Maturín.- Annie Desiree Sevilla Rondón tiene heridas en el rostro y en el alma; dos de sus cuatro hijos fueron asesinados en Maturín el 17 de septiembre: uno a puñaladas y la otra estrangulada, tenía seis meses de embarazo. El Pitazo conoció este 18 de septiembre que Annie sobrevivió al ataque del homicida porque se hizo la muerta luego de recibir dos martillazos en la cara.
Eso fue lo que le contó a los oficiales y a una amiga después de salir del Hospital Manuel Núñez Tovar la noche de este miércoles, cuando también velaron a Junie Detsibeth Betancourt Sevilla (21 años) y a Marcos Antonio Betancourt Sevilla (17 años) en la sala de su apartamento, ubicado en el bloque B del Complejo Habitacional La Gran Victoria, el lugar donde ocurrieron ambos crímenes.
Lo que Annie recuerda de su agresión es que Jhor Frank José Ramírez, el homicida de sus hijos, fue a buscarla a su apartamento la mañana del 17 de septiembre para pedirle que bajara a planta baja porque Junie la llamaba. Annie bajó los tres pisos y cuando entró al departamento, escuchó que Jhor le dijo al oído: “te maté a tus hijos”. Annie pensó que su yerno jugaba con ella.
Pero luego, al voltearse, recibió un martillazo al que ella reaccionó con un forcejeo, su atacante le insistía que no dejaría evidencias de sus crímenes y que al matarla, también iría por su hijo menor. En su declaración ante el Cuerpo de Investigaciones, Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), Annie explicó que cayó al piso con el segundo martillazo y allí se quedó inmóvil para protegerse.
“Estando en el piso me dio muchas patadas, así que me hice la muerta para que no me matara”, contó a la policía. Lo que narran los vecinos es que Annie esperó hasta que Jhor Frank salió del edificio para escaparse; aguantando el dolor se levantó y se asomó en la puerta para pedir ayuda, un hombre que pasaba la escuchó y la auxilió.
Annie Desiree Sevilla Rondón es líder de su zona, pertenece al Comité Local de Abastecimiento y Producción (Clap). Sus hijos eran recreadores y participaron en el plan vacacional del gobierno que hubo en agosto. Por eso el funeral se llenó de niños, contó una vecina.
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“Eran unos buenos muchachos, no se metían con nadie. Sus muertes dejaron un vacío inmenso en la comunidad. Desiree ha recibido mucha solidaridad y muestras de cariño porque es una buena mujer, le han escrito hasta del exterior. Aquí todos estamos asombrados por este hecho que repudiamos”, expresó Luisa, como pidió llamarse una amiga y vecina de las víctimas.
Luisa estuvo en el sepelio de los muchachos; se asombró al ver la condición física en la que quedó Annie. “Tiene un ojo muy hinchado y morado; está como caído. Además, se le ven heridas cortantes en el rostro”, detalló vía telefónica. La fuente mencionó que el entierro de Junie y Marcos sería en Caracas, de donde su familia es nativa. “Ella se quedará una temporada allá”, agregó.
Transmonagas, la empresa gubernamental encargada de administrar los buses rojos, puso a disposición de la familia una unidad para trasladar a todos los vecinos que quisieron acompañarla en la despedida final de sus hijos. La encargada de la Unidad de Batalla Bolívar Chávez (Ubch) de la zona tramitó los salvoconductos y el autobús salió la mañana de este viernes 18 de septiembre y regresará el sábado 19 de septiembre aún cuando esta semana rige en Maturín el cierre de parroquias por la cuarentena radical.
Hasta la noche de este jueves no se pudo confirmar si el cadáver del homicida seguía en la morgue del Hospital de Maturín. Jhor Frank José Ramírez murió en un procedimiento realizado por el Cicpc en la avenida principal del sector Guanaguanay.
El Pitazo supo que Ramírez no tenía familia en Monagas, que era oriundo de Caracas y que trabajaba en una frutería en el sector La Puente; en La Gran Victoria no quieren hablar de él porque después que cometió el doble homicidio, se bañó para quitarse la sangre y no levantar sospechas ante Desiree cuando la fue a buscar.
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