del hecho fue el hijo de 14 años de edad, quien fue hallado por sus vecinos y familiares en estado de shock.

Allegados a la familia indicaron que la muerte fue el fin de varios meses de discusión de la pareja, que llevaba dos décadas de matrimonio. Quienes los conocían alegaron que desde que se inició la pandemia, las disputas entre ambos se acrecentaron; sin embargo, sus allegados dijeron que desconocían los motivos de las peleas.

El hombre era conductor de camión y, según su familia, era sano y no tenía nexos con delincuentes. Por ello se presume que el asesinato fue planeado, ya que no se explican de dónde sacó una pistola.

Cerca de las 10:00 PM sostuvieron una fuerte discusión en una habitación de la vivienda que compartían en Petare. González le propinó un disparo en el pecho y otro en la cabeza a su esposa y luego se disparó también en la cabeza.

Al escuchar las detonaciones, vecinos y familiares corrieron a la casa y se toparon con la escena. El hijo de la pareja no articuló ninguna palabra cuando le preguntaron qué pasó. Funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) alegaron que se encontraba en estado de conmoción.