El OVV registró 5.286 muertes por resistencia a la autoridad, 19 por cada 100 mil habitantes | Foto: Referencial
Rosibel Cristina González | El Pitazo
Este año el país cierra con un estimado de al menos 16.506 muertes violentas y una tasa de 60,3 hechos registrados por cada cien mil habitantes. Las cifras posicionan a Venezuela por encima de El Salvador, Honduras, Jamaica, Brasil, Colombia y México, en la lista de países más violentos de Latinoamérica, según el informe anual de criminalidad presentado este viernes, 27 de diciembre, por el Observatorio Venezolano de Violencia (OVV) 2019.
Roberto Briceño León, sociólogo y director de la ONG, –a través de un contacto vía Skype- informó a la prensa que de las más 16.000 muertes violentas, 6.588 corresponden a homicidios, 24 registrados por cada 100.000 habitantes.
Mientras que 5.286 fueron muertes por resistencia a la autoridad -19 por cada 100 mil habitantes- y 4.632 por causas a determinar, con un total de 17 hechos, por cada 100 mil habitantes.
“Esta cifra de muertes en averiguación no incluye los casos de los desaparecidos. Una práctica en incremento en los años recientes muestra una tendencia novedosa: se mueven entre una espectacularidad morbosa, destinada a enviar mensajes a sus enemigos y provocar miedo en la población, y el sigilo discreto, que procura evitar el escándalo y la presencia e investigación policial”, aseveró Briceño León.
Al respecto, Briceño argumentó que debido a la crisis social que atraviesa el país, la violencia y la criminalidad han sufrido cambios importantes, pues la criminalidad acompaña los cambios en las sociedades, y procura adaptarse a las oportunidades que le ofrece el mejoramiento o empeoramiento de las condiciones de vida en esa sociedad.
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El informe del OVV destacó que el estado Miranda registró una tasa de 87 muertes violentas por cada 100.000 habitantes y desplazó al estado Aragua del primer lugar, detentado en los dos años anteriores.
El segundo, es el estado Bolívar, el cual estuvo en cuarto lugar en el año 2017, en el tercer lugar en el 2018 y ahora se ubica en el segundo lugar este año 2019, con una tasa de 84 homicidios por cada 100.000 habitantes.
El tercer lugar lo ocupa el estado Aragua, con una tasa de 82 homicidios por cada 100.000 habitantes, seguido de Distrito Capital con una tasa de 76 asesinatos por cada 100.000 habitantes y la aparición del estado Guárico con 70 homicidios por cada 100.000 habitantes.
El informe refiere que las altas tasas de los estados Miranda, Aragua y Distrito Capital se corresponde a la configuración de la violencia urbana en la región centro-costera del país.
Por otra parte, sostiene que la criminalidad se ha desplazado desde los grandes centros urbanos hacia las zonas sub-urbanas o semi-rurales de los estados Miranda y Aragua.
En Bolívar, la expansión de la actividad criminal en el Arco Minero enfrentan a los “sindicatos” del crimen, los grupos guerrilleros y las fuerzas policiales y militares, por el control de las riquezas minerales.
En Guárico hay una guerra entre bandas por el control de las rentas que proporciona la extorsión de las actividades ganadera y comercial, y por el control de las rutas de las carreteras que conectan los estados Apure y Bolívar al sur del país, con las ciudades y puertos del centro del país, en Aragua y Carabobo.
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“La inmensa letalidad policial se ha convertido en un factor relevante en la reproducción de la violencia en el país”, refirió Briceño
Añadió además que, si bien es cierto que la actuación policial reduce la actuación de los delincuentes y homicidios, por otra parte aumenta la violencia debido a las muertes provocadas durante procedimientos que al final culminan con la frase “resistencia a la autoridad”.
El informe refiere que cada día del 2019 fueron asesinadas 14.5 personas durante “presuntos enfrentamientos con cuerpos de seguridad del Estado”. Ante este factor, Briceño León expuso: “No existe ninguna política sostenida de aplicar los castigos previstos en las leyes, ni programas de prevención del delito, sino de eliminación de los presuntos delincuentes”.
Al término de la presentación del informe, Briceño León explicó que la modalidad delictiva centró su objetivo en la adquisición de divisas. “En la medida en que la economía fue dolarizándose se inició un proceso de mudanza en las oportunidades del delito y los bandidos regresaron al robo de personas, comercios y de los secuestros en moneda extranjera”, dijo.
Añadió que para fines de año se observó que las prácticas de extorsión de los grupos criminales o de corrupción de los funcionarios policiales y militares también se dolarizaron.
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